Este lunes, James van der Beerk, famoso actor conocido por sus papeles de “Dawson Leery” en Dawson’s Creek y de “Elijah Mundo” en CSI: Cyber, anunció que padece cáncer colorrectal y que se encuentra bajo tratamiento con el apoyo de su familia. El artista aseguró que su relevación tiene como objetivo crear conciencia sobre el cáncer y su detección oportuna para salvar vidas.
La repentina noticia tomó por sorpresa a sus seguidores, quienes han dado la importancia debida al mensaje del actor y han decidido entender más sobre esta enfermedad que constituye el tercer tipo de cáncer más frecuente en el mundo, de acuerdo con datos de la Organización Mundial de la Salud.
Según los reportes médicos, cáncer colorrectal se origina cuando las células del colon o del recto comienzan a crecer de manera descontrolada, formando tumores malignos. Estos tipos de cáncer suelen denominarse conjuntamente, ya que afectan a secciones del intestino grueso que comparten características similares. De acuerdo con la American Cancer Society, el tipo más común de cáncer colorrectal es el adenocarcinoma, el cual se desarrolla en las células glandulares que producen mucosidad en el colon y el recto.
Además del adenocarcinoma, existen otros tipos menos comunes de cáncer colorrectal, entre ellos, los tumores carcinoides (cáncer de células productoras de hormonas), linfomas (cáncer de células inmunitarias) y sarcomas (cáncer en tejidos conectivos como los músculos). Estos tipos se encuentran con menor frecuencia, pero tienen implicancias importantes para el tratamiento y el pronóstico del paciente.
¿Por qué se origina el cáncer colorrectal y cómo se diagnostica?
Diversos factores aumentan el riesgo de desarrollar cáncer colorrectal. Uno de los principales es la edad: más del 90% de los casos se detectan en personas mayores de 50 años. Otros factores clave incluyen los antecedentes familiares de cáncer colorrectal, especialmente en personas con síndromes hereditarios como el síndrome de Lynch o la poliposis adenomatosa familiar (PAF). Además, el estilo de vida juega un rol fundamental en el riesgo de cáncer colorrectal. La Organización Mundial de la Salud indica que el consumo elevado de carnes procesadas, el sedentarismo, la obesidad, el tabaquismo y el consumo excesivo de alcohol son factores que pueden incrementar significativamente el riesgo de padecer este tipo de cáncer.
Uno de los desafíos del cáncer colorrectal es que no suele presentar síntomas en sus etapas iniciales, razón por la cual la detección temprana es crucial. En sus fases avanzadas, este cáncer puede presentar síntomas como diarrea o estreñimiento persistentes, sangre en las heces, dolor abdominal, pérdida de peso sin causa aparente, cansancio extremo y anemia por deficiencia de hierro debido al sangrado interno. Según la Organización Mundial de la Salud, estos síntomas suelen ser indicadores de que el cáncer está en una etapa avanzada, cuando las opciones de tratamiento se reducen.
De acuerdo con la Sociedad Americana del Cáncer, para diagnosticar el cáncer colorrectal los especialistas utilizan una combinación de pruebas y exámenes. La colonoscopia es una de las herramientas más efectivas, ya que permite observar el interior del colon y del recto y extraer muestras de tejido para una biopsia. Además, los estudios de imagenología como la tomografía computarizada y la resonancia magnética ayudan a determinar si el cáncer se ha extendido a otras partes del cuerpo. También se realizan pruebas moleculares para identificar mutaciones genéticas o biomarcadores que guían las decisiones terapéuticas.
¿Cuántas personas padecen cáncer colorrectal y por qué ha aumentado en los últimos años?
El cáncer colorrectal ocupa el tercer lugar en frecuencia de diagnóstico tanto en hombres como en mujeres en los Estados Unidos, excluyendo los cánceres de piel. En 2024, se estiman alrededor de 106 mil 590 casos nuevos de cáncer de colon (54 mil 210 en hombres y 52 mil 380 en mujeres) y 46 mil 220 casos nuevos de cáncer de recto (27 mil 330 en hombres y 18 mil 890 en mujeres). Este tipo de cáncer es también la tercera causa de muerte por cáncer en hombres y mujeres, y la segunda causa de muerte por cáncer cuando ambos grupos se combinan, con una proyección de 53 mil 010 muertes en el mismo año.
