¿Por qué se cree que el pez remo anuncia desastres naturales como terremotos y tsunamis?

En lo profundo del océano, donde la luz apenas alcanza y los misterios abundan, habita el pez remo (Regalecus glesne), una criatura que parece salida de un mito. Con su cuerpo largo y aplanado, que puede alcanzar hasta 9 metros de longitud, este animal ha inspirado leyendas sobre monstruos marinos a lo largo de la historia. Sus ojos grandes y las espinas rojas que forman una especie de corona le otorgan un aspecto majestuoso y casi sobrenatural. Sin embargo, más allá de las historias, el pez remo es una pieza crucial en el ecosistema marino y un indicador de la salud de nuestros océanos.

El pez remo, conocido como el pez óseo más largo del mundo, es una maravilla de adaptación al entorno abisal. Su cuerpo plateado y reflectante le permite camuflarse en la zona mesopelágica, donde reside principalmente, a profundidades de hasta mil metros. Estos peces rara vez se acercan a la superficie, lo que explica lo infrecuente de los encuentros con humanos. Cuando emergen, suelen estar enfermos o desorientados, lo que dificulta el estudio de su comportamiento en condiciones normales. Según Ocean Conservancy, sus ojos prominentes le permiten captar la escasa luz disponible en las profundidades, mientras que sus espinas rojas cumplen funciones aún no completamente comprendidas por la ciencia.

El animal marítimo es un filtrador que se alimenta principalmente de plancton, krill y pequeños crustáceos. Su dieta simple, basada en organismos pequeños, contradice su enorme tamaño, demostrando lo eficiente que es su sistema digestivo en procesar grandes volúmenes de alimento minúsculo. Los avistamientos de esta especie son raros y, en la mayoría de los casos, ocurren cuando los peces están varados en la costa o flotando cerca de la superficie. Según Ocean Conservancy, la aparición de un pez remo en la superficie suele ser señal de que el animal está gravemente enfermo o muriendo, lo que añade una capa de misterio sobre su biología.

A lo largo de los siglos, el pez remo ha sido objeto de fascinación y temor en diversas culturas. Conocido como el “pez del fin del mundo”, “pez del temblor” o Ryugu no tsukai”, que se traduce como “el mensajero del Palacio del Dios Dragón”, según el folclore japonés, esta criatura sube a la superficie. En algunas tradiciones, se le asocia con desastres naturales como terremotos y tsunamis. Estas creencias se reforzaron tras el terremoto y tsunami de Japón en 2011, cuando se registraron numerosos avistamientos de peces remo en las costas niponas en los meses previos. Aunque no existe evidencia científica que respalde la conexión entre estos fenómenos, las leyendas persisten, alimentadas por la apariencia única y casi mística de este pez.

Los científicos sugieren que la aparición de peces de aguas profundas en la superficie podría estar relacionada con cambios en su entorno, como alteraciones en las corrientes oceánicas, variaciones de temperatura o estrés debido a actividad tectónica submarina. Sin embargo, esta teoría carece de datos concluyentes y sigue siendo objeto de debate.

• Terremoto y tsunami de Japón, 2011: Antes del devastador terremoto de magnitud 9,1 que golpeó Japón el 11 de marzo de 2011 y provocó un tsunami que dejó más de 18 mil muertos, se registraron varios avistamientos de peces remo en las costas japonesas. En los meses previos, se encontraron al menos 20 ejemplares en distintas regiones del país. Este evento reforzó la creencia popular de que los peces remo son heraldos de catástrofes.
• Terremoto de Kumamoto, 2016: En el sur de Japón, en abril de 2016, un terremoto de magnitud 7,0 sacudió la región de Kumamoto. Semanas antes, se habían reportado avistamientos de peces remo cerca de las costas locales, lo que nuevamente desató especulaciones sobre su papel como presagio de desastres.
• Actividad sísmica en Filipinas, 2020: En Filipinas, la aparición de un pez remo en la provincia de Surigao del Sur en 2020 causó alarma entre los residentes locales. Poco después, la región experimentó varios terremotos moderados, lo que avivó los temores de que estos peces fueran indicadores de desastres naturales.
• Terremoto en Nueva Zelanda, 2021: Ese año, se reportó el hallazgo de peces remo en playas de Nueva Zelanda. Poco después, la región experimentó un terremoto de magnitud 7,3, lo que alimentó nuevamente las teorías populares sobre la conexión entre estos animales y la actividad sísmica.

El hábitat del pez remo no es inmune a las amenazas humanas. La contaminación por plástico, que afecta a todas las zonas del océano, está ejerciendo una presión sin precedentes sobre los ecosistemas marinos, incluyendo aquellos situados en las profundidades. De acuerdo con Ocean Conservancy, los desechos plásticos pueden tardar siglos en descomponerse, afectando a especies como el pez remo de formas aún no completamente entendidas. Fragmentos de plástico, conocidos como micro plásticos, se infiltran en la cadena alimentaria marina, alcanzando incluso a especies de aguas profundas.

Los científicos han alertado sobre el creciente problema de la contaminación en los océanos, subrayando que estos desechos no solo afectan a los animales, sino también a la estabilidad de los ecosistemas. “Reducir la fuente de los artículos más comunes que contaminan nuestras costas podría evitar que cerca de 1,3 millones de toneladas de plástico lleguen al océano cada año solo en Estados Unidos”, destaca Ocean Conservancy.

La protección de especies como el pez remo depende de iniciativas globales para reducir la contaminación marina y preservar los ecosistemas profundos. Programas como International Coastal Cleanup, liderados por Ocean Conservancy, trabajan para eliminar los plásticos de las costas y mares, promoviendo además políticas para limitar la producción de materiales no biodegradables. Con cerca de cuatro décadas de datos recopilados, estas iniciativas no solo buscan mitigar los impactos de la contaminación, sino también generar conciencia sobre la importancia de los hábitats marinos.

El pez remo simboliza cómo la biología puede alimentar las narrativas humanas. Su tamaño imponente, sus características físicas singulares y su rara aparición en la superficie lo convierten en un protagonista natural para historias y mitos. Sin embargo, detrás de estas leyendas yace una criatura adaptada a condiciones extremas, cuya existencia está profundamente ligada a la salud de los océanos. La ciencia moderna, aunque todavía tiene mucho por descubrir sobre esta especie, ha logrado arrojar luz sobre aspectos clave de su vida, desafiando las supersticiones y reafirmando su relevancia ecológica.