Dos veces al año, millones de estadounidenses ajustan sus relojes, perdiendo una hora de sueño en primavera y recuperándola en otoño. Sin embargo, este mecanismo del horario de verano e invierno podría llegar a su fin. Elon Musk, empresario y dueño de la red social X, y Vivek Ramaswamy, empresario y figura política, han señalado recientemente su intención de explorar maneras de eliminar el cambio horario.
Según el líder tecnológico, el público “quiere abolir los cambios de hora”, una declaración respaldada por una encuesta en línea donde la mayoría de los participantes votaron a favor de terminar con esta práctica.
The Washington Post señaló que esta propuesta surge en un contexto de rechazo creciente al cambio de hora por parte de la población, que lo considera una medida obsoleta. Las críticas no son nuevas: mañanas de cansancio, citas perdidas y estudios que vinculan este ajuste con problemas de salud pública como ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares han alimentado el descontento durante años. Ahora, bajo la administración emergente de Donald Trump, Musk y Ramaswamy podrían convertir este debate en un tema central de su Comisión de Eficiencia Gubernamental.
Argumentos favor del horario de verano permanente
Uno de los principales argumentos para adoptar el horario de verano de manera permanente es el aumento de horas de luz durante las tardes. Edward J. Markey, senador por Massachusetts, lo resume en su declaración: “Más horas de luz en la tarde significan más horas para hacer cosas”. Los defensores de esta medida sostienen que extender la luz solar hasta más tarde beneficia la productividad, fomenta actividades al aire libre y puede estimular sectores económicos como el turismo y el comercio minorista.
Además, evitar el cambio de hora podría reducir las molestias asociadas a ajustar los relojes dos veces al año, como la confusión en los horarios, la interrupción del sueño y los efectos negativos en la salud mental y física. Marco Rubio, senador por Florida, ha liderado esfuerzos legislativos en este sentido con su propuesta de Ley de Protección de la Luz Solar, calificando el cambio de hora como un “práctica estúpida”.
A favor del horario estándar permanente
Por otro lado, los defensores del horario estándar permanente destacan su alineación con los ritmos circadianos naturales del cuerpo humano. Expertos en salud, como Lourdes DelRosso, especialista en medicina del sueño, argumentan que los cambios de hora generan un estrés innecesario en el organismo, aumentando el riesgo de enfermedades como ataques al corazón, accidentes cerebrovasculares y trastornos metabólicos. Según estas investigaciones, mantener un horario constante, acorde con el ciclo natural del día y la noche, es crucial para la salud pública.
Además, un horario de verano permanente podría generar problemas prácticos en regiones del centro del país. Durante el invierno, ciudades como Indianápolis y Detroit experimentarían amaneceres después de las 9:00 a.m., lo que afectaría la seguridad de los niños que esperan el autobús escolar en la oscuridad y dificultaría el inicio temprano de actividades laborales y educativas.
Cuál es el origen del cambio de hora en EEUU
El cambio de horario en Estados Unidos tiene sus raíces en el siglo XX, cuando se implementó por primera vez durante la Primera Guerra Mundial como una medida de ahorro de energía. La idea era aprovechar al máximo la luz natural durante los meses de verano para reducir el consumo de electricidad. Aunque el experimento fue abandonado al término de la guerra, la práctica resurgió durante la Segunda Guerra Mundial por razones similares.
En 1966, el Congreso adoptó la Ley de Tiempo Uniforme, que formalizó el cambio de hora a nivel nacional. Esta legislación estableció un calendario fijo para el inicio y el fin del horario de verano, con el objetivo de unificar los horarios en todo el país. Sin embargo, permitía a los estados optar por permanecer en el horario estándar durante todo el año, una excepción que hasta hoy mantienen Hawái y la mayor parte de Arizona.
Obstáculos legislativos recientes
A pesar de las modificaciones previas, el debate sobre el cambio de hora persiste. En 2022, el Senado aprobó la Ley de Protección de la Luz Solar, liderada por el senador Marco Rubio, que proponía establecer el horario de verano permanente. Sin embargo, la legislación se estancó en la Cámara de Representantes y no llegó a implementarse.
Una complicación clave radica en que los estados no pueden adoptar el horario de verano permanente sin la aprobación del Congreso, aunque tienen libertad para permanecer en el horario estándar todo el año. Según la Conferencia Nacional de Legislaturas Estatales, 20 estados han aprobado medidas preparatorias para adoptar el horario de verano permanente si alguna vez el Congreso lo permite.
Posturas de actores políticos clave
El debate sobre la abolición del cambio de horario generó opiniones divergentes entre políticos destacados. Donald Trump, futuro presidente de Estados Unidos, expresó en 2019 su apoyo al horario de verano permanente, calificándolo como una medida aceptable: “¡Hacer permanente el horario de verano está bien para mí!”. Durante su próxima administración, su equipo parece estar considerando seriamente esta propuesta, ya que Musk y Ramaswamy, integrantes de la Comisión de Eficiencia Gubernamental, han comenzado a plantear el tema públicamente.
Otros legisladores, como el senador Edward J. Markey, han argumentado que un horario de verano permanente permitiría a los estadounidenses disfrutar de más horas de luz por la tarde, lo que, según él, promovería la productividad y el bienestar general. Sin embargo, su postura contrasta con la de políticos del interior del país, quienes advierten sobre los efectos negativos que podría tener en las mañanas invernales, con amaneceres tardíos que afectarían la seguridad y la rutina diaria.