El Black Friday 2024 ya está aquí, y millones de personas en todo el mundo se lanzan a las tiendas físicas y virtuales en busca de las mejores ofertas del año. Este día, que marca el inicio oficial de la temporada de compras navideñas, se ha consolidado como un fenómeno comercial y cultural, lleno de frenesí y estrategias de marketing. Sin embargo, detrás de los descuentos y el bullicio moderno, la fecha tiene una historia sorprendentemente oscura y compleja, cuyos orígenes se remontan a siglos atrás, vinculados a episodios de caos financiero, manipulación del mercado y tensiones sociales.
Para entender cómo este día se convirtió en lo que es hoy, es crucial explorar los eventos históricos que dieron forma a su significado.
El origen de Black Friday
El término tiene sus raíces en un acontecimiento financiero que marcó un antes y un después en la historia económica de los Estados Unidos. Su origen se remonta al 24 de septiembre de 1869, un día que quedó registrado en los libros como una de las mayores crisis bursátiles de la época. Este día, el mercado de valores sufrió un desplome del 20%, provocado por un elaborado esquema de manipulación del mercado del oro, diseñado por dos magnates de la era dorada: Jay Gould y Jim Fisk.
Fox News señaló que, durante la década de 1860, la cantidad de oro en circulación en el país era limitada, estimada en unos 20 millones de dólares. Gould y Fisk, dos poderosos empresarios conocidos por sus prácticas cuestionables, idearon un plan para monopolizar este recurso. Su objetivo era simple pero ambicioso: acaparar todo lo disponible en el mercado. Al reducir la oferta y mantener el control sobre este metal precioso, podrían aumentar su precio de forma artificial, obteniendo enormes beneficios.
Sin embargo, para que el plan funcionara, necesitaban asegurar que el gobierno no interviniera. En aquel momento, el presidente Ulysses S. Grant planeaba liberar reservas de oro al mercado, una medida que habría frustrado el esquema de los empresarios al incrementar la oferta y reducir el valor del oro. Para evitarlo, los dos magnates recurrieron a la influencia política: se acercaron al cuñado del presidente, Abel Rathbone Corbin, quien actuó como intermediario en su intento de influir directamente en las decisiones presidenciales.
Manipulación y colapso
Gracias a su conexión con Corbin, Gould y Fisk lograron que el mandatario retrasara la venta de oro durante un periodo de tiempo. Este movimiento permitió a los empresarios concentrar gran parte de las reservas de oro en sus manos, lo que hizo que su precio se disparara. Sin embargo, el presidente empezó a sospechar de las intenciones detrás del inusual interés de su cuñado y decidió actuar. Finalmente, ordenó la venta de millones de dólares en oro, inundando el mercado y provocando una caída drástica en su precio.
El resultado fue un desastre financiero a nivel nacional. Mientras que Gould y Fisk lograron proteger en parte sus intereses gracias a su rapidez para vender antes de que los precios se desplomaran, muchos otros inversores perdieron sus fortunas. La crisis llevó a innumerables empresas y ciudadanos a la bancarrota, marcando el día como un símbolo de codicia y caos.
Un día oscuro en la historia de Estados Unidos
Este evento, conocido como el Viernes Negro de 1869, no solo afectó el mercado financiero de la época, sino que también dejó una huella indeleble en la historia económica del país. Representó una de las primeras muestras de cómo la manipulación del mercado podía desestabilizar a toda una nación, afectando tanto a las élites como a los ciudadanos comunes.
De una crisis económica a un contexto comercial positivo
El cambio más reciente en el significado de “Black Friday” ocurrió en la década de 1980, cuando los contables y ejecutivos de las principales cadenas minoristas comenzaron a utilizar el término en un contexto financiero. Antes de Acción de Gracias, muchas empresas enfrentaban dificultades económicas, operando “en números rojos”, lo que en contabilidad significa pérdidas. Sin embargo, el viernes posterior a la festividad representaba un punto de inflexión. Este día, las ventas masivas generaban un aumento significativo en los ingresos, lo que permitía a las empresas pasar de números rojos a números negros, que simbolizan ganancias.
Este nuevo enfoque financiero permitió transformar la percepción del término. Lo que antes estaba asociado con desastres financieros y caos social pasó a ser un símbolo de prosperidad económica y éxito comercial. La narrativa del Black Friday se adaptó a un contexto más optimista, en el que los consumidores veían este día como una oportunidad para ahorrar y los minoristas como el inicio de su periodo más lucrativo del año.
El papel de los medios y las estrategias de marketing
A medida que crecía el interés por este fenómeno, los medios de comunicación comenzaron a promover el Black Friday como un evento emblemático. En paralelo, las tiendas aprovecharon su popularidad para diseñar campañas de marketing agresivas, ofreciendo descuentos sin precedentes y abriendo sus puertas cada vez más temprano, incluso en horas de la madrugada.
Con el tiempo, la fecha dejó de ser únicamente un fenómeno estadounidense y se expandió a otros países, adaptándose a contextos locales y convirtiéndose en un día global de consumo.
La conexión con el comercio digital
El auge del comercio electrónico a principios del siglo XXI amplificó aún más la importancia del Black Friday. La llegada de plataformas como Amazon y la creación de eventos complementarios como el Cyber Monday consolidaron la semana posterior a Acción de Gracias como una de las más importantes para el comercio global. Esta transición al mundo digital permitió que la fecha alcanzara a consumidores que no podían o no querían participar en la experiencia caótica de las tiendas físicas, democratizando el acceso a las ofertas.