El pequeño pueblo de McColl, en el condado de Marlboro, Carolina del Sur, quedó sin fuerza policial después de que el jefe de policía, Bob Hale, y los cuatro oficiales que integraban el Departamento de Policía presentaran sus renuncias.
La decisión, que ha generado alarma entre los 2,000 residentes, fue atribuida a un ambiente de trabajo hostil, recortes presupuestarios significativos y falta de recursos para cumplir con las demandas de la comunidad.
De acuerdo con WRAL, el jefe de policía Bob Hale, quien asumió el cargo en junio de 2023, explicó los motivos detrás de su renuncia en una extensa publicación en Facebook el pasado 21 de noviembre. Según Hale, las acciones de un miembro del consejo municipal, cuya identidad inicialmente no reveló, crearon un “ambiente de trabajo tóxico”.
Hale afirmó que enfrentó “hostigamiento repetido, ataques personales y una falta de apoyo institucional” que dificultaron la operación del departamento. “Durante meses, he soportado un comportamiento malintencionado y sin fundamento que buscaba socavar mi integridad y liderazgo”, escribió Hale.
Asimismo, denunció que el presupuesto del departamento, ya limitado, sufrió recortes significativos a instancias del mismo miembro del consejo. Esto dejó al departamento sin los recursos necesarios para modernizar equipos, ofrecer entrenamientos y ampliar la plantilla. “La falta de inversión obstaculizó nuestra capacidad para operar al nivel que los ciudadanos de McColl merecen”, añadió.
Hale detalló que gran parte de su tiempo como jefe de policía fue invertido en “limpiar los nombres de los oficiales y el mío de las numerosas falsedades” que, según él, se difundieron en su contra. Si bien inicialmente planeó una salida discreta, dijo que decidió hablar públicamente ante el interés generado por los medios de comunicación y su preocupación por el futuro del pueblo.
El descontento no se limitó al jefe de policía. Courtney Bulusan, exinvestigadora del departamento, también renunció y expresó frustración por las condiciones laborales. “No voy a quedarme donde solo me toleren, voy a ir donde me celebren”, afirmó. Bulusan señaló que las limitaciones presupuestarias afectaban incluso las operaciones más básicas del departamento. “Necesitamos autos. Estaba en camino a atender un llamado cuando el vehículo simplemente dejó de funcionar”, explicó.
Bulusan recalcó que su decisión no tenía relación con la comunidad de McColl, a la cual expresó su gratitud, sino con las dificultades para realizar su trabajo debido a la falta de herramientas adecuadas y el ambiente laboral hostil. “Quiero que los residentes sepan que espero que el pueblo tome los pasos correctos para garantizar su seguridad”, citó el New York Post.
Respuestas del gobierno local
El alcalde de McColl, George Garner, confirmó que el pueblo quedó sin fuerza policial activa, pero aseguró que ya están trabajando para contratar un nuevo jefe de policía y llenar las vacantes restantes. En declaraciones a los medios, Garner lamentó la salida de Hale y su equipo. “Odiamos verlos irse. Eran un gran equipo. Pero vamos a continuar”, expresó al canal WMBF.
Aunque Garner no respondió directamente a las acusaciones de hostigamiento, reconoció que existieron disputas profesionales entre los miembros del consejo y el jefe de policía. Según el alcalde, estas tensiones se resolvieron mediante disculpas mutuas y acuerdos, lo que, en su opinión, debería haber puesto fin al conflicto. “Pensé que todo estaba bien”, declaró al periódico The Post and Courier.
Por otro lado, el concejal Harry Benjamin, identificado posteriormente como el miembro del consejo mencionado en las declaraciones de Hale, negó estar al tanto de las razones detrás de las renuncias masivas. “Estoy sorprendido por lo ocurrido”, aseguró al medio News 13, mientras el resto de los concejales optaron por no hacer comentarios públicos sobre la crisis.
Impacto en la comunidad
La ausencia de una fuerza policial local ha generado preocupación entre los residentes de McColl, quienes ahora dependen de la Oficina del Sheriff del Condado de Marlboro y de la División de Cumplimiento de la Ley del Estado de Carolina del Sur para responder a emergencias. Estas agencias externas, sin embargo, requieren más tiempo para atender los llamados debido a la distancia.
“Si alguien fuera apuñalado o baleado, tendrían que venir desde Bennettsville. Estamos hablando de diez o quince minutos, y alguien podría perder la vida en ese tiempo”, dijo William Groom, un residente de McColl. Para muchos, esta brecha en la respuesta policial representa un riesgo significativo para la seguridad del pueblo.
El Departamento de Policía de McColl ya enfrentaba problemas de estabilidad antes de las renuncias masivas. Según informes del Post and Courier, el departamento ha tenido seis jefes de policía en los últimos cuatro años, lo que refleja dificultades persistentes para mantener un liderazgo estable. “Trabajar en McColl requiere de una persona especial”, afirmó Garner al medio.
A pesar de la gravedad de la situación, Garner se mostró optimista respecto a la capacidad del pueblo para atraer nuevos oficiales. Según dijo, ya se han recibido solicitudes para el cargo de jefe de policía, el cual fue anunciado oficialmente el 11 de noviembre en la página de Facebook de la localidad. “No estoy preocupado. Vamos a encontrar a las personas adecuadas para este trabajo”, aseguró.
El caso de McColl no es único. En octubre, toda la fuerza policial de Geary, Oklahoma, renunció, citando problemas similares relacionados con la falta de apoyo por parte de las autoridades locales.