Marie Arana: “Si los latinos en Estados Unidos fuéramos una nación, tendríamos el quinto PIB del mundo”

La autora, que presenta “LatinoLand” en la Feria del Libro de Miami, habló con Infobae. Su su nuevo libro combina historia, estadísticas y vidas reales para hacer una pintura monumental de todos los aspectos de una comunidad tan grande como poco comprendida

Marie Arana presenta "LatinoLand" en Miami Book Fair: una inmensa investigación sobre la historia de los latinos en Estados Unidos.

En las vísperas de las elecciones presidenciales de Estados Unidos, la inmigración y el voto de los latinos fueron temas recurrentes en los medios. Sin embargo, la enorme comunidad —dos de cada 10 personas son latinas, y en 2060 serán casi 3 de cada 10— es una de las menos comprendidas del país. Marie Arana se dispuso a subsanar eso y realizó una investigación monumental, que combina historia, estadísticas y vidas reales, LatinoLand, que se presenta en Miami Book Fair.

“Somos uno de los factores en juego más invisibles de este país”, dijo Arana a Infobae. “En todos los sentidos, se conoce poco sobre los latinos. Pero, por poner un ejemplo: nuestra contribución al PIB de este país es tan grande que, si la tomáramos por separado, como si los latinos fuéramos una nación, representaríamos el quinto PIB más grande del mundo. Cada año añadimos casi USD 4.000 millones a la economía. Pero el gran público no es consciente de esta extraordinaria contribución”.

A veces el tema consigue dos minutos de atención. “Cuando se derrumbó el puente en Baltimore, las seis personas que murieron eran latinas. Los medios lo cuentan y durante dos segundos los estadounidenses en general tienen conciencia de que todos y cada uno de ellos eran latinos. Pero es algo que siempre está ahí”, observó la autora de LatinoLand. “El mayor porcentaje de las pequeñas empresas que se crean en este país pertenecen a latinos. Se puede ver: los restaurantes, los camiones de transporte, los fontaneros. Y también los trabajadores de la construcción casi en su totalidad latinos. Pero todo esto se pasa por alto. La historia latina es invisible aunque está ahí, es demostrable”.

La autora de Simón Bolivar, libertador de América y La plata, la espada y la piedra, grandes trabajos de pesquisa histórica, le contó a su editor que tenía entre manos este proyecto enorme. Y al editor le encantó la idea. Pero. Siempre hay un pero.

—Pero queremos que lo escribas rápido porque lo mejor sería publicarlo antes de la elección —le dijo.

En "LatinoLand", Marie Arana subraya que cada año los latinos aportan USD 4.000 millones al PIB estadounidense.

Arana, la primera directora literaria de la Biblioteca del Congreso en Washington DC, decidió renunciar a ese trabajo y dedicarse a vida completa, más que a tiempo completo, al proyecto que hoy es LatinoLand y que el 25 de enero saldrá traducido al español en Estados Unidos.

“Me llevó unos buenos cinco años escribir cada uno de mis otros libros, porque requirieron mucha investigación, pero terminé este libro en dos años y medio”, contó Arana. “La parte histórica fue más fácil porque he estudiado la historia de los latinos en este país desde que era adolescente, pero la reportería, entrevistar a las personas... Pensé que me llevaría seis meses, pero la investigación continuó incluso yo estaba escribiendo. ¡Contacté tantas personas como pude! Los llamaba sin presentaciones previa, le hablaba a los trabajadores de la construcción y los jardineros que veía en la calle. Hablé con presidentes de corporaciones, médicos, científicos, ¡todo tipo de personas! Y fue una experiencia extraordinaria para mí porque abarcó todos los rincones geográficos de Estados Unidos. Tuve la oportunidad de conocer a tanta gente y escuchar tantas historias. Lo difícil fue seleccionar en cuáles me iba a centrar”.

Aun con todo el cuidado que puso, está segura de que algún latino o hispano dirá “Yo no me siento representado, yo soy tal cosa y eso no está en el libro”. Pero eso es parte, precisamente, de escribir esta historia: la diversidad de los latinos —“la multiplicidad”, como la llama Arana— es enorme. El 19% de la población de Estados Unidos es, además de una cifra enorme, un grupo extremadamente variado.

