Cada año, el pequeño pueblo de Twinsburg, en Ohio, se convierte en escenario de uno de los eventos más singulares del mundo: el Twins Day Festival, una celebración que reúne a miles de gemelos, trillizos y múltiplos de todas partes del mundo.
En 2017, entre la multitud de pares de gemelos idénticos, dos hermanos de Tennessee, Josh y Jeremy Salyers, conocieron a dos hermanas de Delaware, Brittany y Briana Deane. Este encuentro no fue uno cualquiera. Desde el primer momento en que se cruzaron las miradas, sintieron una conexión especial.
Las hermanas Deane, en particular, compartieron con ABC News que su atracción fue inmediata. Según cuentan, cuando vieron a los hermanos Salyers por primera vez, pensaron que eran atractivos y sintieron una fuerte curiosidad por conocerlos.
Durante los primeros quince minutos de conversación, Josh y Jeremy, también intrigados, ya tenían claro que estaban viviendo un momento especial. Para ellos, fue un “flechazo” instantáneo, una conexión que los unía de forma tan simétrica como sus reflejos, contaron al medio.
Aquel día en Twinsburg fue el inicio de una relación que evolucionaría rápidamente. Ambos pares de gemelos, que crecieron acostumbrados a la vida en simetría, se encontraron en una situación tan única que encajaba perfectamente con su forma de vivir.
Briana y Jeremy comenzaron a formar una relación, mientras que Brittany y Josh también se unían. Con una atracción mutua que parecía predestinada, ambos hermanos y hermanas iniciaron lo que muchos llamarían un romance en espejo.
Romance doble y propuesta conjunta
Seis meses después de aquel primer encuentro en el festival, las dos parejas ya estaban listas para dar el siguiente paso. Con una sincronización perfecta que ya caracterizaba sus vidas, Josh y Jeremy planearon una propuesta de matrimonio doble.
En una ocasión memorable, ambos hermanos se arrodillaron al mismo tiempo, presentando anillos idénticos a sus respectivas parejas, Brittany y Briana, quienes respondieron afirmativamente al unísono. Fue un momento único, descrito por ellas como un “hermoso doble compromiso”, en el que parecían experimentar la misma emoción en perfecta sincronía.
Un año después, las dos parejas regresaron al Twins Day Festival en Twinsburg, donde habían iniciado su historia, para celebrar una boda conjunta. Esta ceremonia se convirtió en una extensión de su identidad compartida, un reflejo de su deseo de vivir sus vidas en paralelo.
En este evento, ambos matrimonios prometieron seguir unidos no solo como esposos, sino también como una familia única que compartía los mismos valores y aspiraciones.
Vida en familia
Después de su boda conjunta, las dos parejas decidieron llevar su vida compartida un paso más allá, estableciendo su hogar en Smith Mountain Manor, una propiedad de estilo victoriano en Huddleston, Virginia. Este lugar no solo es su hogar, sino también un negocio familiar, ya que funciona como un salón de eventos y espacio para bodas que ambos matrimonios administran y dirigen en conjunto.
La elección de vivir y trabajar bajo el mismo techo responde a su deseo de mantener una cercanía que, como gemelos idénticos, consideran esencial para su bienestar y su identidad compartida.
Para los Salyers, la vida en Smith Mountain Manor es mucho más que una simple residencia; representa una forma de convivencia en simetría, donde cada pareja mantiene su relación de manera monógama, pero comparte responsabilidades, finanzas y decisiones de crianza.
Gemelos cuaternarios: hermanos y primos
Esta estructura familiar, poco común, no solo responde a su inclinación natural a permanecer cerca de sus hermanos gemelos, sino también al deseo de criar a sus hijos en un entorno cohesivo, casi como una unidad extendida.
Brittany y Briana planearon sus embarazos para que coincidieran. Ambas atravesaron pérdidas de gestaciones en el camino, lo que solo reforzó su compromiso de experimentar la maternidad juntas. La sincronización en sus embarazos también ayudó a los niños a desarrollar un vínculo estrecho desde los primeros meses de vida, facilitando la integración de ambas familias como una sola unidad.
Uno de los aspectos más curiosos y comentados sobre la vida de los Salyers es la conexión genética entre sus hijos, Jax y Jett, ambos de 3 años. Debido a que cada pareja está formada por gemelos idénticos, los hijos de Josh y Brittany y de Jeremy y Briana comparten una carga genética prácticamente idéntica.
Este fenómeno, conocido como “cuaternarios”, es extremadamente raro, ya que implica que, aunque los niños son técnicamente primos, su composición genética es tan similar que también pueden ser considerados “hermanos genéticos”.
Esta condición especial ha llevado a que los pequeños se refieran a su familia en términos poco convencionales, llamando “mamá” a ambas madres y “papá” a ambos padres, ya que viven bajo el mismo techo y comparten un vínculo tan fuerte como el de una unidad familiar única.