La ciudad de Nueva York ha decidido poner fin a su controvertido programa piloto que otorgaba tarjetas de débito prepagas para alimentos a familias migrantes, según anunciaron las autoridades locales.
Este programa, implementado con un contrato de emergencia a través de Mobility Capital Finance (MoCaFi), ha sido criticado desde su inicio en febrero por su potencial para el mal uso y su supuesto trato preferencial hacia los migrantes. Según The New York Times, una averiguación del Departamento de Investigación de la ciudad está en marcha respecto al contrato con MoCaFi.
El alcalde Eric Adams argumentó que este programa reducía los costos de alimentación de los migrantes y les proporcionaba opciones más saludables. Sin embargo, declaró que se ha decidido no renovar el contrato de emergencia al moverse hacia una “contratación más competitiva para los programas de solicitantes de asilo”.
Además, con más de 200 mil migrantes llegando desde 2022, el arribo ha disminuido recientemente, lo que ha llevado al alcalde a manifestar que “ahora nos estamos moviendo en otra dirección”, sugiriendo que ya no es necesaria una estrategia de emergencia.
¿En qué consistía el programa de apoyo a los migrantes de la ciudad de Nueva York?
El programa proporcionaba alrededor de 350 dólares semanales a una familia de cuatro integrantes durante un mes, siendo posible su renovación. Hasta ahora, la ciudad ha gastado aproximadamente 3,6 millones de dólares en este programa, de los cuales 3,2 millones se colocaron en tarjetas y 400.000 dólares fueron pagados a MoCaFi.
Wole Coaxum, director ejecutivo de MoCaFi, manifestó su orgullo por el trabajo realizado para ayudar a las familias migrantes, afirmando que “se alinea con la misión de su empresa para el uso eficiente de los fondos de los contribuyentes”.
Por otro lado, la ciudad pasará a entregar comidas preparadas a las familias alojadas en hoteles bajo un contrato ya existente con Garner Environmental Services. Sin embargo, esta decisión también ha sido fuente de preocupación. Power Malu, un defensor migrante, expresó a CBS New York: “Estoy preocupada por estas familias porque vamos a volver a donde estábamos al principio”, refiriéndose a la baja calidad de las comidas ofrecidas en los refugios previamente.
Dicha preocupación no es compartida por todos. El Partido Republicano del Estado de Nueva York ha aplaudido esta decisión, considerándola “un paso en la dirección correcta”. David Laska, director de comunicaciones del partido, instó a las autoridades a dejar inmediatamente de gastar fondos de los contribuyentes en alojamientos y servicios para migrantes, subrayando la necesidad de colaborar con administraciones futuras para la expulsión de aquellos sin documentación legal.
Problemas de transparencia en los contratos de otros programas de beneficencia
Mientras que el programa ha sido defendido por el alcalde Adams, alegando que ayudaba a redirigir el dinero a la economía local y proporcionaba alimentos culturalmente relevantes a las familias migrantes, su administración ha tenido que enfrentarse a preocupaciones de transparencia y eficacia en los contratos otorgados por emergencia.
Según destaca The New York Times, otro contrato sin licitación, por 432 millones de dólares con DocGo, también ha sido objeto de escrutinio, aumentando las críticas hacia el manejo de estos recursos públicos.
El cambio de enfoque en la alimentación para migrantes refleja una reacción a las críticas y un intento de abordar las preocupaciones logísticas y éticas surgidas durante la implementación del programa. Mientras tanto, a medida que Nueva York busca nuevas soluciones para su creciente población migrante, el programa piloto de las tarjetas de débito para alimentos que comenzó en febrero de este año dejará de dar atención a al menos 2 mil 600 familias de migrantes que ya eran beneficiadas.