El cielo de Nueva York y Nueva Jersey se ha visto colmado de densas nubes de humo que llevaron a que fueran emitidos avisos de alerta por calidad de aire. La causa son varios incendios de matorrales y bosques en la región, avivados por una combinación de vientos fuertes y sequía prolongada que han dificultado la contención del fuego. Este fenómeno generó preocupación entre los residentes desde el fin de semana y provocó que las autoridades emitieran advertencias de salud pública para evitar los riesgos de exposición al humo.
Las condiciones extremas de sequedad en Nueva Jersey se han convertido en un terreno fértil para el surgimiento y expansión de incendios forestales. Entre los incendios más significativos está uno que ha arrasado con más de 70 hectáreas en las cercanías de Pompton Lakes, en el condado de Passaic, y otro en los alrededores de Englewood Cliffs, a lo largo del Palisades Interstate Parkway, que ha consumido al menos 16 hectáreas.
En la zona fronteriza con el estado de Nueva York, un incendio en West Milford ya ha destruido aproximadamente 1.011 hectáreas y amenaza con dañar alrededor de diez edificaciones, entre ellas el Long Pond Ironworks Historic District, según datos del Servicio de Incendios Forestales de Nueva Jersey, citados por The Wall Street Journal (WSJ).
Como resultado de estos incendios, los niveles de calidad del aire se deterioraron drásticamente en la región, especialmente en Nueva York, el Valle del Hudson y el noreste de Nueva Jersey. La Oficina de Conservación Ambiental de Nueva York emitió un aviso de calidad del aire, advirtiendo que el aire podría alcanzar niveles insalubres debido a la presencia de humo y partículas finas.
En algunas zonas, el índice de calidad del aire llegó a 201, una cifra clasificada como “muy insalubre”, especialmente para personas con enfermedades respiratorias preexistentes. Las autoridades recomendaron permanecer en interiores y limitar las actividades físicas para reducir la exposición a estos contaminantes, confirmó CBS News.
En medio de estas condiciones adversas, los bomberos de Nueva York y Nueva Jersey trabajan intensamente para contener las llamas. Los equipos de emergencia han debido enfrentar ráfagas de viento que complican su labor. El Departamento de Bomberos de Nueva York (FDNY) reportó más de 100 incendios de matorrales en el área en el último mes, entre ellos uno en Prospect Park, en Brooklyn, donde el fuego se extendió rápidamente sobre dos hectáreas de vegetación seca y tardó tres horas en ser controlado.
El esfuerzo por controlar estos incendios ha cobrado víctimas humanas. El sábado, un empleado del parque estatal de Nueva York murió mientras ayudaba a combatir el incendio en West Milford. La gobernadora Kathy Hochul expresó sus condolencias y resaltó la valentía de los empleados estatales que “arriesgan sus vidas para proteger nuestras comunidades y detener la propagación de estos incendios forestales”, citó el WSJ.
De acuerdo con The New York Times, Nueva Jersey ha enfrentado una cantidad inusualmente alta de incendios forestales, con más de 370 reportados desde mediados de septiembre, cifra que supera en diez veces el promedio del mismo período del año anterior.
La falta de humedad en el suelo, sumada a las temperaturas elevadas, ha incrementado el riesgo de incendios en toda la región. Esta tendencia preocupa a las autoridades, quienes señalan que si las condiciones persisten, podría ser necesario tomar medidas más drásticas, como restricciones obligatorias en el uso de agua.
Salud pública y recomendaciones médicas
El humo y las partículas presentes en el aire pueden tener efectos adversos para la salud, especialmente entre aquellos con condiciones respiratorias como el asma o la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC).
El Dr. Anthony Saleh, especialista en pulmonología en el New York-Presbyterian Brooklyn Methodist Hospital, recomendó el uso de mascarillas de alta calidad al aire libre durante períodos de contaminación severa para reducir el riesgo de complicaciones respiratorias. Según el experto, incluso personas sin enfermedades respiratorias pueden experimentar efectos adversos en la salud ante estas condiciones, aunque el riesgo es mayor para quienes tienen afecciones preexistentes.