Empresarios neoyorquinos luchan por evitar que el S.S. United States se convierta en un arrecife artificial en Florida

El emblemático trasatlántico estadounidense se enfrenta a un destino incierto mientras se debate entre hundirlo en el mar o transformarlo en un proyecto sostenible en Nueva York

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El S.S. United States, un
El S.S. United States, un ícono de la ingeniería marítima bautizado en 1952, ostenta el récord de velocidad transatlántica. (AP/Matt Rourke)

El S.S. United States, el trasatlántico más grande jamás construido en Estados Unidos y un ícono de la ingeniería marítima, enfrenta un futuro incierto. Mientras el condado de Okaloosa, en Florida, avanza en sus planes para hundir la embarcación como el mayor arrecife artificial del mundo, John Quadrozzi Jr., magnate del concreto en Brooklyn, lidera un esfuerzo para salvar al barco y transformarlo en un proyecto sostenible en Nueva York.

Quadrozzi, propietario del Gowanus Bay Terminal, ha ofrecido un espacio de 400 metros cerca del Canal Gowanus, donde propone convertir el barco en un “ecosistema flotante”. Su visión incluye espacios de coworking, incubadoras, viviendas y áreas comerciales. “Preferiblemente cosas más enfocadas en lo marítimo y lo ambiental. El barco está lleno de pequeños espacios que serían ideales para ese tipo de uso”, explicó Quadrozzi al New York Times.

La embarcación, de 300 metros de largo y más grande que el Titanic, es un hito histórico. Fue bautizada en 1952 y, en su viaje inaugural, rompió el récord de velocidad transatlántica con un tiempo de tres días, diez horas y 40 minutos, a una velocidad promedio de 36 nudos (41 mph). Entre sus pasajeros más famosos se encuentran Marilyn Monroe, John Wayne, Cary Grant, y cuatro presidentes de Estados Unidos, incluidos John F. Kennedy y Bill Clinton.

John Quadrozzi Jr., magnate de
John Quadrozzi Jr., magnate de Brooklyn, busca salvar al S.S. United States y transformarlo en un ecosistema flotante sostenible. (AP/Matt Rourke)

Además de Quadrozzi, otros proponen alternativas para preservar el barco. Dan McSweeney, cofundador de la SS United States Conservancy, ha presentado ideas como convertirlo en un complejo flotante de viviendas asequibles en Nueva York. James Kaplan, cofundador de la Manhattan Historical Association, sugirió transformarlo en un casino.

“No está claro si tendremos éxito. Algunas personas dicen que es una causa perdida. Pero no creemos eso”, afirmó Kaplan. “La idea de traer este gran barco de regreso a Nueva York tiene sentido, mucho más que hundirlo en Florida”.

Un arrecife artificial histórico

En contraste con la propuesta de Quadrozzi, el condado de Okaloosa tiene un contrato contingente para adquirir y hundir el S.S. United States frente a las costas de Destin-Fort Walton Beach. Este plan no solo busca transformar al barco en un hábitat marino, sino también construir un museo terrestre dedicado a su historia, administrado por la SS United States Conservancy, la organización que posee el barco desde 2011.

“La conversión del barco más rápido del mundo en el arrecife artificial más grande escribirá un nuevo capítulo para el S.S. United States como un destino de clase mundial”, afirmó Susan Gibbs, presidenta de la conservadora y nieta del diseñador del barco, en un comunicado reciente citado por WNYC.

La propuesta de Dan McSweeney
La propuesta de Dan McSweeney busca reutilizar el trasatlántico como un complejo flotante de viviendas asequibles en Nueva York. (AP/Matt Rourke)

El proceso para convertir el trasatlántico en un arrecife incluye trabajos extensivos de remediación ambiental que se llevarán a cabo en Norfolk, Virginia, antes de su traslado al Golfo de México. Según Alex Fogg, jefe de Recursos Naturales de Destin-Fort Walton Beach, aún deben decidir el lugar exacto donde será hundido, y el condado busca involucrar a la comunidad en esa decisión.

Fogg también anticipa un auge turístico, comparando la experiencia de bucear en el S.S. United States con escalar el Everest. “Va a atraer a mucha gente que quiera decir que bucearon en el arrecife artificial más grande del mundo”, afirmó.

Desafíos y oposición al plan de Florida

Aunque el condado de Okaloosa ha tomado medidas concretas, como la compra del barco por un millón de dólares, su traslado desde Filadelfia no ha comenzado. La salida estaba programada para el 14 de noviembre, pero las condiciones climáticas la retrasaron. Según estimaciones, el viaje en remolcadores hasta Mobile, Alabama, tomará dos semanas, y las preparaciones para su hundimiento podrían extenderse hasta un año.

Quadrozzi, sin embargo, duda de que el barco pueda completar el viaje. “Mover un barco de esa magnitud hacia mar abierto y alrededor de la península de Florida, la probabilidad de que llegue es cuestionable”, declaró.

Con 300 metros de largo,
Con 300 metros de largo, el S.S. United States es más grande que el Titanic y un testimonio del lujo de los años 50. (AP/Matt Rourke)

A pesar de sus preocupaciones, Quadrozzi no ha tenido contacto directo con los funcionarios de Florida. Nick Tomecek, portavoz del condado de Okaloosa, dijo: “No estoy familiarizado con ese caballero ni con lo que tiene en marcha en Brooklyn. Sé que el condado ha comprado este barco para usarlo como arrecife artificial. Esa decisión ya fue tomada por nuestra Junta de Comisionados y estamos avanzando en ese proceso”.

Un ícono en decadencia y años de intentos fallidos

El S.S. United States, conocido como “America’s Flagship” o “The Big U”, fue diseñado durante la Guerra Fría con capacidades para transportar a 14,000 soldados en caso de conflicto. Sin embargo, su lujo y velocidad lo convirtieron en el transporte favorito de la élite de Hollywood y líderes políticos durante la década de 1950.

El barco fue retirado en 1969, víctima de la creciente popularidad de los viajes aéreos. Desde entonces, ha enfrentado décadas de abandono y múltiples intentos de rescate. En los últimos años, la conservadora intentó transformarlo en un desarrollo de uso mixto anclado permanentemente, pero esos esfuerzos fracasaron por la falta de fondos.

Un fallo judicial reciente complicó aún más su situación. Este verano, una corte federal ordenó que el barco fuera desalojado de su muelle en Filadelfia, lo que forzó a la conservadora a buscar soluciones rápidas. Aunque Gibbs ha expresado sentimientos encontrados sobre el plan del arrecife, aseguró que es una “alternativa al desguace”, un destino que temen muchos de los amantes del barco.

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