En los astilleros de Mississippi, un destructor avanzado de la Armada de Estados Unidos, el USS Zumwalt, está dejando atrás su historia para convertirse en un actor clave en la nueva era de las armas hipersónicas.
Diseñado originalmente para liderar misiones de apoyo terrestre, el Zumwalt sufrió un traspié significativo cuando el alto costo de su sistema de cañones avanzados lo dejó sin una función clara. Sin embargo, la Armada ha decidido dar un giro a esta situación al instalarle tubos de misiles hipersónicos que prometen revolucionar la capacidad de ataque del buque.
El trabajo para transformar al Zumwalt comenzó en agosto de 2023, cuando el destructor llegó al astillero Huntington Ingalls Industries para ser preparado como el primer buque de guerra de superficie capaz de portar armas hipersónicas. El reemplazo de las torretas gemelas por los nuevos sistemas de lanzamiento de misiles permitirá a este destructor, junto a otros dos de su clase, desempeñar un rol crítico en los planes estratégicos de defensa de Estados Unidos.
El futuro de las armas hipersónicas
“Fue un error costoso, pero la Armada podría obtener la victoria de las fauces de la derrota y sacarles alguna utilidad convirtiéndolos en una plataforma hipersónica”, afirmó Bryan Clark, analista del Hudson Institute, durante una entrevista con The Associated Press.
Estas armas hipersónicas, capaces de viajar a velocidades superiores a Mach 5 (más de cinco veces la velocidad del sonido), no solo son extremadamente rápidas, sino también altamente maniobrables, lo que las hace prácticamente imposibles de interceptar con los sistemas de defensa actuales.
Uno de los sistemas más prometedores en desarrollo para los destructores de la clase Zumwalt es el programa Conventional Prompt Strike. Este sistema combina la tecnología de los misiles balísticos con un vehículo hipersónico de planeo que, tras ser liberado en la atmósfera superior, alcanza velocidades de entre siete y ocho veces la velocidad del sonido antes de impactar en su objetivo.
El proyecto, que es una colaboración entre la Marina y el Ejército de Estados Unidos, permitirá equipar cada destructor Zumwalt con cuatro tubos de misiles, cada uno con capacidad para tres proyectiles, sumando un total de 12 armas hipersónicas por barco. Este diseño busca maximizar la utilidad de una plataforma naval que ha enfrentado críticas por su elevado costo inicial.
El USS Zumwalt no solo representa un avance tecnológico, sino también un ejemplo de los desafíos que enfrenta la innovación militar. Concebido para abrir camino a los marines en misiones terrestres, el navío debía contar con un sistema avanzado de cañones de 155 mm que utilizaría proyectiles asistidos por cohetes. Sin embargo, el exorbitante costo de estos proyectiles, de entre 800.000 y 1 millón de dólares cada uno, llevó a la cancelación del programa.
Pese a esta mancha en su historia, el destructor sigue siendo una de las plataformas más avanzadas de la Armada de Estados Unidos. Entre sus innovaciones destacan:
- Propulsión eléctrica que mejora su eficiencia energética.
- Diseño angular que reduce su firma de radar, haciéndolo más difícil de detectar.
- Caseta de cubierta compuesta, donde se ocultan sus radares y otros sensores.
- Casco poco convencional que atraviesa las olas para una mayor estabilidad en el mar.
Estas características lo convierten en un laboratorio flotante para probar y desarrollar nuevas tecnologías militares.
Una costosa tecnología
El desarrollo de estas armas no está exento de controversias. Según la Oficina de Presupuesto del Congreso, la adquisición de 300 armas hipersónicas, junto con su mantenimiento durante 20 años, costará aproximadamente 18.000 millones de dólares. Esto ha generado críticas entre expertos como Loren Thompson, quien argumenta que el costo de un solo misil supera al de una docena de tanques y pone en duda si su impacto justifica el gasto.
“Este misil en particular cuesta más que una docena de tanques. Lo único que se consigue con él es una explosión precisa, no nuclear, en algún lugar muy, muy lejano. ¿Realmente vale la pena el dinero? La respuesta es que la mayoría de las veces el misil cuesta mucho más que cualquier objetivo que se pueda destruir con él”, enfatizó Thompson en diálogo con AP.
Sin embargo, otros expertos defienden la inversión como una necesidad estratégica. Ray Spicer, contralmirante retirado de la Armada, subraya que estas armas proporcionan una capacidad única: atacar objetivos a miles de kilómetros de distancia, fuera del alcance de la mayoría de las defensas enemigas.
Por su parte, James Weber, director principal de misiles hipersónicos en la Oficina del Subsecretario de Defensa para Tecnologías Críticas, señaló que estaos avances son clave para la seguridad nacional, describiéndolas como esenciales para mantener la disuasión integrada del país.