En junio de 1997, un descubrimiento estremeció a la comunidad de Garnet Lake, en Michigan: los restos de un recién nacido fueron hallados en el inodoro de una letrina en un campamento local. La conmoción inicial dio paso a décadas de incertidumbre, ya que las investigaciones no lograron identificar a la madre ni esclarecer el crimen. Con el tiempo, la víctima anónima fue apodada “Baby Garnet”. Sin embargo, 25 años después, un avance tecnológico transformó el caso. Gracias a un kit de Ancestry DNA, los restos pudieron vincularse a una familia, lo que llevó a la identificación de la madre y al inicio de un proceso legal.
Los investigadores determinaron en su momento que el bebé había alcanzado entre 36 y 42 semanas de gestación y que su muerte fue causada por asfixia, según informó el Departamento de Justicia de Michigan. El informe forense destacó que una intervención médica oportuna habría podido evitar el desenlace fatal. En 2022, el caso dio un giro inesperado cuando Nancy Ann Gerwatoski fue identificada como la madre del bebé y acusada de asesinato abierto, homicidio involuntario y encubrimiento del fallecimiento.
Este avance se logró gracias a la perseverancia de un detective de la policía estatal de Michigan, quien en 2017, con el apoyo del FBI y laboratorios privados, reactivó la investigación utilizando genealogía genética avanzada. Esta técnica revolucionaria permitió desentrañar un misterio que parecía enterrado en el tiempo.
El papel crucial del ADN en la investigación de “Baby Garnet”
El cambio en el caso ocurrió cuando Jenna, nieta de Gerwatoski, adquirió un kit de Ancestry DNA por motivos personales. Los datos genéticos revelaron una conexión directa con los restos del bebé, lo que alertó a las autoridades. Según contó la propia Jenna en su cuenta de TikTok, fue contactada por un oficial de la policía estatal de Michigan, quien le informó que su ADN coincidía con un caso abierto de 1997.
Inicialmente escéptica, Jenna accedió a colaborar con los investigadores, quienes confirmaron que su abuela era la principal sospechosa. Este hallazgo derivó en la detención de Gerwatoski en julio de 2022, poniendo fin a años de incertidumbre sobre la identidad de la madre del bebé y reabriendo el caso ante los tribunales.
TikTok y la viralización del caso
El caso “Baby Garnet” no solo atrajo atención por su resolución forense, sino también por su impacto en redes sociales. Jenna compartió su experiencia en TikTok, donde expresó su sorpresa e incredulidad al descubrir el papel de su abuela en el caso. “Ella es literalmente la persona que buscaron durante 25 años”, comentó en uno de sus videos, que rápidamente se viralizó.
La difusión masiva en plataformas digitales generó un renovado interés público y mediático por el caso. Al mismo tiempo, puso de relieve cómo las redes sociales pueden amplificar historias que combinan avances científicos con dinámicas familiares complejas, atrayendo a una audiencia global.
La revolución de la ciencia forense en casos “olvidados”
Este caso representa un ejemplo paradigmático de cómo la tecnología ha revolucionado la ciencia forense. Herramientas como la genealogía genética no solo han ayudado a resolver crímenes sin resolver, sino que también han permitido identificar a víctimas olvidadas y ofrecer un cierre a sus familias. Este tipo de técnicas combina el análisis de bases de datos de ADN con registros genealógicos para rastrear vínculos familiares que de otro modo serían imposibles de establecer.
A pesar de sus éxitos, estas tecnologías plantean desafíos éticos y legales significativos. La privacidad genética y el acceso a datos personales son temas que han suscitado intensos debates sobre el uso responsable de estas herramientas en investigaciones criminales.
Dilemas legales y éticos en el juicio
El juicio de Nancy Ann Gerwatoski, programado para diciembre, promete ser un escenario donde convergerán cuestiones legales, éticas y sociales. Además de las acusaciones de homicidio, se espera que el caso aborde aspectos como la falta de atención prenatal, el abandono del bebé y el encubrimiento de su muerte. Asimismo, el uso de pruebas de ADN en procedimientos legales podría suscitar discusiones sobre los límites de estas herramientas y su impacto en los derechos individuales.