“Me alegro tanto de haber escrito el libro sobre Bolívar antes”, argumentó la autora días antes de su participación en la Feria del Libro de Miami. “Cuando liberó las seis repúblicas, su idea era que todas fueran una pero no fue posible. Los territorios habían sido separados por España a propósito, para gobernarlos más eficazmente. Nos mantuvieron separados a propósito y no tenemos un sentimiento de unidad excepto en el sentido de que somos una región. Pero cuando venimos a este país vemos que tenemos algo en común”.

Un idioma. Mucha comida, muchas tradiciones. Concepciones fuertes de la familia. Culturas.

La comunidad latina representa el 19% de la población en Estados Unidos y crecerá a 26,7% en 2060. (REUTERS/Elijah Nouvelage)

“Algunos de mis mejores amigos son argentinos o colombianos o mexicanos”, cuenta Arana, que nació en Perú y vive en Estados Unidos desde la infancia, “y encontramos esa unidad aquí, una unidad que no está cuando llegas”.

Excepto en la mirada de los locales. “Ah, eres mexicana”, le decían de pequeña. Y aunque ella nunca había conocido siquiera a una persona de México, y aclaraba que era peruana, le decían: “Es igual”.

—Con el tiempo vi que, de hecho, tengo cosas en común con amigos mexicanos. Como los mexicanos del suroeste que nunca han conocido a un puertorriqueño o un dominicano: una vez que te encuentras con otra parte de la población latina, te das cuenta de las cosas en común.

No llegamos: estábamos desde antes

—El libro empieza con la historia de Estados Unidos, pero no con el Mayflower y los peregrinos, sino con la llegada de los españoles, Ponce de León en Florida y, sobre todo, Alvar Núñez Cabeza de Vaca en el Golfo de México. ¿Por qué eligió esa perspectiva?

—Tenemos la sensación de que todos hemos llegado aquí en lugar de haber estado presentes desde el principio. Muchos de nosotros tenemos sangre indígena, hemos estado siempre en este continente. Pero incluso si miramos a los primeros europeos, Cabeza de Vaca vivió aquí por una buena década, fue el primero. En los libros escolares que leen los niños en este país la historia se inicia “Colón descubrió América en 1492″ y media página más abajo “y luego llegaron los peregrinos”. Pero hay más mucha historia ahí, y mucha de ella nos incluye. La incorporación de los anglo-americanos fue un pequeño momento en esta gran trayectoria nuestra aquí.

—Otro concepto que usted presenta es que la frontera sur es menos el muro que un tejido, una membrana compartida entre los dos países. ¿Podría explicarlo?

—¡La frontera es un asunto tan espinoso, en general! No se puede tener una frontera abierta y tener un país. No se puede. Hay que tener una frontera definida y leyes definidas. Pero cuando se la mira en términos históricos y humanos, ves generaciones enteras de familias separadas por la frontera. Para empezar, fue una invasión, tan grande como la de los rusos en Ucrania. Los anglosajones se trasladaron al oeste y simplemente se apoderaron de la tierra en una ocupación dramática, putinesca porque Washington les decía que la tomaran. Luego llevaron a cabo una guerra para hacer que esas tierras fueran suyas.

En "LatinoLand" Marie Arana recoge historia, estadísticas y experiencias para revelar el peso cultural y económico de los latinos en Estados Unidos.

En 1848, por el Tratado de Guadalupe Hidalgo, México perdió más de la mitad de lo que era entonces su territorio: 1,3 millones de kilómetros cuadrados (500.000 millas cuadradas) en los estados de California, Utah, Nevada, Texas, Nuevo México, Arizona, Oklahoma, Colorado y Wyoming. En LatinoLand se cita un eslógan chicano de los sesenta: ”No cruzamos la frontera, la frontera cruzó por encima de nosotros”.

—La mezcla ha sido tan larga, durante tanto tiempo. Una parte muy importante de la cultura mexicana ha estado presente en este país. La frontera está en muchos sentidos trazada sobre arena —señaló Arana.

—Si bien los latinos con raíces en México son la mayoría, un grupo que creció en los últimos años, y es el segundo en cantidad de personas, son los salvadoreños. Muchos estadounidenses no tienen idea del papel de su país en lo que ocurrió en América Central en los años ochenta, y por qué hoy más de USD 150.000 millones anuales pasa por el Triángulo Norte. ¿Qué expectativa tiene a contarles eso?

