Los republicanos lograron un importante avance en su intento por recuperar el control del Senado de Estados Unidos, al arrebatar a los demócratas un escaño en el conservador estado de Virginia Occidental. Este resultado se produjo en el marco de unas elecciones de este martes que definirán no solo la Presidencia, sino también el equilibrio de poder en el Congreso.
En una carrera que fue observada con gran atención, el actual gobernador de Virginia Occidental, Jim Justice, venció al demócrata Glenn Elliott, ex alcalde de Wheeling.
Justice, quien fue elegido gobernador como demócrata en 2016 antes de cambiar de afiliación al Partido Republicano, se impuso en la contienda por el escaño que dejará vacante Joe Manchin, un moderado que desempeñó un papel crucial votando con los demócratas a pesar de declararse independiente.
Tras conquistar un escaño clave del Senado de Estados Unidos en las elecciones de este martes, el gobernador Jim Justice comparó su triunfo con uno de los momentos más icónicos de la historia del boxeo: el inesperado nocaut de Cassius Clay (más tarde conocido como Muhammad Ali) sobre Sonny Liston en 1964.
“He sacudido el mundo”, proclamó Justice, rememorando la célebre frase de Clay tras su sorpresiva victoria. El gobernador ofreció un discurso de victoria en Greenbrier Resort, uno de los destinos turísticos más prestigiosos de Virginia Occidental.
Durante su intervención, Justice criticó el estado actual de la política en Washington, D.C., calificando el clima político como “completamente disfuncional”. En un tono enérgico y directo, señaló: “Si vinieras a Jim Justice y le dijeras: ‘¿Qué quieres hacer?’ Yo diría: ‘Quiero sacudir el mundo’. Eso es exactamente lo que quiero hacer”.
Con esta victoria, los republicanos redujeron la estrecha mayoría de 51-49 que los demócratas mantenían en el Senado, dejando a los conservadores a solo un escaño de recuperar el control. Esto puso aún más presión sobre los demócratas, quienes ahora enfrentan una serie de contiendas clave en estados como Montana, y potencialmente Wisconsin, Pensilvania, y Michigan.
Las elecciones se desarrollaron en paralelo a la disputa por la Casa Blanca, y, en conjunto, decidirán el futuro del Congreso. En la Cámara de Representantes, donde los 435 escaños están en juego, el panorama también se presenta incierto, con las encuestas señalando un enfrentamiento extremadamente ajustado que podría decantarse hacia cualquiera de los partidos.
En tanto, los demócratas buscan mitigar las pérdidas con campañas agresivas en bastiones como Texas y Florida. Sin embargo, ya sufrieron un revés en este último estado, donde el republicano Rick Scott logró retener su escaño, frustrando las esperanzas demócratas de lograr avances significativos.
Miles de millones de dólares en campañas
En estas elecciones, el gasto en las campañas fue colosal. El grupo de investigación y transparencia gubernamental no partidista OpenSecrets informó que los costos electorales para los aspirantes al Congreso alcanzaron los 10.000 millones de dólares en este ciclo, casi el doble de los 5.500 millones invertidos hasta ahora en la carrera por la Casa Blanca en 2024.
Aunque ligeramente inferior al gasto registrado en 2020, estas cifras destacan la magnitud del esfuerzo financiero que los partidos están desplegando para asegurar su dominio en ambas cámaras. Si los republicanos logran triunfar en las contiendas clave que aún están en juego, podrían alcanzar una mayoría de 55 escaños en el Senado, lo que les otorgaría un control sustancial y podría cambiar el curso de la política estadounidense en los próximos años.
(Con información de AFP, AP y EFE)