Matt Gaetz se retiró el jueves de su cargo como fiscal general elegido por el presidente electo Donald Trump tras el continuo escrutinio sobre una investigación federal de tráfico sexual que puso en duda la capacidad del ex congresista para ser confirmado como el principal funcionario policial federal del país.
El anuncio del republicano de Florida se produjo un día después de reunirse con senadores en un esfuerzo por ganar su apoyo para su confirmación para dirigir el Departamento de Justicia.
“Si bien el impulso fue fuerte, está claro que mi confirmación se estaba convirtiendo injustamente en una distracción para el trabajo crítico de la transición Trump/Vance”, dijo Gaetz en una declaración en la que anunció su decisión. “No hay tiempo que perder en una pelea innecesariamente prolongada en Washington, por lo tanto, retiraré mi nombre de la consideración para servir como Fiscal General. El Departamento de Justicia de Trump debe estar en su lugar y listo desde el primer día”.
La retirada de Gaetz supone un golpe al esfuerzo de Trump por instalar leales partidarios en su administración entrante y es la primera señal de que Trump podría enfrentar resistencia por parte de miembros de su propio partido.
El nombramiento del encargado del Departamento de Justicia es uno de los más importantes para Trump.
El círculo íntimo de Trump había descrito al fiscal general como el miembro más significativo del Gobierno después del propio Trump, clave para sus planes de llevar a cabo deportaciones masivas, indultar a quienes participaron del asalto al Capitolio y buscar represalias contra quienes le persiguieron durante los últimos cuatro años.
Durante su primer mandato, Trump se enfureció por lo que llamó un Departamento de Justicia obstruccionista.
El republicano planea ordenar, cuando asuma el poder, el cierre de las investigaciones que la fiscalía abrió en su contra por el asalto al Capitolio y por haberse llevado documentos clasificados de la Casa Blanca.
Trump es favorable además a dar instrucciones al fiscal general para defender sus políticas en los tribunales e, incluso, para abrir investigaciones judiciales contra sus rivales políticos.
Tras una tensa relación con los fiscales de su primer mandato, Jeff Sessions y William Barr, se esperaba que eligiera para el cargo a una persona muy leal que nunca le diera la espalda.
Gaetz, de 41 años, es miembro de la Cámara de Representantes por Florida desde enero de 2017.
En el Congreso, Gaetz se ha caracterizado como uno de los legisladores del ala más ultraderechista del Partido Republicano y alineado plenamente a los deseos de Trump.
Gaetz lideró de hecho la revuelta interna que tumbó en octubre de 2023 al entonces presidente de la Cámara de Representantes Kevin McCarthy porque este había llegado a acuerdos legislativos con los demócratas.
El nombramiento de Gaetz, conocido por su lealtad a Trump y su postura ultraconservadora, había sorprendiendo a muchos observadores, ya que su nombre no figuraba en las listas de candidatos potenciales. Este nombramiento había generado diversas reacciones, incluyendo la del analista político de CNN y aliado de Trump, Scott Jennings, quien comentó tras la noticia: “¿No están entretenidos?”
Trump había elogiado ampliamente a Gaetz, destacando su formación como abogado en el William & Mary College of Law y su trayectoria en el Congreso, donde se ha enfocado en reformas para el Departamento de Justicia.
(Con información de EFE, AP y Reuters)