Un niño de 11 años y dos hombres, de 21 y 19 años, fueron arrestados el viernes por su presunta participación en una serie de robos armados en tiendas de conveniencia y gasolineras en el área metropolitana de Seattle, informaron las autoridades.
Según el Departamento de Policía de Seattle, los sospechosos están vinculados a cinco robos: cuatro ocurridos en un lapso de dos horas el viernes por la mañana y un quinto esa misma noche. Durante los incidentes, los sospechosos, quienes portaban armas de fuego y usaban máscaras, exigieron dinero en efectivo y mercancías antes de huir en vehículos robados. No se reportaron heridos, según reportó ABC News.
De acuerdo con el mismo medio, la serie de robos comenzó a las 5:25 a.m. en el barrio Georgetown de Seattle, y posteriormente ocurrió en Rainier Valley, High Point y West Seattle. El último incidente tuvo lugar el viernes 15 de noviembre por la noche en un establecimiento en Tukwila, donde la policía localizó un vehículo robado relacionado con los crímenes estacionado cerca del bulevar Southcenter.
Al aproximarse a los agentes, los sospechosos huyeron en el automóvil, lo que desató una persecución que involucró a varias agencias de seguridad, incluyendo la Oficina del Sheriff del Condado de King y la Patrulla Estatal de Washington.
La persecución se extendió por múltiples jurisdicciones hasta que los implicados abandonaron el vehículo cerca de Spring Street y Harvard Avenue y trataron de escapar a pie. Finalmente, fueron detenidos con la ayuda de un helicóptero de la Oficina del Sheriff.
Los dos adultos fueron ingresados en la cárcel del condado de King, mientras que el menor fue llevado al Centro de Justicia para Niños y Familias, jueza Patricia H. Clark. Las autoridades confirmaron que aún no se han recuperado las armas utilizadas en los robos, publicó The Seattle Times.
¿Qué pasará con el menor?
En Estados Unidos, el tratamiento legal de un menor de 11 años acusado de un delito depende de la jurisdicción estatal y de la gravedad del crimen. En el estado de Washington, donde ocurrió este incidente, los casos que involucran a menores suelen ser manejados bajo las leyes de justicia juvenil, cuyo enfoque principal es la rehabilitación en lugar del castigo.
En Washington, un menor de 12 años generalmente no puede ser juzgado penalmente a menos que el fiscal demuestre que comprendía la naturaleza de sus actos y que su acción fue intencional. Si se determina que el niño puede ser procesado, su caso se tramitará en el Tribunal de Justicia Juvenil, donde las posibles sanciones incluyen libertad condicional, tratamiento psicológico o participación en programas de reintegración. En casos más graves, podría ordenarse su reclusión en instalaciones diseñadas específicamente para menores.
Debido a su corta edad, el menor no puede ser trasladado al sistema penal para adultos en Washington, ya que este recurso está reservado para adolescentes más cercanos a los 18 años y solo en casos de delitos sumamente graves, como homicidio. En este caso, el niño permanecería bajo la jurisdicción del sistema juvenil, que busca evitar un impacto permanente en su desarrollo.
Además, si se considera que el entorno familiar influyó en su conducta delictiva, las autoridades podrían involucrar al sistema de bienestar infantil para evaluar su situación. Esto podría incluir medidas como asesoramiento familiar o, en casos extremos, la separación temporal del niño de sus cuidadores.
En última instancia, el énfasis del sistema de justicia juvenil está en la rehabilitación del menor. Esto incluye programas educativos, tratamiento psicológico y asesoramiento para fomentar la responsabilidad personal y prevenir reincidencias. Las decisiones finales dependerán de factores como el nivel de participación del niño en los robos, su capacidad para entender la ilegalidad de sus actos y las circunstancias de su entorno familiar.