Crece la preocupación con las advertencias de la generación de un poderoso “ciclón bomba” que no sólo traerá fuertes lluvias a los estados de California, Washington y Oregón, sino que también acarrea un inusual nombre que hace referencia a un término meteorológico.
La palabra “ciclón bomba” sirve para definir un fenómeno natural conocido como “bombogénesis”, la cual a su vez hace referencia al rápido fortalecimiento de una tormenta en menos de un día, es decir, cuando una zona de baja presión experimenta un descenso vertiginoso en su presión barométrica en un lapso de 24 horas, desencadenando así un sistema de vientos huracanados, lluvias torrenciales o nevadas intensas, de acuerdo con información de AccuWeather.
A diferencia de los ciclones tropicales, estos sistemas no están limitados a aguas cálidas, y pueden formarse tanto en océanos como en tierra firme. La Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA) detalla que la intensificación necesaria para ser considerada como “bombogénesis” variará dependiendo de la latitud.
A 60 grados de latitud, la caída es de por lo menos 24 milibares (24 hectopascales) en un día, mientras que en la ciudad de Nueva York, la caída de presión requerida es de “aproximadamente” 17.8 milibares en 24 horas, de acuerdo con la NOAA.
“La bombogénesis puede ocurrir cuando una masa de aire frío choca con una masa de aire cálido, como el aire sobre aguas oceánicas cálidas. Se lo conoce popularmente como ciclón bomba”, detallaron las autoridades de la administración atmosférica.
El principio básico detrás de su funcionamiento, según AccuWeather, es la interacción entre masas de aire de temperaturas extremas. En el hemisferio norte, estos fenómenos giran en sentido contrario a las agujas del reloj, mientras que en el sur lo hacen en sentido opuesto.
Este movimiento es impulsado por la rotación terrestre y genera vientos que convergen hacia el centro de la tormenta. La fuerza de un ciclón bomba no solo radica en sus vientos, sino también en sus precipitaciones. Mientras el aire asciende y se enfría, la humedad se condensa, desencadenando lluvias o nevadas intensas.
Los ciclones bomba más devastadores
La bombogénesis no es un fenómeno reciente, y varias tormentas a lo largo de la historia han ilustrado su impresionante poder destructivo. Un ejemplo destacado, y citado por el medio especializado en clima, es la Supertormenta de 1993, también conocida como “La Tormenta del Siglo”, que se produjo el 12 y 13 de marzo de aquel año.
En apenas 24 horas, dicho fenómeno meteorológico intensificó su fuerza al disminuir su presión barométrica de 996 milibares a 963 milibares, un cambio de casi 33 unidades. Este evento extremo afectó amplias regiones de EEUU.
Otros casos notables incluyen el huracán Charley en 2004 y el huracán Wilma en 2005, ambos en el Caribe, donde la bombogénesis contribuyó a su rápido fortalecimiento y a sus devastadores impactos.
Más recientemente, la tormenta Dennis, que afectó al Reino Unido el 14 de febrero de 2020, mostró cómo este fenómeno también puede producirse en Europa, causando inundaciones y fuertes vientos.
Dentro de los estados que se verán afectados por el ciclón bomba este miércoles, se pueden esperar inundaciones repentinas y cortes de energía, además de la caída de árboles y daños en propiedades, según reportó The Associated Press.
El norte del estado, que será blanco del fenómeno de miércoles a viernes, podría recibir hasta entre 5 y 10 centímetros de lluvia por día, de acuerdo con información de Fox Weather.
Lo anterior obligó al Centro de Predicción Meteorológica a emitir zonas de inundaciones repentinas.
El suroeste de Oregón, cercano a la costa, fueron pronosticados entre 10 y 18 centímetros de lluvia, con hasta 25 centímetros en otras áreas, tal y como declaró el meteorólogo Richard Bann.