La película El mago de Oz (1939), protagonizada por Judy Garland, es reconocida como un clásico del cine. Sin embargo, su producción estuvo marcada por accidentes, desafíos técnicos y rumores que han alimentado su leyenda. Desde lesiones graves entre los actores hasta historias de supuestas maldiciones, este largometraje ha sido objeto de mitos y especulaciones.
Uno de los aspectos más relevantes del rodaje fueron los riesgos asumidos por el equipo al utilizar efectos especiales innovadores para la época. Según el historiador de cine John Fricke, los problemas en el set no derivaron de descuidos intencionados, sino de las limitaciones tecnológicas y de seguridad del cine de los años 30 , según People.
Aunque muchos incidentes documentados han sido corroborados, como las quemaduras sufridas por la actriz Margaret Hamilton o los problemas de salud de Buddy Ebsen, numerosos rumores han sido desmentidos. Fricke asegura que historias como el supuesto suicidio de un actor en el set o las acusaciones de abuso hacia Garland carecen de evidencia y han sido exageradas, de acuerdo con Time.
Los accidentes más graves ocurridos durante el rodaje de El mago de Oz
Entre los incidentes más documentados está el que afectó a Margaret Hamilton, quien interpretó a la Malvada Bruja del Oeste. Durante una escena en la que su personaje desaparecía en una nube de humo, un error técnico provocó una explosión que le causó quemaduras de segundo y tercer grado. Según Fricke, citado por People, este accidente obligó a la actriz a ausentarse durante seis semanas.
Cuando regresó al set, Hamilton se negó a participar en otra escena peligrosa que involucraba efectos con fuego. En su lugar, su doble, Betty Danko, realizó la secuencia, pero también resultó herida. Según los libros de Fricke sobre la película, la escoba utilizada en la escena explotó, lanzando a Danko al suelo y causándole lesiones que requirieron hospitalización.
Problemas con el maquillaje del Hombre de Hojalata
Buddy Ebsen, elegido inicialmente para interpretar al Hombre de Hojalata, tuvo que abandonar el proyecto debido a una reacción alérgica severa al polvo de aluminio utilizado en su maquillaje. Según la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas, Ebsen relató en sus memorias The Other Side of Oz que sufrió calambres musculares y dificultades respiratorias mientras dormía, lo que lo obligó a ser reemplazado por Jack Haley.
Tras este incidente, los productores modificaron el diseño del maquillaje del personaje para evitar nuevos problemas de salud entre el elenco.
Lesiones a animales durante el rodaje
El perro Terry, quien interpretó a Toto, también sufrió un accidente en el set. Según un informe de People, un técnico de producción accidentalmente pisó al animal, lo que causó lesiones menores que requirieron atención veterinaria antes de que el perro pudiera regresar a las grabaciones.
Rumores sobre los actores que interpretaron a los Munchkins
Uno de los mitos más persistentes sobre el rodaje de El mago de Oz es el supuesto comportamiento inapropiado de los actores que interpretaron a los Munchkins hacia Judy Garland. Sid Luft, exesposo de Garland, afirmó en sus memorias que estos actores solían acosarla en el set. Sin embargo, Fricke desmintió estas acusaciones en una entrevista con Time, asegurando que no hay evidencia para respaldar estas afirmaciones.
Fricke añadió que la única interacción documentada fue cuando uno de los actores invitó a cenar a Garland, una propuesta que fue rechazada sin incidentes adicionales.
El mito del suicidio en el set de El mago de Oz
Otro rumor recurrente es el supuesto suicidio de un actor que interpretaba a un Munchkin, cuya sombra sería visible en una escena de la película. Según Fricke, citado por People, esta historia es completamente falsa. La “sombra” que aparece en el fondo de la escena corresponde, en realidad, a un ave utilizada como parte del decorado.
Efectos innovadores y riesgos en el rodaje
El historiador John Fricke atribuye muchos de los accidentes ocurridos durante la producción a la naturaleza experimental de los efectos visuales utilizados en El mago de Oz. En declaraciones a People, Fricke explicó que los cineastas estaban intentando crear escenas nunca antes vistas en el cine, lo que llevó a situaciones imprevistas y accidentes.
Aunque algunos incidentes tuvieron consecuencias graves, como las lesiones de Hamilton y Danko, Fricke enfatizó que el equipo técnico no actuó de manera negligente. Estas dificultades reflejan los desafíos de trabajar con tecnología limitada en una época en la que los estándares de seguridad en los sets de cine eran menos rigurosos.
El legado de una película que marcó un precedente en el cine
A pesar de los problemas documentados y los rumores surgidos con los años, El mago de Oz sigue siendo considerada una obra maestra. Fricke sostiene que el 90% de los riesgos asumidos resultaron en innovaciones que ayudaron a consolidar su lugar en la historia del cine, mientras que el 10% restante ha sido magnificado por la especulación.