Un gato llamado Max protagonizó una increíble hazaña al recorrer más de ocho kilómetros desde una granja Amish en Pensilvania para regresar al hogar de Brad Bennett, el hombre que lo había rescatado y cuidado tras meses de abandono. El felino, que había sido trasladado al lugar para trabajar como controlador de roedores, escapó, cruzando carreteras transitadas y enfrentando múltiples riesgos.
La relación entre Max y Brad comenzó meses atrás, cuando el gato callejero empezó a rondar la casa de Bennett. A través de una cámara de vigilancia, el hombre observaba sus movimientos y, poco a poco, fue ganándose su confianza. “Tres meses después, Max estaba sentado en mi regazo”, relató Brad a WECB, sobre el proceso que culminó en la amistad entre ambos.
Cuando Max apareció por primera vez, presentaba un cuadro preocupante de salud: pérdida de pelo, infestación de pulgas y una evidente debilidad. Brad no dudó en intervenir, desparasitando al gato y dándole un lugar seguro para recuperarse. A pesar de los avances en la salud de Max, Brad, quien ya tenía dos gatos y enfrentaba dificultades financieras, no podía adoptarlo de forma definitiva.
Ante la imposibilidad de que los refugios locales aceptaran a Max por su saturación, un amigo de Brad sugirió una alternativa: llevarlo a una granja Amish donde podría desempeñar un rol útil como cazador de roedores. Con sentimientos encontrados, Brad accedió, creyendo que era lo mejor para el felino. Sin embargo, el gato tenía otros planes.
Menos de 24 horas después de ser trasladado a la granja, Max escapó y emprendió un recorrido de más de ocho kilómetros, atravesando carreteras y enfrentando peligros desconocidos para regresar al lugar donde había encontrado cuidado y confianza. Su regreso dejó a Brad emocionado y conmocionado, evidenciando el fuerte vínculo que el gato había desarrollado con él.
Consciente de que no podía cuidar a Max de manera definitiva, Brad buscó ayuda y contactó a Jill Powell, voluntaria de Homeless Cat Management en Pittsburgh. Powell gestionó el ingreso de Max a un hogar de acogida, donde podrá permanecer hasta que encuentre una familia permanente que lo adopte y le brinde la estabilidad que necesita.
¿Cómo logran los gatos recordar el camino a casa?
El caso de Max no es único, ya que los gatos tienen una sorprendente habilidad para orientarse y encontrar su camino a casa, incluso desde largas distancias, gracias a una combinación de sentidos altamente desarrollados. Su memoria espacial es excepcional, lo que les permite recordar rutas y puntos de referencia con precisión, una capacidad que proviene de su instinto cazador. Además, su agudo sentido del olfato les ayuda a identificar rastros en el ambiente, como marcas olfativas propias o de otros animales, que funcionan como una guía natural.
Estudios también sugieren que los gatos podrían ser sensibles al campo magnético de la Tierra, lo que les permitiría orientarse sin depender exclusivamente de señales visuales u olfativas. A esto se suma su capacidad auditiva, que les permite captar sonidos familiares a grandes distancias y utilizarlos para localizar su entorno original. Estas habilidades, combinadas con su instinto de supervivencia y una posible conexión emocional con un lugar o persona, explican cómo historias como la de Max, aunque excepcionales, son posibles.