En el metro de Nueva York, si tu perro no cabe en una bolsa, no viaja: estas son las ingeniosas ideas que se hicieron virales

El metro de Nueva York, uno de los sistemas de transporte más grandes del mundo, cuenta con una regla peculiar para los dueños de mascotas: los perros pueden viajar en los vagones únicamente si están completamente contenidos en una bolsa o transportín. Esta normativa, establecida por la Autoridad Metropolitana de Transporte (MTA, por sus siglas en inglés), ha desafiado la creatividad de los neoyorquinos, quienes han encontrado maneras ingeniosas de cumplir con esta regulación, incluso cuando tienen perros grandes.

En el sitio oficial de la MTA se establece que, para abordar el metro con perros, estos deben estar “dentro de un contenedor que los restrinja completamente”. Aunque la normativa no menciona límites de peso o tamaño, la única condición es que el animal debe caber en el recipiente. Esto ha llevado a que se viralicen imágenes de perros grandes en bolsas o mochilas adaptadas, lo que ha generado un fenómeno cultural y mediático.

De acuerdo con las normas de la MTA, los pasajeros pueden llevar perros al metro si están contenidos adecuadamente. Esto incluye cualquier tipo de bolsa, mochila o transportín que mantenga al perro asegurado y sin posibilidad de causar molestias a los demás usuarios.

Para dueños de perros pequeños, esta normativa no supone mayores inconvenientes, ya que las mascotas caben fácilmente en bolsas de mano o transportines estándar. Sin embargo, para los dueños de perros grandes, la regla ha representado un desafío logístico. Algunos neoyorquinos han recurrido a mochilas diseñadas para cargar peso o a bolsas de lona personalizadas, adaptadas para soportar perros de mayor tamaño.

Las soluciones creativas de los neoyorquinos han llamado la atención en redes sociales. Fotos de perros grandes en mochilas y bolsas improvisadas se han compartido ampliamente, generando comentarios y reacciones tanto humorísticas como admirativas. Este fenómeno fue documentado en medios estadounidenses como Insider y NBC News, que destacaron cómo las reglas del metro de Nueva York han impulsado la creatividad de los dueños de mascotas.

En redes sociales, publicaciones que muestran a dueños llevando perros grandes en bolsas diseñadas para cumplir con la normativa han acumulado miles de “me gusta” y comentarios. Este fenómeno no solo pone de manifiesto el ingenio de los usuarios del transporte público, sino también la flexibilidad de una regla que no establece restricciones de tamaño siempre que el animal esté contenido adecuadamente.

La Autoridad Metropolitana de Transporte ha defendido la normativa como una medida para garantizar la comodidad y seguridad de los pasajeros. En el sitio web oficial de la MTA se especifica que los animales no pueden viajar en los vagones a menos que estén completamente contenidos en un contenedor adecuado.

Esta regla permite a los pasajeros viajar con sus perros en el metro siempre que no interfieran con el espacio de otros usuarios ni representen un riesgo de seguridad. Los empleados del sistema tienen la autoridad para negar el ingreso a cualquier persona que no cumpla con las normativas, incluyendo aquellas relacionadas con el transporte de animales.

Aunque la regla no menciona límites de tamaño, llevar perros grandes en el metro puede ser un desafío. La única condición es que el animal esté dentro de un contenedor, lo que ha llevado a soluciones como bolsas de lona reforzadas y mochilas especialmente diseñadas.

Algunos propietarios incluso han recurrido a modificar bolsas comerciales para adaptarlas a las necesidades de sus mascotas. Estas imágenes se han convertido en un símbolo de la capacidad de los neoyorquinos para resolver problemas cotidianos con ingenio.

La normativa del metro de Nueva York sobre el transporte de perros no es única, pero sí destaca por su flexibilidad. En Londres, los perros pueden viajar en el metro si están con correa o dentro de un transportín. En París, según reportes de Le Monde, los perros pequeños pueden viajar gratis si están contenidos en bolsas, mientras que los de mayor tamaño requieren un boleto adicional.

Nueva York, sin embargo, no distingue entre perros pequeños y grandes. Todos deben cumplir con la regla del contenedor, lo que ha generado situaciones únicas como las que se observan en redes sociales.

Además de generar un fenómeno viral en redes sociales, la normativa ha tenido un impacto económico. Según Insider, empresas locales han comenzado a producir bolsas y mochilas adaptadas para transportar perros grandes en el metro. Estas soluciones diseñadas específicamente para cumplir con las reglas del transporte público han visto un incremento en la demanda, especialmente en tiendas de mascotas y comercios en línea.

Culturalmente, la regla ha transformado el transporte de mascotas en un acto de creatividad y adaptabilidad. Las imágenes de perros grandes en bolsas han servido como recordatorio del ingenio que caracteriza a los habitantes de Nueva York, quienes encuentran soluciones prácticas incluso en situaciones aparentemente restrictivas.