La historia de los presidentes de Estados Unidos está llena de anécdotas y momentos únicos que han moldeado la imagen de la Casa Blanca y reflejan la diversidad de quienes la han habitado. Desde el primer mandatario, George Washington, hasta el actual presidente Joe Biden, cada figura ha dejado huellas que trascienden la política y revelan aspectos sorprendentes de sus vidas personales y profesionales.
George Washington, quien sirvió de 1789 a 1797, es el único presidente elegido por unanimidad en el Colegio Electoral, reflejo del respeto que inspiraba como líder de la independencia de las colonias americanas. Estableció el precedente de limitarse a dos mandatos, una práctica que se convertiría en ley con la 22ª Enmienda en 1951. A pesar de su rol crucial en la historia del país, Washington pronunció el discurso inaugural más breve de todos los tiempos, con solo 135 palabras, marcando un inicio sencillo pero histórico para la nación.
Su sucesor, John Adams, primer presidente en habitar la Casa Blanca, se enfrentó a un país en construcción, tanto literal como figurativamente, ya que la residencia oficial estaba aún en obras. Adams también es recordado por enviar un mensaje secreto al Congreso que impulsó la creación del Departamento de Marina, una medida que resaltó la importancia de fortalecer la defensa de la joven nación en sus inicios.
Thomas Jefferson, además de ser un presidente clave en la expansión territorial de Estados Unidos, era un talentoso arquitecto e inventor. Su residencia, Monticello, fue diseñada por él mismo, y algunos de sus inventos, como una silla giratoria y una máquina para duplicar cartas, revelan su mente innovadora y pragmática. Estos rasgos no solo lo definieron como líder, sino que también muestran una personalidad versátil y visionaria que trasciende el ámbito político.
Por su parte, James Madison, presidente de 1809 a 1817 y conocido como el “Padre de la Constitución”, era el más bajo en estatura de todos los mandatarios, con 1,63 metros. Durante su presidencia, Estados Unidos enfrentó la Guerra de 1812, en la cual las tropas británicas incendiaron la Casa Blanca, un episodio que marcó profundamente a la joven nación y que demostró la vulnerabilidad del país ante las potencias europeas.
La presidencia de James Monroe, que abarcó de 1817 a 1825, trajo consigo una de las políticas exteriores más influyentes: la Doctrina Monroe. Con esta postura, Monroe advertía a las potencias europeas que no intervinieran en América, un principio que ha influido en la política exterior estadounidense hasta hoy. Además, Monroe fue el último presidente que combatió en la Guerra de Independencia, una conexión directa con la gesta fundacional del país.
Uno de los momentos más curiosos de la presidencia de John Quincy Adams ocurrió fuera de la Casa Blanca. Hijo de John Adams y presidente de 1825 a 1829, era un ávido nadador y, según se dice, solía bañarse desnudo en el río Potomac. En aquellos tiempos, esta excentricidad fue motivo de anécdotas sorprendentes, hoy inimaginables en la vida pública de un mandatario.
La historia de Andrew Jackson, presidente de 1829 a 1837, contiene episodios dignos de una novela de acción. Sobrevivió a un intento de asesinato en 1835, cuando un atacante falló al disparar dos pistolas. En vez de huir, Jackson arremetió contra él con su bastón, demostrando por qué se ganó el apodo de “Old Hickory” (Viejo Nogal), un apodo que simbolizaba su dureza.
Otra curiosidad de Jackson era que poseía un loro, llamado Poll, que adquirió la habilidad de decir malas palabras debido al lenguaje que oía en su entorno. De hecho, durante el funeral del mandatario, el loro causó tal conmoción por su “vocabulario” que fue retirado de la ceremonia.
Otro personaje interesante es Martin Van Buren, quien asumió la presidencia en 1837. Fue el primer mandatario nacido como ciudadano estadounidense, ya que los anteriores habían nacido antes de la independencia. Van Buren es también quien popularizó la expresión “OK”, una derivación de su apodo “Old Kinderhook”, mostrando cómo incluso un presidente puede contribuir al lenguaje coloquial.
