Condenaron a policía que mató a anciana de 95 años con un taser

Tras 20 horas de análisis, un tribunal consideró que el uso de la pistola de electrochoque por parte del agente fue desproporcionada y excesiva

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Un tribunal llegó a la conclusión de que el oficial respondió de manera desproporcionada. (AP)
Un tribunal llegó a la conclusión de que el oficial respondió de manera desproporcionada. (AP)

Un veredicto en Sídney ha conmocionado a Australia y al mundo: el oficial de policía Kristian James Samuel White fue declarado culpable de homicidio tras aplicar una descarga eléctrica con una pistola Taser a Clare Nowland, una anciana de 95 años con demencia. El tribunal, tras 20 horas de deliberación, determinó que el uso de este dispositivo por parte del agente fue una respuesta desproporcionada y excesiva que llevó a la muerte de Nowland en mayo de 2023. White, actualmente en libertad bajo fianza, podría enfrentar hasta 25 años de prisión.

El caso ha puesto en el centro del debate público el protocolo de uso de fuerza policial, especialmente con dispositivos que se consideran “menos letales”, como los Tasers. Este caso particular ha sido señalado por su naturaleza extraordinaria, pues la víctima era una mujer mayor, dependiente de un andador, que no representaba una amenaza inminente, según reportó CBS News.

El trágico evento tuvo lugar en el hogar de ancianos Yallambee Lodge, en la ciudad de Cooma, al sur de Australia. Nowland, quien padecía demencia avanzada, fue encontrada por el personal del hogar sosteniendo un cuchillo de sierra para carne. Ante la imposibilidad de que soltara el utensilio, los cuidadores contactaron a la policía.

La trágica muerte de Nowland

El oficial de policía podría enfrentar hasta 25 años de cárcel. (Imagen Ilustrativa/REUTERS/Regis Duvignau)
El oficial de policía podría enfrentar hasta 25 años de cárcel. (Imagen Ilustrativa/REUTERS/Regis Duvignau)

White y otros agentes llegaron al lugar y, según los testimonios presentados durante el juicio, intentaron convencer a la nonagenaria de dejar el utensilio de cocina. Los oficiales le dieron al menos 21 órdenes verbales, pero la mujer, avanzando “a paso lento” con su andador, no las obedeció. En un video reproducido durante el juicio, se escucha a White decir “no, al diablo” antes de disparar su Taser contra Nowland. La descarga hizo que cayera hacia atrás, golpeándose la cabeza contra el suelo. Este golpe resultó en heridas fatales, y la anciana murió una semana después en el hospital.

El jurado rechazó los argumentos de la defensa, que sostenían que White había actuado de acuerdo con su entrenamiento, el cual le enseñaba a considerar peligrosa a cualquier persona que empuñara un cuchillo. El veredicto determinó que su respuesta fue innecesaria y fuera de proporción, dado el estado físico y la condición mental de la mujer, quien medía apenas 1,57 metros y pesaba 43 kilos.

La comisionada de Policía de Nueva Gales del Sur, Karen Webb, ofreció sus condolencias a la familia de Nowland tras el fallo judicial y reconoció que “esto nunca debió haber sucedido”. Aunque las políticas sobre el uso de Tasers fueron revisadas en enero de 2024, no se implementaron cambios en los protocolos. Este hecho ha generado nuevas críticas hacia la falta de acciones concretas para evitar futuros incidentes.

Además del juicio penal contra White, la familia de la víctima presentó una demanda civil por presunta agresión física y psicológica en nombre de la anciana. Este proceso se resolvió de forma privada en marzo de 2024, aunque su contenido exacto no fue revelado, según reportó CBS News.

Un legado que impulsa el cambio

La mujer dejó una huella indeleble en la memoria de muchas personas. (Reuters)
La mujer dejó una huella indeleble en la memoria de muchas personas. (Reuters)

El caso reavivó un debate de larga data en Australia sobre el uso de dispositivos de electrochoque por parte de la policía. Los Tasers, concebidos como alternativas no letales a las armas de fuego, han sido objeto de controversia, especialmente en intervenciones con personas vulnerables, como aquellas con condiciones de salud mental o física.

Expertos en derechos humanos y defensores de la comunidad, como el empresario Andrew Thaler, han señalado que la situación pudo haberse resuelto con un enfoque más compasivo. “Lo que Clare necesitaba era una palabra amable, asistencia y ayuda, no la fuerza de la ley”, comentó.

Clare Nowland dejó una familia numerosa: ocho hijos, 24 nietos y 31 bisnietos. Su caso imprimió una huella en la conciencia pública australiana, convirtiéndose en un símbolo de la necesidad de reformas profundas en las fuerzas del orden.

Organizaciones civiles han exigido medidas más estrictas para garantizar que las políticas de uso de Tasers se adapten a escenarios complejos. Esto incluye mejor capacitación en resolución pacífica de conflictos y protocolos que prioricen la seguridad y dignidad de las personas en estado vulnerable, tal y como informó CBS News.

Mientras Australia debate los cambios necesarios, la memoria de Nowland sigue siendo un recordatorio del impacto que puede tener la falta de empatía y precaución en las actuaciones policiales.

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