(Desde Washington, Estados Unidos) La presión a nivel internacional que ejerce Donald Trump y su decisión política de avalar las negociaciones de la administración Biden para lograr un cese del fuego en Líbano, obligó al regimen de Irán a exhibir una posición más cautelosa frente a la actual crisis de Medio Oriente que se inició por el ataque terrorista de Hamas a Israel en octubre de 2023.
Desde ese momento, Teherán dispuso que Hamas, Hezbollah, la Jihad Islámica y los Hutíes avanzaran sobre territorio israelí para lograr su desaparición física.
Pero trece meses más tarde, por la ofensiva militar de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI), Hezbollah perdió su conducción y su capacidad bélica, Hamas fue diezmado en Gaza, y la Jihad Islámica y los Hutíes apenas les queda un residual de poder de fuego en Siria y Yemen.
A este contexto militar se suma la victoria de Trump en los comicios de Estados Unidos, un resultado electoral que reforzó la lógica de negociación de la Casa Blanca en Medio Oriente.
Ahora, Teherán y sus proxies asumieron que las amenazas de Washington significan un peligro inminente por la decisión de Trump de apoyar la estrategia bélica de Benjamín Netanyahu, y dar luz verde a Biden y sus enviados en la región.
Irán inició una estrategia de distensión ante la futura agenda internacional de Trump, que no considera atenuar pese al acercamiento diplomático que ensaya el régimen de los ayatollahs. Elon Musk se reunió en secreto con Amir Saeid Iravani -embajador de Irán en la ONU-, y en ese cónclave de aproximación ambas partes fijaron sus prioridades.
Musk aseguró que Trump considera a Irán su principal enemigo en Medio Oriente y que pretende llegar a su asunción -20 de enero- sin los conflictos en Gaza y Líbano. Iravani replicó que el régimen chiíta intenta construir una hoja de ruta diplomática con la futura administración republicana, y que comparte los objetivos geopolíticos de terminar los enfrentamientos regionales.
Unos días después del encuentro reservado entre Musk e Iravani, Teherán envió al Líbano a Alí Larijani, un asesor de confianza de Alí Jamenei, líder religioso de Irán. Larijani dialogó con los jefes terroristas de Hezbollah y el mensaje fue lineal: es momento de acordar un cese del fuego con Israel.
La tregua con Israel fue una iniciativa que presentó Joe Biden y Emmanuel Macron durante la Asamblea General de la ONU. Benjamín Netanyahu soslayó el movimiento diplomático de los presidentes de Estados Unidos y de Francia, y a cambio ordenó anular a Hassan Nasrallah, jefe histórico de Hezbollah.
Pero esa ruptura del diálogo entre Estados Unidos, Francia e Israel se recompuso cuando Biden y Trump se reunieron en la Casa Blanca tras los comicios del 5 de noviembre. En ese extenso encuentro, Biden informó a Trump cómo estaban las negociaciones en Medio Oriente y el presidente electo apoyó las gestiones que se hacían desde la administración demócrata.
Ese respaldo político de Trump llegó por vía diplomática a Teherán y Beirut, y a continuación todo se encaminó para lograr el cese del fuego entre Israel y Líbano, que será por 60 días y abre una nueva secuencia de negociación en Medio Oriente.
En este contexto, Biden y Netanyahu dialogaron hace 48 horas para ajustar los detalles de la tregua en Líbano y avanzar en una hoja de ruta que permita liberar a los 101 rehenes que Hamas tiene secuestrados en Gaza. El premier israelí aseguró a Biden que ya está negociando y que poco ha cambiado en la posición del grupo terrorista palestino.
La situación en Gaza se parece a un laberinto. Hamas está sola tras la retirada de Hezbollah desde el sur del Líbano a Beirut, Irán exhibe señales de distensión, y el gabinete de Netanyahu puede estallar si el eventual acuerdo en Gaza implica que las tropas israelíes crucen la frontera rumbo a sus cuarteles de origen.
En Jerusalén, Gaza y Teherán ya se sabe que Trump empuja una tregua que debería iniciar antes de su asunción presidencial en enero. Hay una fuerte actividad diplomática en Estados Unidos, Israel, Egipto, Arabia Saudita, Qatar, Irán y Líbano para salir del laberinto y lograr que los rehenes recuperen su libertad.
Existe una ventana de oportunidad que se intenta aprovechar. Pero el final es abierto.