El lujo y la sofisticación de Lululemon, una de las marcas de ropa deportiva más exclusivas del mercado, se han visto envueltos en un caso de robo organizado que abarca varios estados en Estados Unidos.
En el centro de esta red delictiva se encuentran Jadion Anthony Richards y Akwele Nickeisha Lawes-Richards, una pareja de Danbury, Connecticut, que enfrenta cargos graves por su presunta participación en el hurto sistemático de productos de la marca, de acuerdo con reportes de The Associated Press.
Según los documentos judiciales, la pareja es sospechosa de robar mercancías por un valor de casi un millón de dólares, operando en tiendas de todo el país mediante un esquema complejo de robos y devoluciones.
Así robaron millones a Lululemon
La acusación formal fue presentada este mes en Minnesota bajo el cargo de robo organizado en tiendas minoristas. Richards, de 44 años, y Lawes-Richards, de 45, quedaron en libertad tras pagar fianzas de 100.000 y 30.000 dólares, respectivamente, y deberán comparecer nuevamente ante el Tribunal de Distrito del Condado de Ramsey el próximo 16 de diciembre. Mientras tanto, la investigación continúa acumulando evidencia que vincula a la pareja con numerosas pérdidas en tiendas de Lululemon en varios estados.
De acuerdo con las denuncias penales, la pareja ejecutaba un esquema en el que robaban artículos de tiendas Lululemon y realizaban devoluciones fraudulentas. El investigador de la marca explicó que el grupo viajaba a diversas ciudades, sustraía productos en varias tiendas y luego regresaba a la costa este para realizar devoluciones sin recibos, obteniendo reembolsos en tarjetas de crédito.
En un allanamiento realizado en su hotel en Bloomington, la policía encontró ropa de Lululemon valorada en más de 50.000 dólares. Según las investigaciones, la pareja también está vinculada a robos en Colorado, Utah, Nueva York y Connecticut, además de Minnesota, donde se reportaron incidentes en tiendas de Minneapolis, Woodbury, Edina y Minnetonka.
El esquema descrito en la denuncia detalla que Richards compraba productos baratos para distraer al personal mientras Lawes-Richards y otras personas ocultaban ropa robada bajo su vestimenta. Al salir de la tienda, los sensores de seguridad eran activados intencionalmente, y Richards usaba su bolsa con artículos legítimos para engañar al personal, permitiendo que las demás personas escaparan con los productos sustraídos.
¿Qué consecuencias habrá?
Tristen Shields, vicepresidente de protección de activos de Lululemon, señaló que estos incidentes subrayan la importancia de la colaboración con las fuerzas del orden y las inversiones en tecnología avanzada para prevenir delitos minoristas. “Seguimos comprometidos a continuar con estos esfuerzos para abordar y prevenir este problema que afecta a toda la industria”, afirmó Shields en un comunicado.
La pareja está siendo procesada bajo una nueva ley de Minnesota que tipifica el robo organizado en comercios minoristas, promulgada el año pasado. El senador Ron Latz, uno de los autores de la legislación, destacó que esta medida busca reducir el impacto económico y social de estos delitos. “Este tipo de robo perjudica a los minoristas y a los consumidores, además de amenazar la seguridad de los trabajadores cuando no se aborda el delito. También perjudica a los consumidores a través del aumento de los costos y la reventa en línea de productos en mal estado”, declaró Latz.
“Me alegra ver que está funcionando como se esperaba para acabar con las operaciones delictivas”, añadió el autor de la legislación.
En un caso similar, en agosto de este año, dos mujeres fueron acusadas bajo la misma ley por un robo en una tienda Lululemon en Minneapolis.