Por su parte, William Henry Harrison posee el récord del discurso inaugural más largo con un total de 8.445 palabras. Además posee el récord de la presidencia más corta con tan solo 32 días en el cargo, luego de contraer neumonía por pasarse hablando durante más de dos horas en medio de una fuerte tormenta de nieve.
Más adelante, Abraham Lincoln, presidente durante la Guerra Civil, dejó una marca indeleble tanto en la política como en la cultura popular. Con una altura de 1,93 metros y una afición por la lucha libre, Lincoln es el único presidente incluido en el “Salón de la Fama de la Lucha Libre”, lo que agrega un elemento de fuerza física a su legado.
El más joven en ocupar la presidencia fue Theodore Roosevelt, quien asumió a los 42 años en 1901. Roosevelt no solo fue un líder enérgico, sino también un pionero en la conservación ambiental, estableciendo el Parque Nacional de Yosemite. Ganador del Premio Nobel de la Paz en 1906, su figura trascendió por su activismo y su papel como pacificador en la guerra ruso-japonesa.
Entre las anécdotas más simpáticas se encuentra la de William Howard Taft, presidente de 1909 a 1913, recordado por su peso. La historia cuenta que quedó atrapado en la bañera de la Casa Blanca, un suceso que lo llevó a mandar construir una de mayor tamaño. Más tarde, Taft sería nombrado jefe de justicia de la Corte Suprema, siendo el único presidente que ocupó ambos cargos.
Franklin D. Roosevelt, único presidente en ser elegido para cuatro mandatos consecutivos, dirigió al país en los años críticos de la Gran Depresión y la Segunda Guerra Mundial. Sufriendo de polio, Roosevelt mantuvo su discapacidad casi en secreto, apareciendo en público con dificultad en sus últimas etapas.
John F. Kennedy fue el primer presidente católico del país, lo siguió Joe Biden en 2020 al ser nombrado el segundo mandatario católico de la historia. Su elección marcó un hito histórico, ya que fue un reflejo de la apertura hacia otras religiones en una nación donde, hasta ese momento, todos los presidentes habían sido protestantes.
Cabe recordar también que Gerald Ford es el único presidente y vicepresidente que nunca fue elegido para serlo. En primer lugar, se convirtió en vicepresidente tras la dimisión de Spiro Agnew en 1973 y posteriormente llegó a la Casa Blanca tras la renuncia de Nixon por el caso ‘Watergate’.
En tiempos recientes, Barack Obama, presidente entre 2009 y 2017, hizo historia como el primer afroamericano en ocupar el cargo. Su oratoria, reconocida incluso con un Premio Grammy por sus audiolibros, lo convirtió en un ícono de la comunicación política moderna, y su carisma inspiró a millones.
Donald Trump, antes de ser presidente, era conocido por su carrera en los negocios y como estrella de televisión en “The Apprentice”. Durante su mandato, fue el primer presidente en ser acusado en un juicio político dos veces, aunque fue absuelto en ambos casos, dejando un legado controvertido en la política estadounidense.
Finalmente, Joe Biden, actual presidente y el de mayor edad en asumir el cargo, suma a esta lista un perfil marcado por su experiencia política de décadas y su papel en los derechos civiles, destacando la trayectoria de una figura que, tras años en el Senado, alcanzó la presidencia.
Cabe recordar que fueron ocho los presidentes que murieron en el ejercicio de su cargo. La mitad de ellos murieron asesinados: Abraham Lincoln, James Garfield, William McKinley y John F. Kennedy. El resto falleció por problemas de salud: William H. Harrison por neumonía, Zachary Taylor sufrió una gastroenteritis, Warren Harding sucumbió a un infarto y Franklin D. Roosevelt tuvo un derrame cerebral.