El estado de Nueva York aprobó la primera política de licencia prenatal paga en Estados Unidos, diseñada para garantizar que las mujeres embarazadas puedan acceder a atención médica sin poner en riesgo sus empleos.
La medida, impulsada por la gobernadora Kathy Hochul y aprobada en el marco del presupuesto estatal para el año fiscal 2025, permitirá a las empleadas recibir 20 horas adicionales de licencia paga específicamente destinadas al cuidado prenatal, además de los días de licencia médica establecidos por la ley. Este nuevo beneficio comenzará a regir el 1 de enero de 2025 y exige que los procedimientos creen un banco separado de licencias médicas exclusivamente para esta finalidad.
A través de un comunicado de prensa, la gobernadora Hochul destacó la importancia de esta iniciativa como parte de un esfuerzo integral para abordar la crisis de mortalidad materna que afecta al país. “La triste realidad es que nuestra nación enfrenta una crisis de salud materna”, afirmó Hochul. “En Nueva York, nos enfrentamos a esta crisis de manera directa con nuevas leyes y políticas audaces que protegen la salud y el bienestar de las madres y los bebés”.
La iniciativa se alinea con investigaciones que demuestran que el acceso temprano y regular al cuidado prenatal mejora significativamente los resultados de salud tanto para las madres como para los recién nacidos. Según estudios citados por el gobierno estatal, las mujeres embarazadas que reciben atención prenatal adecuada tienen menos probabilidades de experimentar complicaciones graves durante el parto, mientras que sus hijos presentan menores riesgos de salud al nacer.
Además de la licencia prenatal paga, la legislación firmada por Hochul incluye otras medidas dirigidas a mejorar los servicios de salud materna y reducir las desigualdades que afectan de manera desproporcionada a mujeres de comunidades rurales, afroamericanas y de bajos ingresos. Una de estas leyes amplía la cobertura de Medicaid para incluir procedimientos de telemedicina relacionados con la maternidad, como ultrasonidos remotos y pruebas fetales no invasivas realizadas a distancia.
Esto tiene como objetivo aliviar las barreras que enfrentan muchas mujeres para acceder al cuidado prenatal, ya sea por falta de transporte, costos asociados o la imposibilidad de ausentarse del trabajo para asistir a citas médicas.
La senadora estatal Lea Webb, una de las principales impulsoras de estas reformas, subrayó el impacto de estas medidas en la lucha contra las desigualdades raciales y económicas que perpetúan la crisis de mortalidad materna. “Sabemos que algunos de los factores clave detrás de esta crisis son el acceso deficiente a proveedores de atención prenatal y las barreras de costos, como la falta de cobertura de seguros o el transporte”, señaló Webb. “Mi legislación busca garantizar que las pruebas prenatales rutinarias sean accesibles para todos los pacientes, independientemente de dónde vivan o de sus ingresos”.
Otra legislación firmada por Hochul requiere que los hospitales y centros de maternidad proporcionen información detallada y transparente a las mujeres embarazadas sobre sus servicios, incluyendo sus protocolos para emergencias obstétricas y las políticas de traslado de pacientes en estado crítico. Esta medida tiene como objetivo empoderar a los pacientes para que puedan tomar decisiones informadas al seleccionar las instalaciones donde recibirán atención durante el embarazo y el parto.
La asambleísta Gina Sillitti, coautora de esta ley, destacó que la transparencia y la disponibilidad de información son esenciales para mejorar la seguridad de los pacientes. “Esta legislación garantizará que las mujeres embarazadas reciban información clara y esencial sobre las instalaciones donde planean dar a luz, promoviendo la seguridad del paciente y la mejora continua de la calidad”, afirmó Sillitti.
El enfoque integral del estado de Nueva York hacia la mejora de la salud materna también incluye la eliminación de barreras financieras para las mujeres embarazadas. El presupuesto estatal para 2025 prevé la eliminación del costo compartido para servicios relacionados con el embarazo, incluyendo visitas prenatales y posparto, para aquellas inscritas en el Plan Esencial y los Planes de Salud Calificados.
Además, se ofrecerán incentivos económicos a hospitales que logren reducir el número de cesáreas innecesarias, una práctica que, según expertos, está asociada con mayores riesgos tanto para las madres como para los recién nacidos cuando no es médicamente necesario.
Hochul también destacó que estas nuevas políticas complementan iniciativas previas destinadas a apoyar a las familias de Nueva York, como la provisión de 12 semanas de licencia parental totalmente pagada para más del 80 % de la fuerza laboral estatal y la extensión de la cobertura posparto de Medicaid a un año completo después del fin del embarazo.