Un tribunal federal de Estados Unidos dictaminó que la esmeralda de Bahía, una piedra preciosa de 400 kilogramos valorada en más de 1.000 millones de dólares, debe ser devuelta a Brasil. Este fallo, emitido el pasado jueves 21 de noviembre, pone fin a una prolongada disputa legal que involucró a inversionistas, comerciantes de gemas y los gobiernos de ambos países.
Además, sella la suerte de una piedra que ha sido objeto de mitos, acusaciones de contrabando y una serie de eventos desafortunados que le han valido el apodo de “la esmeralda maldita”.
La historia de la esmeralda de Bahía comenzó en 2001, cuando fue descubierta en una remota mina de la región amazónica de Brasil. Según los registros judiciales, la piedra fue extraída ilegalmente, ya que no se contaba con los permisos necesarios para extraer y exportar recursos minerales, un requisito estipulado por la constitución brasileña, que declara a todos los activos mineros como propiedad nacional.
La gigantesca gema fue transportada fuera de la selva utilizando mulas, enfrentando peligros en el trayecto, incluido el ataque de un jaguar que mató a uno de los animales de carga. Poco después, fue sacada del país con documentos falsificados, en un claro acto de contrabando.
Una vez en Estados Unidos, la esmeralda pasó por una serie de incidentes rocambolescos. En primer lugar, fue almacenada en un depósito en Nueva Orleans, que resultó gravemente afectado por el huracán Katrina en 2005. Más tarde, fue trasladada a un almacén en Los Ángeles, donde fue robada.
En algún momento de su trayectoria, la piedra estuvo cerca de ser utilizada en una transacción vinculada al famoso estafador Bernie Madoff, aunque el acuerdo nunca se concretó. Finalmente, la gema fue recuperada por las autoridades en Las Vegas y quedó bajo custodia de la Oficina del Sheriff de Los Ángeles.
¿Quién es el verdadero dueño?
Desde su llegada a Estados Unidos, la esmeralda de Bahía ha sido objeto de disputas legales entre diversos grupos que alegaban ser los legítimos propietarios. Entre ellos, destacó el empresario estadounidense Kit Morrison, quien lideraba un consorcio de inversionistas que afirmaba haber adquirido la gema de buena fe. Morrison y su grupo sostuvieron que habían pagado 1,3 millones de dólares para obtener derechos sobre la piedra con la intención de revenderla a un precio mucho mayor.
En 2015, un tribunal de California reconoció al consorcio de Morrison como compradores de buena fe, validando su reclamo. Sin embargo, ese mismo año, el Departamento de Justicia de Estados Unidos inició un proceso federal para confiscar la gema, argumentando que Brasil había presentado pruebas suficientes de que la extracción y exportación de la esmeralda fueron ilegales.
Brasil, por su parte, aseguró que la esmeralda era un tesoro nacional y debía regresar al país para ser preservada como parte del patrimonio cultural. El gobierno presentó documentos que demostraban que dos prospectores brasileños habían sido condenados penalmente por la extracción ilegal de la piedra y la falsificación de los documentos aduaneros utilizados para sacarla del país.
En 2021, un tribunal brasileño emitió una orden de confiscación definitiva, y en 2022, el Departamento de Justicia solicitó formalmente la devolución de la gema bajo el marco del Tratado de Asistencia Jurídica Mutua entre Brasil y Estados Unidos.
El fallo final: justicia para Brasil
El jueves, el juez federal estadounidense Reggie B. Walton emitió el fallo que permite que la esmeralda de Bahía sea devuelta a Brasil. Walton desestimó los argumentos del consorcio de Morrison, que intentaba retrasar el proceso alegando que necesitaban más tiempo para alcanzar un posible acuerdo con el gobierno brasileño. “El tribunal ha concluido que las posiciones de los intervenientes son insuficientes para impedir la devolución de la esmeralda a Brasil”, escribió el juez en su decisión.
Con el fallo, el gobierno brasileño celebra un avance significativo en su esfuerzo por recuperar la gema. “Estamos muy contentos con la decisión”, declaró el fiscal federal brasileño Boni de Moraes Soares, especialista en disputas internacionales. “Estamos más cerca que nunca de traer la esmeralda de Bahía de vuelta al pueblo brasileño”.
Por su parte, Morrison, aunque expresó su desilusión por no lograr retener la piedra, aseguró que aceptaba la decisión del tribunal. “No siento derrota ni pérdida”, comentó. “Como inversor, haces todo lo posible para proteger y mejorar tus oportunidades, pero hay cosas que están fuera de tu control”.
La esmeralda de Bahía, que es considerada una de las más grandes del mundo, ha fascinado a coleccionistas y especuladores por su tamaño, valor y su misteriosa historia. Además de su peso monumental, el valor estimado de la gema, de más de 1.000 millones de dólares, la ha convertido en una obsesión para muchos.
Tras el fallo, se espera que la esmeralda de Bahía regrese a Brasil en los próximos meses. Las autoridades brasileñas han indicado que su intención es exhibir la gema en un museo como parte del patrimonio nacional, destacando su importancia histórica y cultural.