El 30 de noviembre, un vuelo internacional de Delta Airlines despegó desde el aeropuerto John F. Kennedy (JFK) en Nueva York con destino al aeropuerto Charles de Gaulle (CDG) en París, llevando a bordo a una polizón. Las autoridades francesas identificaron a la pasajera como una mujer de nacionalidad rusa y residente legal en Estados Unidos, quien logró abordar el avión sin un pase de abordar ni documentos de viaje válidos para ingresar a Francia.
Según las investigaciones preliminares, la mujer había solicitado previamente asilo en Francia, pero no contaba con un visado ni otros documentos requeridos para entrar al país. Tras su llegada a París, la policía local la detuvo y la trasladó a una zona de espera para personas en proceso de deportación, conocida como ZAPI, donde puede permanecer hasta 20 días mientras se gestiona su retorno.
La mujer fue inicialmente programada para un vuelo de regreso a Estados Unidos, pero generó disturbios a bordo, lo que obligó a la tripulación a solicitar su remoción. Actualmente, su traslado está siendo organizado con un grupo de seis alguaciles estadounidenses que la escoltarán de vuelta al país.
Además de las acciones en Francia, las autoridades estadounidenses han iniciado una investigación exhaustiva sobre cómo la mujer logró burlar múltiples puntos de control en JFK. La Administración de Seguridad en el Transporte (TSA) confirmó que revisó los videos de seguridad del aeropuerto y que la mujer logró pasar los sistemas de reconocimiento facial sin ser detectada, aunque fue sometida a un control de equipaje donde solo llevaba consigo dos botellas de agua.
Como resultado de estas irregularidades, la TSA está preparando un caso civil en contra de la pasajera por violaciones a los procedimientos de seguridad aeroportuaria, aunque la agencia no tiene autoridad para presentar cargos penales, por lo que el caso podría ser remitido al Departamento de Justicia (DOJ).
Qué sigue para la polizón
El caso civil no es un procedimiento penal, lo que significa que no busca imponer sanciones como prisión, sino multas económicas o medidas correctivas. La TSA, al ser un organismo de seguridad aeroportuaria, tiene la facultad de investigar violaciones a las regulaciones de seguridad y sancionar a los responsables mediante multas administrativas o restricciones relacionadas con el uso del transporte aéreo.
La agencia tiene autoridad para imponer multas económicas significativas contra individuos que comprometan la seguridad aérea. Estas sanciones pueden variar según la gravedad del caso, y para incidentes como este, donde hubo una clara violación de varios niveles de seguridad, las multas podrían superar los 10.000 dólares o incluso más, dependiendo del resultado de la investigación.
Adicionalmente, la TSA podría imponer restricciones de viaje a la mujer, limitando su capacidad de utilizar servicios aéreos comerciales en el futuro, al menos dentro de Estados Unidos.
Finalmente, aunque la institución no tiene facultades para presentar cargos penales, puede remitir el caso al DOJ si determina que el incidente constituye un delito, como ingreso indebido a una zona restringida o violación de leyes federales de seguridad aérea. En ese caso, la mujer podría enfrentar cargos criminales con penas más severas, como prisión o deportación de Estados Unidos si su residencia se encuentra bajo escrutinio legal.
Declaraciones de la Administración de Seguridad en el Transporte (TSA)
La TSA confirmó que la pasajera logró pasar los controles de seguridad en el aeropuerto JFK a pesar de no contar con un pase de abordar. La agencia señaló que la mujer evitó ser detectada por los sistemas de reconocimiento facial en los puntos de verificación, pero sí atravesó el control de equipaje, donde no se encontraron artículos peligrosos.
Alexa Lopez, portavoz de la TSA, informó a CNN que la agencia está revisando el caso para determinar cómo ocurrió la falla y prepara un caso civil contra la pasajera por las violaciones a los procedimientos de seguridad.
La agencia también destacó que este incidente evidencia la necesidad de mejoras tecnológicas en los puntos de control, particularmente con el uso de sistemas más robustos de identificación electrónica como las e-gates. No obstante, subrayaron que implementar estos sistemas a nivel nacional requeriría una inversión federal significativa.
Respuesta de Delta Airlines
En una declaración oficial, un portavoz de la aerolína enfatizó que “nada es más importante que la seguridad y la protección”. La empresa confirmó que está realizando una investigación interna exhaustiva en colaboración con las autoridades de aviación y los organismos encargados de aplicar la ley. Sin embargo, no se han divulgado detalles sobre cómo la mujer pudo eludir los controles de embarque de la aerolínea en el aeropuerto JFK.
Delta también indicó que el vuelo en cuestión no estaba completamente lleno, lo que pudo facilitar que la pasajera permaneciera escondida a bordo durante el trayecto. Según testigos, la mujer se desplazaba entre los baños para evitar ser detectada por la tripulación.
Intervención de la Policía Nacional francesa
A su llegada al aeropuerto Charles de Gaulle, la Policía Nacional francesa abordó el avión en respuesta a una solicitud de la tripulación. La mujer fue trasladada a una zona de espera para personas en proceso de deportación, conocida como ZAPI, tras comprobar que carecía de documentos válidos para entrar al país. Las autoridades francesas intentaron repatriarla a Estados Unidos el pasado sábado, pero la mujer se negó, causando disturbios y obligando al piloto a rechazar su traslado.
Francia indicó que su objetivo es que la pasajera regrese voluntariamente a Estados Unidos; de lo contrario, será escoltada en condiciones de custodia formal. Mientras tanto, se encuentra bajo supervisión médica y policial en el área de detención del aeropuerto.
Expertos en seguridad y su análisis del caso
El incidente ha llamado la atención de expertos en seguridad aérea, quienes señalaron que, aunque casos similares son raros, no son completamente desconocidos. Según Keith Jeffries, exdirector de seguridad federal del Departamento de Seguridad Nacional, durante sus 20 años de experiencia, incidentes de este tipo han ocurrido unas 30 veces. Jeffries destacó que las fallas suelen ocurrir durante picos de viajes, como los días cercanos a Acción de Gracias en este caso.
El especialista también subrayó la importancia de la colaboración entre el público y las autoridades de seguridad: “Si ves algo, di algo”, dijo a CNN, recordando que la vigilancia ciudadana es una capa crucial del sistema de seguridad aérea.