En el corazón del Caribe, un grupo de lluvias y tormentas aisladas evolucionó rápidamente, transformándose en un fenómeno que amenaza con dejar huellas significativas en su recorrido. En cuestión de días, los meteorólogos de Accuweather identificaron la actividad como una tormenta tropical, previendo su intensificación a medida que se acercaba a la costa centroamericana. La tormenta, que ha sido nombrada provisionalmente Sara, podría convertirse en huracán si logra mantenerse sobre las aguas cálidas, lo que alerta al estado de Florida.
Este tipo de fenómenos, que inician como tormentas tropicales, suelen avanzar en ciclos de intensificación y debilitamiento antes de convertirse en amenazas de mayor envergadura. A pesar de su proximidad a tierra, donde en este caso la cercanía a Nicaragua y Honduras podría frenar su intensificación inicial, la falta de cizalladura del viento y las altas temperaturas oceánicas (superiores a 26 °C) representan condiciones óptimas para que la tormenta se fortalezca.
Riesgos para Centroamérica
A medida que Sara avanza hacia el oeste en el Caribe, las amenazas de lluvias torrenciales e inundaciones aumentan considerablemente para los países centroamericanos. De acuerdo con el pronóstico de Accuweather, se esperan precipitaciones extremadamente intensas en zonas del norte de Honduras y el noreste de Nicaragua, que podrían recibir entre 300 y 450 milímetros de lluvia en tan solo dos a tres días.
Estas cantidades representan un riesgo elevado de inundaciones repentinas y deslizamientos de tierra, eventos que podrían poner en peligro vidas y afectar gravemente comunidades vulnerables en ambas naciones.
La magnitud de las lluvias podría, incluso, superar el pronóstico en puntos específicos, donde el índice sitúa un posible máximo de 1.200 mm. En contextos de terreno montañoso como el de Honduras y Nicaragua, tales volúmenes de lluvia pueden llevar rápidamente a desastres catastróficos, en especial si la tormenta se desacelera o se estanca sobre la región, extendiendo el tiempo de sus efectos.
La situación es particularmente delicada dado el antecedente de eventos similares en el pasado, como el devastador impacto del huracán Mitch en 1998, que causó más de 10.000 muertes en Centroamérica debido a lluvias de hasta 1.200 mm.
La Escala RealImpact™ para Huracanes de Accuweather otorgó una clasificación de 4 para la región centroamericana, debido al alto riesgo de lluvias desmedidas y las potenciales pérdidas económicas y humanas en zonas densamente pobladas o mal preparadas para un fenómeno de esta magnitud.
Posible trayectoria hacia Estados Unidos y Florida
Mientras Sara se mueve a través del Caribe, los modelos meteorológicos indican varios escenarios posibles que podrían llevarla hacia el Golfo de México y, eventualmente, a un impacto en la costa de Florida. Este posible trayecto dependerá de varios factores, entre ellos su capacidad de cruzar las zonas montañosas de Honduras y la península de Yucatán sin perder demasiada fuerza.
Según los expertos, el sistema enfrenta ciertos obstáculos naturales que podrían reducir sus probabilidades de alcanzar la intensidad de huracán al entrar en aguas del Golfo.
Uno de los factores decisivos en la trayectoria de Sara es la posición de un sistema de alta presión ubicado en la costa sureste de Estados Unidos, que podría dirigir la tormenta hacia el norte y el este. Sin embargo, el momento y la intensidad de un frente frío previsto para la próxima semana en el Golfo de México también influirán en su recorrido.
Este frente frío podría “absorber” o debilitar a Sara antes de que logre llegar a Florida. De acuerdo con Brian McNoldy, investigador de la Universidad de Miami, el avance del frente frío es una “buena noticia para Florida” si logra desintegrar el sistema en su entrada al Golfo.
Sin embargo, si Sara sobrevive a su paso por tierra y el frente frío no afecta suficientemente su avance, podría alcanzar las costas de Florida con intensidad de tormenta o huracán, convirtiéndose en la cuarta tormenta en tocar tierra en el estado en lo que va del año, un hecho que superaría el récord de tres impactos en una temporada desde 2004.
El huracán Debby dejó al menos 6 muertos en el estado, según informó Fox Weather. Meses después, Helene impactó en seis estados, además de Florida, dejando 230 fallecidos y muchos damnificados sin energía. Finalmente, NBC News señaló que Milton dejó unas 17 víctimas fatales tras su llegada al Estado del Sol.