Un vuelo de Alaska Airlines desde Washington D.C. a Los Ángeles enfrentó momentos de tensión el jueves por la noche al realizar un aterrizaje complicado tras perder un neumático durante el despegue. El vuelo 309, que transportaba 175 pasajeros y seis tripulantes, salió del aeropuerto internacional Dulles aproximadamente a las 17:30 y aterrizó de manera segura en el aeropuerto internacional de Los Ángeles poco después de las 20:00, según el rastreador de vuelos FlightAware. No hubo heridos reportados, confirmó la aerolínea.
El problema del tren de aterrizaje se detectó poco después del despegue. De acuerdo con ABC Los Ángeles, la tripulación en cabina informó por radio sentir un “sacudón” lo suficientemente fuerte como para abrir algunas de las compuertas de equipaje superiores y activar una máscara de oxígeno de emergencia. “Los pasajeros escucharon un ‘estallido fuerte’ y sintieron que el avión se sacudía después del despegue”, agregó NBC. La tripulación solicitó al aeropuerto que verificara la pista de Dulles para determinar si el avión había pasado sobre algo o si realmente habían perdido parte del neumático, confirmándose posteriormente el hallazgo de piezas del neumático en la pista.
A pesar de la falla, el tren de aterrizaje se retrajo correctamente, por lo que la tripulación decidió continuar el vuelo según lo planeado. “No vemos ninguna razón para interrumpir el vuelo en este punto, simplemente avanzar a Los Ángeles y encargarse del problema allí”, se escuchó a un miembro de la tripulación decir en el tráfico de radio, citado por CBS. USA Today informó que, como medida preventiva, la tripulación declaró una emergencia para contar con apoyo adicional en caso de ser necesario.
El aterrizaje fue todo un espectáculo, con un pasajero grabando la llegada inquietante. De acuerdo con NBC, la cabina estalló en aplausos cuando el avión aterrizó con seguridad y comenzó a desacelerar para rodar por la pista. ABC Los Ángeles destacó que se podía ver autobombas listas en LAX mientras el avión aterrizaba. A pesar de la preocupación, el avión pudo llegar sin problemas a la puerta de embarque sin causar otras interrupciones en las operaciones del aeropuerto, según confirmaron las autoridades de LAX.
Entre los pasajeros, se encontraba un grupo de estudiantes de secundaria del condado de Orange, quienes regresaban de un viaje de estudios a Washington. “Tuve que mantener la calma por mi hija”, declaró Allison Mueller, pasajera originaria de Virginia, a CBS. “Estaba asustada”, añadió. Otro pasajero, Brent Drewette, de San Juan Capistrano, describió al medio KABC-TV: “Nos pusieron en la posición de braceo. Fueron diez segundos de sacudidas realmente violentas. Sin embargo, los equipos de emergencia revisaron y nos trajeron a salvo, y todo estuvo bien”.
USA Today también citó a un portavoz de Alaska Airlines, quien confirmó que “como precaución durante la llegada a LAX, nuestros pilotos declararon un aterrizaje de emergencia para contar con apoyo adicional si se necesitaba”. La aerolínea aseguró que el Boeing 737-900 será retirado del servicio mientras se investiga el incidente. “Aunque este incidente es raro, nuestras tripulaciones de vuelo están entrenadas extensivamente para gestionar de manera segura diversos escenarios”, dijo el portavoz, remarcando que entienden que pudo haber sido un momento preocupante para los pasajeros a bordo y pidiendo disculpas por lo que experimentaron.
El vuelo 309 de Alaska Airlines logró aterrizar sin contratiempos adicionales tras una travesía marcada por un fallo en el tren de aterrizaje. Los reportes coinciden en que la preparación y el entrenamiento del personal fueron fundamentales para enfrentar una situación que bien podría haber tenido otro desenlace. Alaska Airlines expresó su compromiso con la seguridad y dejó constancia del rápido accionar de su equipo para garantizar la integridad de todos los ocupantes del vuelo.