Nueva York amaneció este sábado envuelta en un espeso olor a humo, como consecuencia de múltiples incendios forestales que afectan tanto a la ciudad como a regiones vecinas. Uno de los focos más críticos se desarrolla en Pompton Lakes, en el condado de Passaic, Nueva Jersey, donde el Servicio de Incendios Forestales de Nueva Jersey lucha contra las llamas en una superficie de 40 hectáreas que amenazan a 55 estructuras residenciales y comerciales. Hasta el momento, el incendio permanece fuera de control debido a las complicadas condiciones climáticas, con ráfagas de viento y temperaturas bajas que han dificultado las labores de los equipos de emergencia.
Las autoridades han advertido sobre el riesgo para personas sensibles al aire contaminado, ya que el humo denso se ha mantenido cerca del suelo, deteriorando la calidad del aire en la región. Asimismo, los funcionarios alertaron que las condiciones actuales aumentan el riesgo de problemas respiratorios, especialmente para niños, ancianos y personas con afecciones preexistentes.
Otro incendio de menor escala afecta al condado de Bergen, cerca de la autopista Palisades Interstate en Englewood Cliffs, con 16 hectáreas quemadas y un 40% de contención hasta la mañana del sábado. Aunque las llamas no suponen un peligro para las estructuras, el origen del fuego sigue bajo investigación.
Sequía extrema agrava la situación en Nueva York y Nueva Jersey
La grave sequía es uno de los factores que complica el control de los incendios. En algunas zonas de Nueva Jersey y Nueva York, no se registra una lluvia significativa en más de 40 días, dejando al territorio bajo una alerta extrema, de acuerdo con el Departamento de Protección Ambiental de Nueva Jersey. Se espera una ligera lluvia de hasta 6,3 milímetros para el domingo, pero según las autoridades, este volumen es insuficiente para aliviar las condiciones de sequía que persisten en la región.
La falta de precipitaciones ha afectado especialmente a Nueva York, donde octubre fue registrado como el mes más seco de su historia, con menos de 2,5 centímetros de lluvia acumulada, muy inferior al promedio mensual de 10 centímetros. Esto ha llevado a la ciudad y a los estados de Nueva Jersey y Pensilvania a activar alertas de sequía, debido al riesgo elevado de incendios y la reducción en los niveles de agua en ríos y embalses.
En el distrito de Brooklyn, más de 100 bomberos fueron desplegados el viernes por la noche para combatir un incendio de hierbas que afectó a 0,8 hectáreas en Prospect Park. Las llamas fueron contenidas hacia las 10 pm, aunque el alcalde Eric Adams advirtió en redes sociales sobre el riesgo de incendios en zonas urbanas debido a las temperaturas inusualmente cálidas y la sequía, mencionando que la ciudad alcanzó los 21 °C, una anomalía en el mes de noviembre.
La situación ha llevado a una semana intensa en términos de incendios en todos los distritos de la ciudad. En Staten Island, el pasado jueves, los bomberos lograron extinguir un incendio en la zona histórica de Richmondtown, marcando el sexto incidente de este tipo desde el martes. Otros incendios afectaron partes de Clove Lakes Park y una extensa sección de Brookfield Park en Great Kills. En Bronx, un incendio de hierbas en Van Cortlandt Park que se suscitó el lunes movilizó a 60 efectivos del Departamento de Bomberos de Nueva York (FDNY, por sus siglas en inglés), quienes trabajaron cerca de la autopista Major Deegan para evitar la propagación del fuego.
Advertencia de bandera roja por riesgo de incendios
Ante la situación crítica, el Servicio Meteorológico Nacional emitió una advertencia de bandera roja para Nueva York, Long Island y el Valle Bajo del Hudson, en vigor hasta las 18:00 horas del sábado. La advertencia resalta que cualquier incendio en la región podría “prender y propagarse rápidamente” debido a las condiciones de sequía y los vientos fuertes, aumentando el riesgo de nuevos brotes en zonas residenciales y áreas naturales vulnerables.