Un joven de 21 años fue arrestado en Nueva York el viernes, acusado de sustraer una rosa bañada en oro que formaba parte de un monumento conmemorativo en la Iglesia de San Francisco de Asís, en Midtown Manhattan. La rosa, valorada en unos 3.000 dólares, sigue desaparecida, según informó el Departamento de Policía de Nueva York.
El incidente ocurrió el miércoles cuando, de acuerdo con un portavoz de la policía, un hombre ingresó al recinto y retiró la rosa de su base. Imágenes de vigilancia muestran al sospechoso llevando la pieza, descrita como alta y estrecha, fuera de la iglesia y caminando por una acera cercana, según las autoridades.
La pieza sustraída servía como elemento central del monumento de la iglesia, construido con piezas de acero retorcido extraídas de los escombros del World Trade Center tras los ataques terroristas de 2001. Este monumento fue instalado hace 22 años gracias a una donación gestionada por un sindicato local de trabajadores del hierro, según declaraciones del padre Brian Jordan, líder de la iglesia.
El monumento está dedicado al padre Mychal Judge, quien era pastor de la iglesia y capellán del Departamento de Bomberos de Nueva York. Judge falleció el 11 de septiembre mientras oraba por los rescatistas y las víctimas en el vestíbulo de la Torre Norte cuando los escombros de la Torre Sur colapsaron sobre él. También honra a Carole LaPlante, una feligresa que perdió la vida en los ataques, de acuerdo con informes de The Associated Press.
El padre Jordan señaló que el hombre identificado en las fotografías de vigilancia ya había sido retirado del edificio en ocasiones previas debido a “comportamiento extraño”. En declaraciones posteriores, lamentó profundamente el incidente y expresó su deseo de que el sospechoso reciba atención psiquiátrica para comenzar un proceso de recuperación personal, según declaraciones difundidas por la iglesia.
La rosa robada, bañada en oro, es un símbolo de recuerdo y homenaje que busca mantener viva la memoria de los eventos del 11 de septiembre y de quienes fallecieron en ellos. Mychal Judge es recordado no solo por su valentía durante los atentados, sino también por haber fundado uno de los primeros ministerios católicos dedicados a las personas con VIH/SIDA, siendo reconocido como un defensor de la inclusión dentro de la Iglesia Católica, de acuerdo con los registros históricos de la parroquia y fuentes locales.
El robo ha generado indignación entre los feligreses y la comunidad local, quienes consideran el acto como una profanación de un lugar sagrado que rinde homenaje a las víctimas de una de las tragedias más significativas de la historia moderna de Estados Unidos. Las autoridades continúan investigando el paradero de la rosa y solicitan la colaboración de la comunidad para recuperarla, según el Departamento de Policía de Nueva York.
¿Por qué se construyó este monumento?
El monumento ubicado en la Iglesia de San Francisco de Asís conmemora a las víctimas de los atentados del 11 de septiembre de 2001, uno de los episodios más trágicos de la historia reciente de Estados Unidos. Aquella mañana, dos aviones secuestrados por terroristas impactaron contra las Torres Gemelas del World Trade Center, provocando su colapso.
En el atentado, murieron casi 3.000 personas, incluyendo civiles, rescatistas y trabajadores que se encontraban en las torres. Entre ellos estaba el padre Mychal Judge, capellán del Departamento de Bomberos de Nueva York y pastor de la Iglesia de San Francisco de Asís, quien perdió la vida mientras ofrecía oraciones por los afectados en el vestíbulo de la Torre Norte, según información de fuentes locales.
El monumento se erigió no solo en su memoria, sino también en la de Carole LaPlante, una feligresa de la iglesia que murió en el atentado. La estructura incorpora acero retorcido recuperado de los escombros del World Trade Center, simbolizando la resiliencia y el recuerdo. Según los registros de la parroquia, la instalación se logró gracias a la colaboración de un sindicato local, que ofreció las piezas como tributo a las víctimas.
El robo ha generado indignación entre los feligreses y la comunidad local, quienes consideran el acto como una profanación de un lugar sagrado que rinde homenaje a las víctimas de una de las tragedias más significativas de la historia moderna de Estados Unidos. Las autoridades continúan investigando el paradero de la rosa y solicitan la colaboración de la comunidad para recuperarla, según el Departamento de Policía de Nueva York.