Desde la década de 1980, las tasas de diagnóstico de cáncer colorrectal han disminuido en los adultos mayores debido al aumento de los programas de detección y los cambios en el estilo de vida. Entre 2011 y 2019, la incidencia general cayó en promedio un 1% anual, especialmente en personas mayores de 50 años. Sin embargo, en personas menores de 50 años se observa una tendencia inversa, con un aumento anual del 1% al 2% en la incidencia desde mediados de la década de 1990.
En Estados Unidos, debido al aumento de casos entre personas jóvenes, en 2021 se redujo la edad recomendada para iniciar pruebas de detección del cáncer colorrectal, de los 50 a los 45 años. Esto responde al alarmante aumento de un 70% en la incidencia de cáncer colorrectal en personas jóvenes en comparación con cifras de hace 30 años, un fenómeno que los expertos continúan investigando.
En las últimas décadas, el cáncer colorrectal ha mostrado un incremento notable entre personas menores de 50 años, una tendencia que los expertos consideran alarmante y que ha sido catalogada como una “alerta global”. Varias hipótesis intentan explicar este fenómeno, aunque ninguna ha sido confirmada de forma concluyente. Entre las causas sugeridas, los cambios en el estilo de vida moderno y en los hábitos alimenticios parecen desempeñar un papel fundamental.
El oncólogo brasileño Paulo Hoff, en entrevista para la BBC, señaló que la transición de una sociedad rural a una predominantemente urbana ha favorecido el consumo de alimentos ultraprocesados y una reducción en la actividad física, factores que contribuyen al riesgo de cáncer colorrectal.
El consumo de comida ultraprocesada y el aumento en el sedentarismo están relacionados con el incremento de obesidad, un factor de riesgo significativo para el cáncer colorrectal. También se sospecha que el uso frecuente de antibióticos podría tener un efecto en el microbioma intestinal, lo que podría predisponer al desarrollo de cáncer en personas jóvenes.
Además, los estudios apuntan a que estos cánceres en personas jóvenes tienden a ser más agresivos y se detectan en etapas avanzadas debido a que los pacientes se consideran demasiado jóvenes para someterse a estudios de rutina. Este retraso en la detección implica un diagnóstico tardío y, por ende, una peor prognosis.
Datos de la Sociedad Americana Contra el Cáncer indican que el porcentaje de cáncer colorrectal diagnosticado en personas menores de 55 años ha aumentado un 2% anual desde mediados de la década de 1990, y esta enfermedad se proyecta como una de las principales causas de muerte por cáncer en hombres y mujeres jóvenes.
¿Cómo se puede prevenir el cáncer colorrectal?
Prevenir el cáncer colorrectal es posible mediante cambios en el estilo de vida y pruebas de detección temprana. La Organización Mundial de la Salud recomienda llevar una dieta rica en frutas y verduras, limitar el consumo de alcohol y carnes procesadas, y mantener una vida físicamente activa. Además, la realización de exámenes de cribado, como la prueba de sangre oculta en heces o la colonoscopia, permite detectar pólipos precancerosos y extirparlos antes de que se conviertan en cáncer. Las personas con antecedentes familiares de cáncer colorrectal o con condiciones genéticas específicas pueden beneficiarse de asesoramiento genético para personalizar sus exámenes y reducir el riesgo.
La prevención de esta enfermedad está estrechamente ligada a la adopción de un estilo de vida saludable con hábitos como:
- Dieta rica en frutas, verduras y fibra: Consumir una variedad de frutas, verduras y alimentos ricos en fibra ayuda a mantener un colon saludable. La OMS destaca que una dieta equilibrada disminuye el riesgo de cáncer colorrectal, en comparación con dietas altas en carnes rojas y procesadas.
- Reducción del consumo de alcohol y eliminación del tabaco: El consumo excesivo de alcohol y el tabaquismo se asocian a un mayor riesgo de cáncer colorrectal. Limitar la ingesta de alcohol y evitar el cigarrillo no solo reduce el riesgo de este cáncer, sino que también mejora la salud general.
- Mantener un peso saludable y actividad física regular: La obesidad es un factor de riesgo importante en el cáncer colorrectal, por lo que mantener un peso adecuado es fundamental. Practicar ejercicio físico de forma regular también contribuye a disminuir el riesgo, ya que ayuda a regular el tránsito intestinal y reduce la inflamación crónica, ambos factores que afectan la salud del colon.
- Pruebas de detección periódicas: Las pruebas de cribado, como la prueba de sangre oculta en heces y la colonoscopia, permiten identificar y eliminar pólipos precancerosos antes de que se conviertan en cáncer. La OMS sugiere que las personas con alto riesgo o mayores de 50 años realicen estas pruebas de forma regular para detectar posibles cambios tempranos en el colon.