Durante la noche del sábado 9 de noviembre, una brillante bola de fuego cruzó el cielo de varios estados en Estados Unidos, sorprendiendo y maravillando a testigos.
A eso de las 22:00 horas, hora estándar del centro, una luz resplandeciente iluminó el cielo, visible desde Colorado, Kansas, Texas y Oklahoma. Para quienes la vieron, el fenómeno resultó desconcertante, con algunos pensando que se trataba de un meteoro particularmente brillante.
A través de la Sociedad Americana de Meteoritos (AMS), múltiples testigos describieron sus observaciones. Kevin W, habitante de McKinney, Texas, se refirió a él como “el mejor avistamiento de todos”.
La bola que iluminó el cielo de EEUU
Sin embargo, el objeto en llamas que capturó la atención de tantos no era un meteorito, sino un satélite de SpaceX, parte de la constelación de Starlink, que al reingresar a la atmósfera terrestre se desintegró, creando la estela lumínica, según reportó Space.
El astrónomo y rastreador de naves espaciales, Jonathan McDowell explicó a través de X (anteriormente Twitter) que el artefacto de Starlink, nombrado Starlink-4682, había reingresado en una trayectoria sobre los estados de Idaho, Wyoming, Colorado y Oklahoma y que, presuntamente, fue “ampliamente observada”.
El satélite pertenecía a un grupo de 54 lanzados en 2022 como parte de la misión Starlink 4-23, de acuerdo con el medio. Al igual que los otros dispositivos de su grupo, fue diseñado para una vida útil limitada en órbita, después de la cual su ingreso controlado a la atmósfera terrestre marca el final de su función.
Ryan T, de Kaufman (Texas), reveló en la plataforma de la Sociedad Americana de Meteoritos que vio una bola de fuego más temprano, pero que esta en particular estaba fragmentada. “La vi como un área brillante que se convirtió más claramente en una gran bola de fuego que se había dividido”, escribió.
Otro testigo, esta vez de la ciudad de Canton, comentó que “por alguna razón” sintió emoción al avistar el satélite. “Como si fuera un niño. La cosa más increíble que he visto en mucho tiempo”, aseguró.
Este último usuario reportó que su avistamiento tuvo lugar el 10 de noviembre a las 4:02 horas UTC. Su color fue descrito como “amarillo claro”. Estaba fragmentado y entre sus observaciones afirmó que eran “al menos 10 objetos de principio a fin” y que “parecía una lluvia de meteoritos”.
El problema con las constelaciones de satélites
Algunos astrónomos y especialistas han explicado que, debido a la baja altitud en la que orbitan los satélites de Starlink, estos están destinados a caer y desintegrarse al final de su ciclo operativo, una práctica fundamental para reducir la acumulación de basura espacial, misma que podría poner en riesgo a otros dispositivos.
McDowell, durante una entrevista con Space, aseguró que hay “un reingreso de Starlink casi todos los días. A veces, varios” y confirmó que somos testigos de “un aumento similar en el número de satélites” conforme “cientos” de estos dispositivos comienzan a descender.
Connor Barker, investigador de modelado atmosférico en el University College de Londres, aseguró que los lanzamientos y reingresos de las constelaciones de satélites son culpables de un 12% de la pérdida total de ozono provocada por la industria espacial, mientras que la de SpaceX debería ser la responsable de gran parte de dicho porcentaje.
“La razón por la que los motores de cohetes sólidos son tan malos es porque emiten partículas de alúmina y cloro, algo que ningún otro combustible produce”, explicó Barker.
Afirmó también que, conforme nos “adentremos en la era de las mega constelaciones principales”, se verán “muchos más” lanzamientos de cohetes y reentradas. “Y luego, la cifra aumentará”.