La NASA confirmó que ha logrado restablecer la comunicación con la sonda Voyager 1, la nave espacial más distante de la Tierra, tras un fallo técnico en octubre de 2024. La nave, que opera a 15,4 mil millones de millas de distancia, había interrumpido sus transmisiones debido a la activación de un sistema de protección contra fallas, lo que obligó a utilizar un transmisor menos potente que dificultó la recepción de datos.
El problema surgió cuando los ingenieros activaron un calentador para mantener en funcionamiento los instrumentos científicos, lo que desencadenó un protocolo de ahorro energético en la nave. Esto llevó a la desconexión del transmisor principal de banda X y la activación de un transmisor de banda S, inutilizado desde 1981, explicó la NASA. Este contratiempo representó un desafío significativo, dado que las señales emitidas por el transmisor de banda S eran demasiado débiles para ser detectadas.
Sin embargo, a principios de noviembre, los ingenieros lograron reactivar el transmisor de banda X, restableciendo las comunicaciones y permitiendo nuevamente la recolección de datos científicos. Este éxito asegura la continuidad de una de las misiones más emblemáticas en la historia de la exploración espacial, destacó el reporte de Fox News.
¿Por qué falló la comunicación con la Voyager 1?
La interrupción en las comunicaciones ocurrió debido a la activación del sistema de protección contra fallas de la Voyager 1, diseñado para priorizar la energía en sistemas críticos cuando se detectan niveles bajos de suministro. Según Space.com, la activación de un calentador fue suficiente para que el sistema determinara que no había suficiente energía disponible, apagando el transmisor principal y activando el de menor potencia.
Este cambio impidió que la NASA pudiera descargar datos científicos o monitorear el estado de la nave. No fue hasta semanas después que los ingenieros lograron solucionar el problema, restaurando las transmisiones de banda X y reactivando los instrumentos científicos restantes. Actualmente, los datos recopilados incluyen información sobre partículas, plasma y campos magnéticos en el espacio interestelar.
Instrumentos científicos operativos de la Voyager 1
Aunque se lanzó en 1977, la Voyager 1 aún cuenta con cuatro instrumentos científicos funcionales que operan a temperaturas más bajas de lo previsto originalmente. Según Fox News, estos instrumentos son:
- El Experimento de Partículas de Baja Energía, que mide partículas cargadas en el espacio.
- El Telescopio de Rayos Cósmicos, que estudia los rayos cósmicos de alta energía.
- El Magnetómetro de Tres Ejes, que analiza campos magnéticos en el espacio interestelar.
- El Experimento de Ondas de Plasma, que mide las ondas de plasma en el medio interestelar.
Estos instrumentos continúan enviando datos valiosos, a pesar del desgaste y la pérdida progresiva de energía debido al envejecimiento del generador termoeléctrico de radioisótopos a bordo de la nave, que pierde aproximadamente 4 vatios de potencia por año
Los logros históricos de las sondas Voyager
Las sondas Voyager 1 y Voyager 2, lanzadas con semanas de diferencia en 1977, fueron diseñadas originalmente para estudiar los planetas exteriores del sistema solar. En su misión inicial, la Voyager 1 transmitió imágenes icónicas de la Gran Mancha Roja de Júpiter y los anillos de Saturno, mientras que la Voyager 2 se convirtió en la única nave en visitar Urano y Neptuno, destacó Space.com.
En 2012, la Voyager 1 cruzó la heliopausa, el límite donde termina la influencia del viento solar, entrando oficialmente en el espacio interestelar. Desde entonces, ambas sondas han continuado proporcionando información clave sobre los bordes más distantes de nuestro sistema solar y el medio interestelar.
Desafíos técnicos y el futuro de la Voyager 1
A medida que las sondas envejecen, enfrentan desafíos técnicos crecientes. En 2022 y 2023, la Voyager 1 experimentó problemas de datos telemétricos, enviando información corrupta que tardó meses en resolverse, señaló Fox News. Además, la disminución de energía ha obligado a apagar progresivamente sistemas no esenciales para mantener operativos los instrumentos científicos clave.
A pesar de estas dificultades, la NASA continúa trabajando en mantener la funcionalidad de la Voyager 1, buscando optimizar los recursos limitados de la nave. Según Space.com, los ingenieros están sincronizando las computadoras a bordo para garantizar un funcionamiento estable en las condiciones extremas del espacio profundo.
El legado duradero de las sondas Voyager
Las sondas Voyager han dejado un impacto significativo en la exploración espacial. Además de su misión científica, ambas llevan a bordo discos de oro con información sobre la Tierra, diseñados como mensajes interestelares para posibles civilizaciones extraterrestres. Estos discos contienen sonidos, imágenes y datos representativos de la vida en nuestro planeta, señaló Fox News.
A medida que las sondas continúan su travesía más allá del cinturón de Kuiper, sus datos proporcionan información única sobre las condiciones en los límites del sistema solar y más allá. La NASA confía en que ambas naves puedan alcanzar su medio siglo de operaciones en 2027, marcando un hito histórico en la exploración espacial.