—Hay una ausencia en los libros de historia. No entendemos los hechos porque no los conocemos. Creo que lo mejor que puedo hacer es enseñar a los estadounidenses que para entender los hechos tenemos que comprender lo que los ha precedido. Si nos fijamos en las poblaciones que están llegando de El Salvador, Guatemala y Honduras, vemos que salen de situaciones exacerbadas por la política de Estados Unidos. Cada uno de estos países ha sufrido la injerencia de Estados Unidos, y esa injerencia tiene que ver con los éxodos. Creo que es importante mirar a la frontera y entender. Ese discurso “somos mejores, estamos siendo invadidos” es una expresión de ignorancia, por todo lo que no se enseña sobre la historia que precede al problema.

—Un dato asombroso de su libro es que dos tercios de las personas que entran ilegalmente en este país no lo hacen por la frontera sur, sino que toman un avión y luego dejan que caduque su visado.

Marie Arana, autora de LatinoLand, ha escrito otras obras sobre América Latina y la experiencia de los latinos en Estados Unidos.

—La cuestión de la frontera no tiene que ver necesariamente con los latinoamericanos. Hay ucranianos, hay asiáticos que cruzan la frontera. Y canadienses, que son los peores en dejar que sus visados expiren: son los infractores número uno. Pero nadie hace un escándalo por eso. Creo que en esto juega una cuota de racismo. Los chinos vinieron a construir los ferrocarriles y luego fueron expulsados. Durante la Gran Depresión dos millones de personas fueron expulsadas de los estados del sur, y entre ellos había ciudadanos americanos, pero como sus apellidos eran Gómez o Martínez, los echaron. El gran cuco es el racismo.

Richard Nixon, héroe improbable

Cuando se piensa en los hispanos en la Casa Blanca, el primer nombre que viene a la mente es el de Linda Chavez en los ochenta. Pero LatinoLand revela que en realidad fue Richard Nixon el primero en nombrar a un hispano, y luego a varios, en posiciones de poder. Nixon formó un comité en su gabinete que estudiara las oportunidades para los hispanohablantes, y eligió a Henry M. Ramírez para presidirlo. Y ese hombre hizo sus demandas: “Necesitas un general. Necesitas un obispo. Necesitas un cardenal. Necesitas a estas personas en el gabinete. Necesitas esto y aquello”, recordó Arana. “Y Nixon hizo todo eso porque estaba muy interesado en el voto latino”.

Cuando era chico, Nixon había trabajado en la tienda de su papá en Whittier, California. Descargaba los camiones de los productores, todos latinos, que llevaban los alimentos frescos. Le escandalizó que sólo el 5% de los latinos lo hubiera votado: él había vivido con ellos, los conocía, habían trabajado juntos. Luego de numerosas medidas pro hispanas, y de prometer una reforma migratoria —la que luego completaría Ronald Reagan— en 1972 Nixon logró el 40% del voto hispano.

—Le funcionó muy bien.

—Cuando prestas atención a los latinos, responden. Ese ha sido el problema con el Partido Demócrata: no han prestado atención a los latinos, asumió que contaba con nosotros. Hoy no hay diferencia entre la forma en que los latinos reaccionan ante Trump y la forma en que lo hacen los blancos descontentos. Puede mentir, no les importa; puede decir cosas horribles sobre la gente, no les importa. Los latinos tienen el convencimiento de que con los republicanos la economía mejora, mientras que los demócratas hablan de identidad, diversidad. Y a los latinos no les importan los programas de sensibilidad étnica: les importa conseguir un trabajo y mantenerlo, asegurar que sus familias tengan un porvenir mejor.

Presentación de “LatinoLand” en la Feria del Libro de Miami

Sábado 23, 11 am, en la Sala 2106 del Edificio 2.

Marie Arana presenta LatinoLand: A Portrait of America’s Largest and Least Understood Minority en diálogo con Paola Ramos, quien habla de su Defectors: The Rise of the Latino Far Right and What it Means for America. Con moderación de Ray Suárez.

Campus Wolfson del Miami-Dade College (MDC)

300 NE Second Ave, Miami, FL 33132

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