La explosión en la planta de Givaudan Sense Colour en Louisville, Kentucky, ocurrió el pasado martes 12 de noviembre de 2024, alrededor de las 3:00 p.m. hora local. El incidente resultó en la muerte de dos trabajadores y dejó a once empleados heridos, algunos de gravedad. La comunidad vecina de la fábrica, expresó durante años su preocupación por los fuertes olores a productos químicos provenientes de la fábrica, describiéndolos como un aroma a amoníaco y a azúcar quemada. Shelby Dix, residente de la zona, manifestó a AP sus temores: “Siempre pensé que esto era inseguro... pero nunca pensé que esto sucedería”. Este evento resalta un historial de quejas de los vecinos que, según ellos, han sido ignoradas.
El estallido provocó un colapso parcial del edificio y daños significativos en viviendas y negocios cercanos, incluyendo ventanas rotas y puertas dañadas. Los residentes de la zona, que durante años habían expresado preocupaciones por los fuertes olores químicos provenientes de la planta, describieron el impacto como similar al de un pequeño tornado.
Los vecinos sostienen que los problemas de seguridad se intensificaron después de que la multinacional suiza Givaudan adquiriera la planta en 2021 de la empresa DD Williamson & Co. La residente Amanda Strecker, quien vivió cerca de la planta entre 2018 y 2022, relató a la agencia que reportó en repetidas ocasiones sus preocupaciones a las autoridades ambientales, aunque nunca se encontraron irregularidades. “Sentíamos que algo iba a suceder. Era solo cuestión de tiempo”, comentó Strecker. Ella y otros vecinos han mantenido contacto directo con los administradores locales para expresar sus temores, pero sostienen que sus inquietudes no han sido atendidas.
La planta de Givaudan ya tenía un historial de incidentes previos. En 2003, cuando la fábrica operaba bajo DD Williamson, una explosión causada por la falta de una válvula de alivio de presión en un tanque dejó un saldo fatal con la muerte de un trabajador. En años posteriores, las autoridades multaron a la planta por violaciones ambientales: en 2009 pagó 600 mil dólares por incumplir la Ley de Agua Limpia y, más recientemente, en 2021, Givaudan recibió una multa de 7 mil 500 dólares por exceder las emisiones de contaminantes y no cumplir con certificaciones anuales requeridas.
Investigación en curso para determinar las causas
El Departamento de Bomberos de Louisville, junto con autoridades estatales y federales, está llevando a cabo una investigación sobre las causas de la explosión. Brian O’Neill, jefe de bomberos, informó que aunque la planta contiene químicos peligrosos, el monitoreo de aire y de aguas residuales realizado tras el incidente no reveló la presencia de contaminantes en las áreas circundantes. El alcalde de Louisville, Craig Greenberg, calificó el hecho de “increíblemente triste y trágico”, y aseguró que las autoridades están comprometidas con esclarecer los motivos del desastre.
Impacto emocional y psicológico en los residentes tras el accidente
El impacto del accidente no solo se refleja en las pérdidas humanas y materiales, sino también en las secuelas emocionales en los residentes de la zona. Carly Johnson, quien vive cerca de la planta, declaró a AP que el estruendo fue tan fuerte que provocó pánico en su familia, especialmente en su hijo de cuatro años. “Escuchamos un ‘boom’ extremadamente fuerte... Pensamos que algo así no volvería a suceder después del incidente de hace años”, comentó Johnson.
La planta de Givaudan en Louisville produce colorantes naturales y caramelos a partir del calentamiento de azúcar y agua. Según registros de permisos de control de aire locales, la fábrica también utiliza amoníaco acuoso en ciertos productos, lo que explicaría los olores que los vecinos llevaban años percibiendo y denunciando. La compañía, una de las más grandes del mundo en la fabricación de colorantes y sabores, opera en el sector de bebidas y ha asegurado su cooperación plena con las investigaciones para esclarecer el trágico incidente, según confirmó a AP.
Cuestionamientos sobre la responsabilidad ambiental y la seguridad industrial
Este trágico suceso reabre el debate sobre la responsabilidad de las empresas que manipulan sustancias peligrosas en áreas residenciales. El incidente ha suscitado dudas sobre la efectividad de las regulaciones ambientales y la supervisión de la industria química, y genera preguntas urgentes sobre las prácticas de seguridad y las medidas de prevención implementadas en fábricas como la de Givaudan en Louisville.