El hogar donde ocurrió uno de los crímenes más mediáticos en la historia de Estados Unidos, el asesinato de JonBenét Ramsey en 1996, es ahora el refugio de una familia que busca redimir el pasado oscuro del lugar. Los nuevos dueños, propietarios desde 2004, adquirieron la vivienda con una visión clara: despojarla de su fama siniestra y transformarla en un espacio de paz y renovación.
Con el reciente estreno de ¿Quién mató a JonBenét Ramsey?, un documental de Netflix, los seguidores del caso han reavivado su interés por lo ocurrido. A pesar de haber recibido múltiples ofertas lucrativas de productores y medios, los propietarios actuales de la vivienda se han mantenido firmes en su decisión de no participar en proyectos relacionados con el caso, con el fin de alejar la atención de la familia Ramsey.
Quiénes son los dueños actuales de la casa donde mataron a JonBenét
Carol Schuller Milner y su esposo Timothy Milner viven actualmente en la casa donde se encontró muerta a JonBenét. Desde su llegada, los nuevos dueños intentaron resignificar la propiedad. Según la dueña, quien es hija del fallecido evangelista Robert H. Schuller, su decisión de comprar la casa estuvo influenciada por su fe y su deseo de convertir el inmueble en un lugar para su ministerio en Boulder, Colorado.
“Esto se había convertido en un monumento oscuro, un recordatorio constante de algo horrible que pasó. Yo creo en deshacer esas cosas”, afirmó Carol en entrevistas previas. Para la familia, la propiedad no solo es un lugar para vivir, sino una oportunidad de demostrar que es posible superar las sombras del pasado.
Cambios en la casa tras el asesinato de JonBenét Ramsey
La residencia ubicada en la calle 15 de Boulder, Colorado, donde ocurrió el asesinato de la pequeña JonBenét Ramsey en diciembre de 1996, no tardó en convertirse en un símbolo de la tragedia. Ante la notoriedad que el caso adquirió a nivel mundial, los posteriores propietarios tomaron medidas para disuadir a curiosos y despojar al inmueble de su siniestra fama.
Uno de los primeros cambios notables ocurrió en 2001, cuando se modificó la dirección oficial de la propiedad. Esta decisión fue acompañada por la adición de árboles grandes y cercas altas, con el objetivo de crear una barrera física y visual que protegiera la privacidad de quienes vivieran allí. Los ajustes buscaron transformar la casa, un Tudor de cinco habitaciones y cinco baños construida en 1927, en un hogar funcional sin la carga del caso mediático que lo marcó.
Los primeros esfuerzos para desvincular la casa del crimen comenzaron con su venta en 1998, apenas dos años después del asesinato. John y Patsy Ramsey, padres de JonBenét, vendieron el inmueble a un grupo de inversores por 650.000 dólares. Más tarde, los nuevos propietarios implementaron estos cambios, que hasta el día de hoy son parte de su estructura y diseño.
La lucha por la privacidad
A pesar de estas modificaciones, la casa sigue siendo un punto de interés para quienes buscan entender uno de los crímenes más enigmáticos de Estados Unidos. Incluso décadas después, la propiedad ha seguido atrayendo a visitantes, especialmente tras lanzamientos mediáticos, como el reciente documental en Netflix, ¿Quién mató a JonBenét Ramsay?
Sin embargo, los propietarios actuales, Carol y Tim Milner, confían en que las medidas adoptadas, incluido el portón que ahora rodea el terreno, sean suficientes para preservar su tranquilidad.
Repetidos intentos fallidos de vender la casa
Desde que la familia Milner adquirió la casa de JonBenét Ramsey en 2004 por 1,05 millones de dólares, la pareja intentó venderla sin éxito en al menos seis ocasiones. Las razones detrás de estas fallas parecen estar vinculadas tanto a su alto precio como a la sombría notoriedad del inmueble.
El primer intento de venta ocurrió en 2008, cuando fue listada en el mercado por 2,68 millones de dólares. Sin embargo, no se concretó ninguna oferta. En años posteriores, los Milner volvieron a intentarlo: en 2009 y 2011 redujeron el precio a 2,29 millones y 2,3 millones, respectivamente, y en 2014 a 1,98 millones. A pesar de estas rebajas significativas, la casa permaneció sin comprador.
En 2022, fue listada con un precio inicial de 7,25 millones, reflejando la inflación y la creciente demanda de bienes raíces en Boulder, Colorado, una ciudad conocida por su atractivo entorno. Sin embargo, el elevado precio, ajustado en 2023 a 6,95 millones, tampoco generó interés suficiente para cerrar un trato.
El peso del estigma y la controversia
Los expertos han sugerido que la conexión de la casa con el asesinato de JonBenét Ramsey sigue siendo un factor clave que disuade a los compradores. Aunque el mercado inmobiliario de Boulder es competitivo y la casa se encuentra en una ubicación privilegiada, el vínculo con el crimen parece superar sus atractivos arquitectónicos y su diseño modernizado.
A lo largo de los años, Carol Milner ha declarado su apego emocional a la casa, explicando que en algunas ocasiones rechazaron ofertas por motivos personales. Sin embargo, el continuo fracaso en vender la propiedad ha consolidado su reputación como un inmueble difícil de mover en el mercado.
Qué pasó con JonBenét Ramsey
La investigación del asesinato de la menor no solo se convirtió en una de las más mediáticas de la historia de Estados Unidos, sino también en una de las más cuestionadas por sus errores y falta de resolución, señaló Mirror. Desde el inicio, las autoridades enfrentaron críticas por cómo manejaron la escena del crimen, donde se encontraron importantes inconsistencias que, según expertos, pudieron comprometer el caso.
El día del hallazgo del cuerpo, la casa de los Ramsey no fue acordonada de inmediato, lo que permitió el ingreso de amigos y familiares que podrían haber contaminado pruebas cruciales. Además, la autopsia reveló signos de estrangulamiento y traumatismos que sugerían abuso sexual, pero las interpretaciones forenses generaron divisiones entre los investigadores.
En 2008, los fiscales del caso anunciaron que el análisis de pruebas de ADN exoneraba oficialmente a la familia Ramsey, apuntando a un posible intruso. Sin embargo, esta conclusión no disipó las dudas de quienes creían en la culpabilidad de los padres o del hermano mayor de JonBenét, Burke Ramsey, quien tenía nueve años en el momento del crimen.
El ADN encontrado no coincidía con el de ningún miembro de la familia, pero tampoco con registros de criminales conocidos, lo que limitó las posibilidades de identificar a un sospechoso. Décadas después, las autoridades han recurrido a nuevas tecnologías, como bases de datos genealógicas, para intentar resolver el caso.