Con la llegada del Día de Acción de Gracias (Thanksgiving), millones de pasajeros buscan consejos para hacer sus viajes más llevaderos, y uno de los trucos más comentados en redes sociales es cómo pasar una botella de agua completa por los controles de seguridad en aeropuertos de Estados Unidos. La solución, respaldada por la Administración de Seguridad en el Transporte (TSA), es sorprendentemente simple: congelarla antes del viaje.
Según confirmó un portavoz de la TSA a CNN, los líquidos congelados están permitidos siempre que estén completamente sólidos al momento de pasar por el control de seguridad. Si la botella presenta partes derretidas, en estado semisólido o con líquido en el fondo, entonces debe cumplir con la regla de líquidos 3-1-1. Esta norma permite transportar líquidos, geles y aerosoles en recipientes de hasta 100 mililitros (3,4 onzas), los cuales deben caber en una bolsa plástica de aproximadamente un litro.
En caso de que la botella congelada comience a derretirse, las instrucciones son claras: los viajeros deben beber el agua antes de colocar sus pertenencias en la bandeja del control. Esto garantiza que el contenido restante cumpla con las restricciones establecidas por la TSA y evite que los agentes confisquen la botella.
Excepciones y reglas especiales de la TSA
Aunque el truco de la botella de agua congelada puede ser útil, existen algunas excepciones importantes dentro de las reglas de la TSA que los pasajeros deben tener en cuenta. La primera y más destacada es la relacionada con líquidos médicamente necesarios. Según las directrices de la institución, los viajeros pueden llevar cantidades mayores a los 100 mililitros permitidos si se trata de medicamentos líquidos, geles o aerosoles esenciales para la salud.
Para que estos artículos sean autorizados, deben ser declarados al oficial de seguridad en el punto de control. Esto permite que sean inspeccionados adecuadamente antes de ser admitidos a bordo. Además, la regla también se aplica a artículos como fórmulas para bebés o leche materna, que no están sujetos a la limitación de tamaño si se consideran necesarios para el viaje.
Otra consideración clave es que la decisión final sobre si un artículo puede pasar o no el control recae en el oficial de la TSA. Esto significa que, incluso si un pasajero cumple con las normativas generales, un agente puede rechazar un objeto si lo considera necesario por razones de seguridad.
En este contexto, la agencia también recomienda no empacar alimentos o líquidos congelados en el equipaje de mano si el pasajero no está dispuesto a desecharlos en caso de que sean rechazados. Esto incluye artículos como salsas, sopas congeladas o cualquier alimento que, al descongelarse, se convierta en líquido.
Opiniones de los viajeros sobre el truco
El truco de la botella de agua congelada generó diversas reacciones entre los viajeros frecuentes, y las opiniones van desde la admiración hasta la crítica. Muchos ven esta estrategia como innecesaria, considerando que una alternativa más simple es llevar una botella vacía a través del control de seguridad y llenarla después en las estaciones de agua disponibles en la mayoría de los aeropuertos. Esta opción no solo es gratuita, sino que evita la posible complicación de manejar una botella congelada que podría derretirse antes de tiempo.
Otros cuestionan si realmente vale la pena el esfuerzo de congelar una botella únicamente para ahorrar dinero en agua embotellada, a pesar de los elevados precios en los aeropuertos. Además, algunos señalan que el tiempo que tarda el hielo en derretirse podría ser un problema en vuelos cortos, ya que el agua no estaría lista para beber antes de aterrizar.
Sin embargo, hay quienes defienden el truco por su utilidad en situaciones específicas. Por ejemplo, el bloguero de aviación John E. DiScala, conocido como “Johnny Jet”, considera que este consejo puede ser práctico en momentos de calor extremo o ante retrasos inesperados en los vuelos. Según él, tener agua helada desde el principio del viaje puede ser una ventaja significativa, especialmente para mantenerse hidratado durante largas esperas en pistas o salas de embarque abarrotadas.
El hack también parece apelar a quienes disfrutan de la sensación de “vencer al sistema”. Según DiScala, parte de la popularidad del truco puede radicar en su simplicidad y en la satisfacción que brinda a los viajeros sentirse preparados e independientes de los servicios a bordo. Además, este método podría ayudar a evitar depender de las azafatas para obtener agua, especialmente en vuelos con servicio limitado.