Poderosa tormenta traerá nieve y lluvias intensas al norte del estado de Nueva York

Este fenómeno traerá intensas precipitaciones a partir del miércoles 20 de noviembre, seguidas de nevadas en las zonas de mayor altitud hacia el jueves por la noche y el viernes

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Un sistema de tormentas podría afectar el clima otoñal del norte del estado de Nueva York. (REUTERS/Brendan McDermid)
Un sistema de tormentas podría afectar el clima otoñal del norte del estado de Nueva York. (REUTERS/Brendan McDermid)

Un sistema de tormentas de gran magnitud se aproxima al norte del estado de Nueva York, prometiendo marcar un cambio significativo en el clima otoñal de la región. De acuerdo con el Servicio Meteorológico Nacional (NWS), se espera que el fenómeno meteorológico provoque intensas lluvias a partir del miércoles 20 de noviembre, seguidas de nevadas en las zonas de mayor altitud hacia el jueves por la noche y el viernes.

Este evento climático podría, además, aliviar parcialmente las condiciones de sequía que han afectado extensas áreas del estado. La tormenta, que se moverá lentamente a través de los Grandes Lagos, traerá inicialmente lluvias significativas a gran parte del estado de Nueva York. Estas precipitaciones, que comenzarán el miércoles, se extenderán hasta el jueves, afectando principalmente a áreas como Syracuse, el Valle del Hudson y las colinas al sur del Lago Ontario.

A partir del jueves por la noche, las temperaturas comenzarán a descender, lo que permitirá que la lluvia se convierta en nieve en las zonas de mayor altitud. Según los meteorólogos, lugares como las colinas de Bristol, los Adirondacks y los Catskills podrían recibir sus primeras acumulaciones de nieve significativas del año, especialmente en elevaciones superiores a los 600 metros.

Se prevé que la tormenta afecte principalmente a Syracuse, el Valle del Hudson y las colinas al sur del Lago Ontario. (REUTERS/Andrew Kelly)
Se prevé que la tormenta afecte principalmente a Syracuse, el Valle del Hudson y las colinas al sur del Lago Ontario. (REUTERS/Andrew Kelly)

El meteorólogo Bob Hamilton, del NWS en Buffalo, indicó que es probable que Rochester, en sí, no vea acumulaciones de nieve, aunque no se descartan algunos copos en el aire entre el jueves por la noche y el viernes. Sin embargo, recalcó que el pronóstico aún está sujeto a cambios, dada la incertidumbre sobre la trayectoria exacta de la tormenta, dijo a Syracuse Post.

Las áreas más propensas a las nevadas serán aquellas situadas en terrenos elevados. En particular, los Adirondacks podrían acumular algunos centímetros de nieve hacia el viernes. Las montañas Catskills y otras elevaciones al norte del estado tienen un 50% de probabilidades de ver acumulaciones de nieve si las temperaturas descienden lo suficiente. Mientras que las zonas cercanas al sur de Rochester y al este de Syracuse también podrían experimentar nevadas ligeras, aunque mayormente se espera lluvia en esas áreas.

El Servicio Meteorológico Nacional advirtió que pequeñas variaciones en la trayectoria del centro de baja presión de la tormenta podrían alterar significativamente el pronóstico, incluyendo la extensión de las nevadas a zonas más bajas si se presenta un enfriamiento más intenso del aire.

Según el Servicio Meteorológico Nacional este fenómeno traerá intensas lluvias a partir del miércoles 20 de noviembre. (X: @NWSCPC)
Según el Servicio Meteorológico Nacional este fenómeno traerá intensas lluvias a partir del miércoles 20 de noviembre. (X: @NWSCPC)

Lluvias para aliviar la sequía

Además de las nevadas, esta tormenta traerá entre 25 y 50 milímetros de lluvia, lo que podría ofrecer un respiro para las áreas afectadas por la sequía, especialmente en el Valle del Hudson y partes de Long Island.

El déficit de precipitaciones ha sido severo en algunas regiones de Nueva York. Por ejemplo, Poughkeepsie ha recibido solo 25 milímetros de lluvia desde septiembre, una cantidad significativamente menor a los 250 milímetros que normalmente caen en ese periodo, reportó ABC News Nueva York. Según el NWS, esta falta de humedad ha creado condiciones propicias para la rápida propagación de incendios forestales.

A pesar de que la lluvia no será suficiente para eliminar por completo la sequía, se espera que contribuya a reducir el riesgo de incendios al humedecer hojas, ramas y otros combustibles secos acumulados en el suelo.

El peligro de incendios forestales ha sido un problema persistente en Nueva York durante los últimos meses, obligando al estado a declarar un nivel de riesgo alto o muy alto en diversas áreas. Esto llevó a la implementación de una prohibición estatal de quemas vigente hasta el 30 de noviembre, que incluye restricciones a fogatas, fuegos para cocinar al aire libre y quemas de arbustos.

El Servicio Meteorológico Nacional también señaló que, aunque la lluvia y las temperaturas más frescas ayudarán a reducir este riesgo, las condiciones seguirán siendo preocupantes en algunas zonas hasta que se produzcan precipitaciones más significativas.

Las lluvias y las temperaturas más bajas podrían reducir el riesgo de incendios, aunque las preocupaciones persisten en ciertas áreas. (REUTERS/Brendan McDermid)
Las lluvias y las temperaturas más bajas podrían reducir el riesgo de incendios, aunque las preocupaciones persisten en ciertas áreas. (REUTERS/Brendan McDermid)

Un noviembre atípico

Noviembre ha sido inusualmente cálido en el norte del estado de Nueva York. Rochester, por ejemplo, experimentó temperaturas máximas de 27 °C el 5 de noviembre, un récord histórico para ese mes. En comparación, las temperaturas promedio en esta época suelen oscilar entre los 4 y 7 °C.

Este período cálido también ha contribuido a las condiciones secas en gran parte del estado. Sin embargo, con la llegada de esta tormenta, las temperaturas se estabilizarán en niveles más típicos para noviembre, con máximas pronosticadas de entre 4 y 6 °C para los próximos días.

La incertidumbre en torno al comportamiento de este sistema de tormentas destaca un fenómeno que los expertos atribuyen al impacto del cambio climático. Los patrones meteorológicos están volviéndose menos predecibles debido a factores como el calentamiento global y las fluctuaciones en las corrientes de aire. Esto dificulta los pronósticos precisos, particularmente para fenómenos complejos como las tormentas invernales.

El NWS advirtió que este sistema tiene un “alto potencial de variación”, lo que significa que pequeños cambios en la ubicación del centro de baja presión podrían alterar el equilibrio entre la lluvia y la nieve, afectando tanto la cantidad como la distribución de las precipitaciones.

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