Protesta global contra Amazon amenaza el Black Friday y el Cyber Monday

Las jornadas del Black Friday y el Cyber Monday, conocidas por ser de las más lucrativas para el gigante del comercio electrónico Amazon, también se han convertido en un terreno fértil para la movilización de trabajadores y activistas. Este año, bajo el lema “Make Amazon Pay” o “haz que Amazon pague”, se desarrollan protestas en más de 20 países, con denuncias que abarcan abusos laborales, daños ambientales y amenazas a la democracia. Esta iniciativa, liderada por UNI Global Union y Progressive International, celebra su quinto año consecutivo como una plataforma global de reivindicación.

El alcance de estas movilizaciones es posible gracias a la colaboración entre organizaciones sindicales y grupos activistas. UNI Global Union, que representa a trabajadores de diversos sectores, y Progressive International, que promueve la justicia global, han consolidado una red para articular demandas contra Amazon.

Christy Hoffman, secretaria general de UNI Global Union, destacó la relevancia de estas acciones conjuntas: “Estamos unidos en la demanda de que Amazon trate a sus trabajadores con equidad, respete los derechos fundamentales y deje de minar los sistemas que están destinados a protegernos a todos”. Estas palabras reflejan el objetivo de dar visibilidad a problemáticas comunes, superando fronteras y contextos locales.

Por su parte, Varsha Gandikota-Nellutla, co-coordinadora general de Progressive International, afirmó: “Amazon está en todas partes, pero nosotros también. Al unir nuestros movimientos a través de las fronteras, no solo podemos obligar a Amazon a cambiar su comportamiento, sino también sentar las bases de un mundo que prioriza la dignidad humana”.

Frente al escrutinio global, Amazon defendió sus políticas laborales. Eileen Hards, portavoz de la compañía, aseguró: “Estamos orgullosos del salario competitivo, los beneficios comprensivos y la experiencia laboral segura y atractiva que proporcionamos a nuestros equipos”. Estas declaraciones contrastan con las denuncias sobre la precariedad de las condiciones laborales en diversos países, que constituyen el núcleo de las críticas del movimiento.

Las protestas de “Make Amazon Pay” se llevan a cabo en países como Alemania, Francia, Japón, Brasil e India, entre otros. En Alemania, uno de los mercados más importantes para Amazon en Europa, se han convocado huelgas en al menos seis ciudades. En Nueva Delhi, trabajadores planean manifestaciones masivas para exigir mejores condiciones laborales, mientras que en América Latina y Asia, las movilizaciones buscan visibilizar las brechas de desigualdad económica y la falta de regulación sobre las prácticas empresariales.

En ediciones anteriores, países como España e Italia se sumaron a la iniciativa con demandas similares, reforzando el carácter global del movimiento.

El trasfondo de estas manifestaciones se conecta con un informe reciente de la Organización Internacional del Trabajo (ILO, por sus siglas en inglés), que advierte sobre el impacto de la inflación y el aumento del costo de vida en los salarios mínimos. Según la ILO, los trabajadores en muchos países han experimentado una reducción en el poder adquisitivo, una situación que contrasta con la creciente rentabilidad y expansión de Amazon.

Además, los desafíos para la sindicalización en la empresa han quedado en evidencia, especialmente en Estados Unidos. En 2022, un almacén en Staten Island, Nueva York, logró formar el primer sindicato en la historia de Amazon. Sin embargo, intentos similares en Alabama y otras instalaciones de Nueva York no lograron consolidarse, reflejando las dificultades que enfrentan los trabajadores en este proceso.

Las fechas de Black Friday y Cyber Monday son clave para Amazon, no solo por sus ingresos masivos, sino también por la atención mediática que atraen. Esto convierte estos días en una plataforma estratégica para el movimiento “Make Amazon Pay”, que busca aumentar la presión sobre la compañía.

Además de exigir mejoras inmediatas en las condiciones laborales, las movilizaciones tienen un objetivo más amplio: sentar precedentes para un modelo económico más justo y sostenible, donde el crecimiento empresarial no ocurra a costa de los derechos de los trabajadores y el medio ambiente.

Las jornadas de protesta, lejos de ser un episodio aislado, reflejan un sentimiento global de descontento hacia las prácticas empresariales de grandes corporaciones, en un contexto de crecientes desigualdades económicas y sociales.