En 2022, Lauren Juyia, ginecóloga residente en Florida, Estados Unidos, recibió un diagnóstico que marcó un giro inesperado en su vida: cáncer colorrectal en etapa avanzada. A sus 37 años, tras experimentar molestias abdominales y notar masas anormales durante una ecografía, fue diagnosticada con una enfermedad que desafía las estadísticas y que no mostró los síntomas clásicos. Este caso resalta la importancia de la prevención y la detección precoz en una enfermedad que, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), es el tercer tipo de cáncer más frecuente y la segunda causa de muerte relacionada con cáncer a nivel mundial.
El cáncer colorrectal afecta a millones de personas cada año, con una incidencia particularmente preocupante en países con sistemas de salud que no priorizan la detección temprana. Según la OMS, el cáncer colorrectal representa el 10% de los casos de cáncer diagnosticados en todo el mundo, siendo una de las principales preocupaciones de salud pública global. Factores como el envejecimiento poblacional y los estilos de vida poco saludables han incrementado su prevalencia.
Prevalencia y factores de riesgo del cáncer colorrectal
Diversos estudios destacan que el cáncer colorrectal no discrimina entre hombres y mujeres, aunque ciertos factores del estilo de vida pueden aumentar significativamente el riesgo de desarrollarlo. Entre ellos, el consumo excesivo de carnes procesadas, una dieta pobre en frutas y verduras, el tabaquismo, el alcohol, el sedentarismo y la obesidad son los más relevantes.
Adoptar hábitos más saludables puede ser una medida efectiva de prevención. Incrementar el consumo de fibra, mantener una actividad física regular y reducir el consumo de alimentos ultra procesados son acciones que pueden reducir el riesgo de desarrollar la enfermedad. Según expertos, cambios simples en la dieta y el estilo de vida podrían prevenir un porcentaje considerable de los casos.
El desafío del diagnóstico tardío
Uno de los mayores retos para enfrentar el cáncer colorrectal es la detección tardía. Muchos pacientes reciben el diagnóstico cuando la enfermedad ya se encuentra en etapas avanzadas, disminuyendo las posibilidades de tratamiento exitoso. Esto ocurre en gran parte debido a la falta de programas de prevención, la subestimación de síntomas iniciales y la percepción errónea de que este tipo de cáncer afecta principalmente a personas mayores.
El caso de Lauren Juyia, quien inicialmente fue diagnosticada con un presunto cáncer de ovario, subraya este problema. En su caso, las masas se habían extendido a varios órganos, incluyendo el útero y la cavidad abdominal, antes de recibir el diagnóstico correcto. Aunque no presentaba síntomas típicos como sangre en las heces o cambios drásticos en sus hábitos intestinales, un cansancio extremo durante meses fue la única señal temprana de advertencia.
Síntomas a los que prestar atención
Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) recomiendan estar atentos a señales como sangre en las heces, dolor abdominal persistente, cambios inexplicables en los hábitos intestinales y pérdida de peso. Sin embargo, el caso de Juyia ilustra que estas señales pueden no siempre estar presentes, especialmente en personas jóvenes. Esto subraya la necesidad de una mayor educación y concienciación para detectar casos atípicos.
El impacto de la concienciación y la detección temprana
Tras múltiples cirugías y sesiones de quimioterapia, Lauren Juyia superó el cáncer y se ha convertido en una defensora activa de la detección temprana. A través de sus redes sociales, comparte su experiencia para crear conciencia sobre la enfermedad, especialmente entre menores de 45 años. Su mensaje es claro: buscar ayuda médica ante cualquier anomalía, incluso si los síntomas son leves o inexistentes, puede salvar vidas.
Prevención mediante pruebas regulares y hábitos saludables
Los especialistas destacan que la prevención y la detección temprana son claves para combatir el cáncer colorrectal. Las colonoscopias, recomendadas a partir de los 45 años o antes en caso de antecedentes familiares, son la herramienta más eficaz para identificar pólipos precancerosos y prevenir su progresión. Además, incorporar hábitos saludables, como una dieta equilibrada y actividad física regular, puede reducir significativamente los riesgos asociados.
Este caso destaca no solo la importancia de los exámenes médicos regulares, sino también la necesidad de educar a la población sobre los riesgos y síntomas del cáncer colorrectal. La prevención, la detección temprana y un estilo de vida saludable son las principales armas para combatir esta enfermedad, que continúa siendo una amenaza global.