Cole Taschman, un hombre surfista de Florida, ha sobrevivido en dos ocasiones a ataques de tiburón mientras practicaba su deporte favorito en Bathtub Beach. Su pasión por el surf, arraigada desde temprana edad, lo ha llevado a desafiar el peligro en esta playa, conocida localmente como el “pozo de los tiburones”. En su más reciente encuentro, el pasado 25 de octubre, Cole sufrió una grave mordedura mientras honraba la memoria de un amigo fallecido. Lejos de disuadirlo, esta experiencia parece haber reforzado su determinación: “Si hay olas, estoy surfeando. No me importa la responsabilidad que tenga”, expresó con firmeza en una entrevista con CNN.
La relación de Cole con los tiburones comenzó a los 16 años, cuando sufrió su primer ataque en Bathtub Beach. En aquella ocasión, un tiburón de arrecife de punta negra lo mordió en la mano, dejándole una cicatriz que aún recuerda. Desde entonces, el joven ha continuado surfeando en las aguas de Florida, sintiéndose inexplicablemente atraído por este entorno peligroso. Sin embargo, su segundo y más reciente ataque fue mucho más severo: mientras reflexionaba en la playa sobre su amigo fallecido, un tiburón —que él describe como un tiburón toro o tigre de unos dos a tres metros (siete a ocho pies)— lo mordió en el pie, causando graves heridas.
El incidente en octubre puso a prueba la capacidad de reacción de sus amigos y de su prometida, Ana Peci, quien capturó el momento en video. Al percatarse de la mordedura, el grupo actuó de inmediato: sus amigos improvisaron un torniquete con las correas de la tabla de surf para detener la hemorragia. Consciente de la gravedad de la situación, no esperaron a que llegaran los servicios de emergencia y llevaron a Cole al hospital más cercano en menos de diez minutos. La pronta intervención fue crucial para evitar complicaciones mayores.
En el St. Mary’s Medical Center de West Palm Beach, Cole fue sometido a dos cirugías y recibió 93 puntos de sutura debido a los daños en los tendones y tejidos musculares de su pie. Los médicos, incluyendo al investigador de tiburones Dr. Robert Borrego, prevén que su recuperación tomará alrededor de seis meses. El Dr. Borrego destacó que Cole es el primer paciente que ha tratado que ha sobrevivido a dos ataques de tiburón, y subrayó que este último fue especialmente severo.
Un vínculo espiritual con un amigo muerto lo impulsa a seguir surfeando
Para Cole, la experiencia en Bathtub Beach va más allá del peligro físico: siente que existe un vínculo inexplicable entre él y el mar. Tras el ataque, comentó a CNN que creía que su amigo fallecido estaba cuidándolo, ya que a pesar de la gravedad de la mordedura, no perdió ningún dedo. “No perdí ninguno de mis dedos, así que él estaba vigilándome”, aseguró. Este sentimiento de protección y conexión con su amigo desaparecido refuerza su decisión de continuar surfeando, a pesar de los riesgos.
La comunidad surfista se une para financiar su tratamiento
Los costos médicos y el largo proceso de recuperación han sido un reto para Cole y su familia. Para ayudar a cubrir estos gastos, Ana Peci organizó una campaña en GoFundMe, la cual ha recaudado hasta ahora más de 8 mil dólares. Además, la comunidad local ha mostrado su apoyo a través de la Ohana Surf Shop, donde Cole es miembro del equipo de surf. La tienda ha lanzado un sorteo para recaudar fondos en su nombre. “Es familia. Es Ohana, ya sabes. Ohana significa familia”, explicó Cole, expresando su gratitud por el respaldo de la comunidad.
Determinación por seguir surfeando
La firmeza de Cole ante la adversidad ha sido comparada por CNN con la determinación de figuras icónicas del surf como Bethany Hamilton, quien continuó surfeando tras perder un brazo en un ataque de tiburón. Para Cole, el mar es una parte esencial de su vida, y su compromiso con el surf es absoluto. “No me importa si me arrancan el brazo. No saldré del agua”, afirmó. Esta pasión inquebrantable subraya la conexión profunda que algunos surfistas tienen con el océano, a pesar de conocer bien los riesgos.
Pese a haber enfrentado dos encuentros con tiburones en el “pozo de los tiburones” de Bathtub Beach, la pasión de Cole Taschman por el surf sigue intacta. Como otros surfistas icónicos que desafían las aguas a pesar de los riesgos, Cole encuentra en el mar un refugio espiritual y una conexión que lo impulsa a regresar a las olas, confiando en que su fortaleza y el respaldo de sus seres queridos lo acompañarán en este proceso de recuperación.