Mark Cuban, ampliamente reconocido por su rol en el exitoso programa de televisión “Shark Tank”, sorprendió al público al revelar que sus inversiones en startups presentadas en el show no han resultado rentables en conjunto. Según una entrevista realizada en el podcast “Full Send”, Cuban ha destinado aproximadamente 20 millones de dólares a 85 empresas seleccionadas en el programa desde su debut en 2009. Sin embargo, al evaluar todas estas inversiones, el saldo neto es negativo.
Mark Cuban, cuyo patrimonio neto asciende a 5.700 millones de dólares, según Forbes, ha construido su fortuna a través de negocios tecnológicos y de medios de comunicación, incluyendo la venta de su plataforma Broadcast.com a Yahoo por 5.700 millones de dólares en 1999. Sin embargo, su incursión en las inversiones de alto riesgo que promueve “Shark Tank” demuestra que incluso los inversores más experimentados pueden enfrentarse a reveses.
Desde su participación en el programa, Cuban ha inyectado capital en empresas con modelos de negocio innovadores pero en etapa temprana, buscando apoyar ideas disruptivas que prometen rendimientos exponenciales. A pesar de su entusiasmo inicial, el balance general ha dejado en evidencia la volatilidad y las altas tasas de fracaso inherentes a este tipo de inversiones.
Las startups: un juego de alto riesgo
El tipo de inversiones que realiza Cuban en “Shark Tank” es conocido como inversión ángel o capital semilla. Estas empresas suelen carecer de historial probado y operan en sectores emergentes con alto nivel de incertidumbre. Datos de la organización de investigación con sede en San Francisco, Startup Genome, muestran que cerca del 90% de las startups fracasan.
Cuban no es el único inversor que enfrenta este panorama. Los capitalistas de riesgo experimentados aplican la llamada “ley de potencia”, según la cual la mayoría de los rendimientos provienen de un pequeño porcentaje de inversiones exitosas. Es decir, un solo “éxito unicornio” puede compensar pérdidas acumuladas en docenas de apuestas fallidas.
Sin embargo, esta estrategia no es aplicable para todos los inversores. Cuban, con su robusta fortuna personal, puede absorber pérdidas significativas sin que su patrimonio general se vea afectado. Para el inversor promedio, arriesgar una parte considerable de sus ahorros en negocios altamente especulativos puede ser financieramente devastador.
El valor de las empresas establecidas
Una de las lecciones clave que se desprenden de la trayectoria de Cuban es la importancia de invertir en empresas consolidadas. Mientras que las startups prometen retornos explosivos, las empresas con una base sólida y un historial probado presentan menos riesgos y, a menudo, generan rendimientos constantes a largo plazo, según MoneyWise.
Un ejemplo destacado en la carrera de Cuban es su adquisición mayoritaria de los Dallas Mavericks en el año 2000 por 285 millones de dólares. En ese momento, el equipo de la NBA ya tenía dos décadas de existencia y una marca reconocida. Esta inversión se ha convertido en una de las más rentables y reconocidas del empresario, transformando a los Mavericks en una franquicia deportiva de primer nivel.
De manera similar, Cuban ha señalado que las oportunidades también existen en empresas públicas consolidadas que pueden estar infravaloradas. Por ejemplo, acciones como Nike (NYSE:NKE), que ha perdido parte de su valor desde 2021, podrían ofrecer mejores perspectivas a largo plazo que startups sin rentabilidad ni modelos de negocio claros.
Diversificación: un pilar esencial de la inversión
A pesar de las pérdidas en su portafolio de startups, Cuban sigue siendo un referente en el mundo financiero debido a su enfoque de diversificación. Más allá de las 85 empresas seleccionadas en “Shark Tank”, su portafolio incluye compañías en sectores como tecnología, medicamentos genéricos asequibles, entretenimiento y medios digitales.
Este enfoque lo ha protegido de pérdidas catastróficas y le ha permitido capitalizar las oportunidades que surgen en mercados diversos. Para los inversores individuales, la diversificación es una estrategia fundamental. Reducir el riesgo significa no concentrar todos los recursos en una sola clase de activo o sector económico.
Un ejemplo práctico de diversificación para pequeños y medianos inversores es el fondo cotizado en bolsa (ETF) ProShares S&P 500 Dividend Aristocrats (BATS:NOBL). Este ETF reúne empresas del índice S&P 500 que han incrementado sus dividendos durante al menos 25 años consecutivos, garantizando un enfoque en compañías con estabilidad financiera y compromiso con los retornos a los accionistas. Además, limita la exposición a sectores individuales, ofreciendo una cartera balanceada.