Las elecciones en Estados Unidos se celebraron el pasado martes 5 de noviembre y, aunque ya se confirmó que Donald Trump será el próximo presidente, otras cuestiones igualmente claves aún no se han definido, a una semana del evento.
El control por la Cámara de Representantes sigue en juego, con los bandos republicano y demócrata monitoreando la carrera voto a voto. De momento, los rojos tienen 214 bancas, de las 218 necesarias para obtener la mayoría, mientras que los azules están un poco por detrás, con 205.
Para los 16 lugares restantes, la mayoría de ellos en California, el bando del presidente electo lidera las proyecciones -con nueve frente a los siete de los demócratas-, por lo que muchos creen que volverían a conseguir la mayoría que ostentaban hasta las elecciones.
“Estamos muy optimistas. Estamos avanzando y vamos a pasar página. Esto es algo que la población estadounidense necesita y quiere desesperadamente”, dijo este martes el actual líder de la Cámara de Representantes, Mike Johnson.
“Está claro que el pueblo estadounidense quiere fronteras seguras y quiere evitar que terroristas y criminales entren en el país. Son cosas de sentido. Trabajaremos estrechamente con Trump y con su Administración para cambiar este país y desencadenar, como él dice, una nueva era dorada en Estados Unidos. Estamos listos para cumplir con el mandato”, agregó.
En tanto, el líder del bando demócrata, Hakeem Jeffires, fue más precavido y, días atrás, aseguró que “todo sigue en el aire” y “debemos contar cada voto”.
Una victoria republicana en la Cámara de Representantes daría al Gobierno entrante importantes ventajas para sus proyectos, dado que el partido consiguió también revertir el escenario en el Senado, donde liderará con 53 escaños, frente a los 47 de los demócratas. Es decir que este triplete permitiría a Trump y su gabinete dar curso a sus iniciativas con gran facilidad y con poca necesidad de negociar con el bando opositor.
De hecho, el empresario tiene previsto reunirse con Johnson este miércoles, antes de su visita a la Casa Blanca, con miras a abordar los primeros pasos de su gestión, como la agenda de los primeros 100 días, que ya adelantaron que pondrán en marcha sin demoras.
A la par, el Congreso vuelve esta semana a sus actividades y a sus sesiones sobre proyectos pendientes, en el último tiempo antes del cambio que supondrá el recambio de bancas.
Entre las cuestiones por definir están el vencimiento del actual financiamiento del Gobierno, el próximo 20 de diciembre, ante lo que los legisladores deberán ponerse de acuerdo rápido para evitar un nuevo cierre gubernamental. Ante las persistentes discrepancias entre los republicanos y los demócratas, sin embargo, parecería cada vez más viable una extensión de corto plazo hasta comienzos de 2025, cuando los rojos podrían ya tener mayoría, aunque aún está por verse cómo transcurren las próximas semanas.
También se está debatiendo el proyecto de Ley de Defensa, valorado en USD 895.200 millones, que contempla un aumento del 19,5% en los pagos a miembros de servicio de menor rango, así como un 4,5% para el resto del personal militar.
(Con información de AP y EFE)