Una adolescente de Texas murió tras sufrir un aborto espontáneo luego de que, según los registros médicos revisados, la legislación estatal que prohíbe el aborto obstaculizara la atención oportuna en medio de una emergencia médica. Nevaeh Crain, de 18 años y seis meses de embarazo, murió a causa de una sepsis después de que los hospitales que visitó en repetidas ocasiones pospusieran el tratamiento debido a la presencia de latidos fetales, según reportes de CNN. Las leyes estatales en Texas exigen la comprobación de riesgo de muerte inminente para la madre antes de proceder con intervenciones que puedan afectar al feto.
El 28 de octubre de 2023, día en el que Crain celebraba su baby shower, la joven experimentó fiebre, vómitos y dolor abdominal, informó ProPublica. Sus familiares la llevaron al Baptist Hospitals of Southeast Texas en Beaumont, donde, tras una espera de cuatro horas en urgencias, los médicos le diagnosticaron faringitis estreptocócica y le prescribieron antibióticos, sin realizar una evaluación profunda de su embarazo. Pese a sus síntomas, Crain fue dada de alta esa noche con instrucciones de tratamiento para la infección en la garganta.
En la madrugada del día siguiente, Crain despertó con dolor intenso y fiebre alta. Su madre, Candace Fails, la llevó a otro hospital, el Christus Southeast Texas St. Elizabeth, donde los médicos le diagnosticaron una infección en el tracto urinario y signos iniciales de sepsis, según los registros revisados por CNN. No obstante, tras observar que el feto tenía latidos, los doctores decidieron no intervenir en ese momento, optando por administrar antibióticos y dar el alta nuevamente a Crain, quien salió del hospital en silla de ruedas debido al dolor, informó ProPublica.
De acuerdo con los datos de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), la sepsis es una infección grave que puede desencadenar un fallo orgánico múltiple si no se trata rápidamente. Esta infección afecta a 1,7 millones de adultos en Estados Unidos anualmente, y causa la muerte de cerca de 270.000 personas cada año. Los protocolos médicos indican que ante signos de sepsis se debe estabilizar al paciente, lo que implica una atención continuada y, en algunos casos, intervenciones quirúrgicas para tratar infecciones. Sin embargo, la ley de Texas impone severas restricciones sobre procedimientos que pongan fin al embarazo si el feto presenta latidos, incluso en casos de riesgo para la madre.
Tras ser dada de alta nuevamente, Crain volvió a su hogar, donde su estado continuó deteriorándose. Horas después, en la mañana del 29 de octubre, comenzó a experimentar un sangrado profuso, síntoma de un aborto espontáneo en curso. Su familia la trasladó de nuevo al Christus St. Elizabeth, donde, según los registros médicos consultados, Crain presentaba signos evidentes de sepsis avanzada. El obstetra de turno confirmó la ausencia de latidos fetales, procedimiento necesario bajo la legislación estatal para poder realizar una intervención quirúrgica, reportó CNN.
El personal del hospital inició un segundo control de ultrasonido para confirmar la muerte fetal. Mientras se realizaban los estudios, Crain seguía recibiendo antibióticos. Sin embargo, los especialistas consideraron que la paciente se encontraba en una situación médica demasiado frágil para una cirugía, dado que presentaba complicaciones asociadas a una coagulación intravascular diseminada, una condición de riesgo para quienes desarrollan sepsis. Este trastorno provoca sangrado interno, afectando los sistemas corporales, lo que agrava el estado de la paciente y complica las opciones de intervención quirúrgica.
La prohibición del aborto en Texas, una de las más estrictas del país, permite la intervención médica únicamente cuando existe un riesgo “sustancial” para la vida de la madre. Esta restricción, que conlleva penas de prisión para quienes infrinjan la ley, fue confirmada por el fiscal general del estado, Ken Paxton, quien señaló que la ley prevalece incluso en situaciones de emergencia médica, en contra de los lineamientos federales que ordenan a las salas de emergencia proporcionar atención urgente en todos los casos críticos, incluso si se requiere una interrupción del embarazo para salvar la vida de la madre.
En respuesta a este mandato federal, Texas presentó una demanda argumentando que los hospitales y sus médicos no pueden verse obligados a realizar procedimientos que puedan interpretarse como abortos. ProPublica indicó que el temor a las repercusiones legales ha llevado a varios hospitales del estado a transferir pacientes en situaciones de riesgo a otras instituciones, en lugar de tratarlas directamente.
Candace Fails, madre de Crain, ha emprendido acciones legales contra las instituciones médicas implicadas. Según la ley de Texas, para proceder con una demanda por mala praxis en atención de emergencia, es necesario demostrar negligencia intencionada o temeraria, un criterio legal elevado que hasta ahora ha impedido a Fails encontrar representación legal, reportó ProPublica.
Algunos expertos en salud materno-infantil señalan que el caso de Crain es representativo de los desafíos que enfrentan pacientes embarazadas en estados donde las leyes restrictivas de aborto limitan la intervención médica en emergencias obstétricas. La doctora Jodi Abbott, especialista en obstetricia de la Universidad de Boston, explicó a ProPublica que las pacientes que enfrentan complicaciones graves del embarazo a menudo no reciben atención inmediata por miedo de los médicos a represalias legales. Según Abbott, el retraso en intervenciones obstétricas puede reducir significativamente las probabilidades de supervivencia en casos de infección generalizada.
El caso de Crain se suma a otros reportados en Texas tras la implementación de la prohibición casi total del aborto, una situación que abogados y médicos atribuyen al ambiente de temor creado entre los profesionales de salud, quienes deben considerar el cumplimiento de los lineamientos estatales en cada caso. A nivel federal, la administración del presidente Joe Biden ha manifestado que la ley de Tratamiento Médico de Emergencia y Parto (EMTALA, por sus siglas en inglés) exige que los hospitales proporcionen atención urgente en crisis médicas, pero hasta ahora los tribunales han respaldado las restricciones de Texas.