Cuando los ciudadanos de Estados Unidos acuden a las urnas para elegir a su presidente, podría pensarse que quien obtenga más votos será el próximo líder del país. Sin embargo, la realidad electoral en Estados Unidos es más compleja. En el centro de esta paradoja está el Colegio Electoral, un sistema único que, en contadas ocasiones, ha dado la presidencia a un candidato que no logró ganar el voto popular. Aunque en la mayoría de las elecciones el ganador del voto popular coincide con el del Colegio Electoral, existen casos históricos en los que no fue así.
La disparidad entre el voto popular y el electoral no solo genera confusión, sino que también plantea serias dudas sobre si el sistema refleja realmente la voluntad de la mayoría. Algunos defensores del Colegio Electoral argumentan que fue creado para asegurar el equilibrio de poder entre los estados y evitar que las áreas más densamente pobladas dominen las decisiones nacionales. No obstante, en la práctica, este sistema ha resultado en resultados controvertidos que muchos consideran una contradicción a los principios democráticos.
A lo largo de la historia, cinco elecciones presidenciales han finalizado con un presidente electo que perdió el voto popular. Desde las controversias de la elección de 1824 hasta el caso reciente de 2016, repasaremos los eventos y sus consecuencias para la democracia en Estados Unidos. También veremos el caso excepcional en 1960, en el que si bien el presidente ganó el voto popular y el Colegio Electoral, se dio entre acusaciones de fraude.
¿Qué es el Colegio Electoral?
En Estados Unidos, el presidente no es elegido directamente por el voto de todos los ciudadanos, sino a través de un sistema llamado Colegio Electoral. Este sistema asigna a cada estado un número específico de “electores”, que se determina según la población de ese estado y su representación en el Congreso. En total, el Colegio Electoral cuenta con 538 electores en todo el país.
Cuando los ciudadanos votan en una elección presidencial, en realidad están eligiendo a estos electores, quienes oficialmente emitirán los votos para determinar al próximo presidente. Para ganar la presidencia, un candidato necesita al menos 270 de estos 538 votos electorales, es decir, una mayoría.
En la mayoría de los estados, se aplica un sistema de “el ganador se lleva todo”, lo que significa que el candidato que obtenga la mayoría de los votos populares en un estado gana todos los votos electorales de ese estado, independientemente del margen de victoria. Por ejemplo, si un candidato recibe el 51% de los votos en un estado, se lleva el 100% de sus votos electorales.
Sin embargo, hay dos excepciones: Maine y Nebraska. En estos estados, los votos electorales se distribuyen de forma más proporcional, asignando algunos votos según los resultados en cada distrito electoral dentro del estado. Este sistema del Colegio Electoral permite que, en ocasiones, un candidato gane la presidencia sin haber obtenido la mayoría del voto popular a nivel nacional, lo cual genera un constante debate sobre su representatividad.
Elecciones presidenciales de 1824: John Quincy Adams vs. Andrew Jackson
En 1824, el Congreso intervino para decidir el resultado de las elecciones. Andrew Jackson ganó el voto popular y obtuvo la mayor cantidad de votos en el Colegio Electoral, pero sin alcanzar la mayoría necesaria. Con cuatro candidatos en la contienda —Jackson, John Quincy Adams, William Crawford y Henry Clay—, la decisión pasó a la Cámara de Representantes. Allí, Adams fue elegido presidente con el apoyo de Clay, quien más tarde fue nombrado secretario de Estado. Jackson, quien calificó el resultado como un “robo electoral”, seguiría esta acusación en sus futuras campañas.
Elecciones presidenciales de 1876: Rutherford B. Hayes vs. Samuel Tilden
En 1876, el demócrata Samuel Tilden ganó el voto popular, pero su contienda contra el republicano Rutherford B. Hayes terminó en una disputa sin precedentes. Aunque Tilden obtuvo 184 votos electorales, uno menos de los necesarios para ganar, 20 votos estaban en disputa en Florida, Luisiana y Carolina del Sur. Tras una serie de reclamos y acusaciones, el Congreso estableció una comisión bipartidista que otorgó los votos a Hayes, quien así obtuvo la presidencia por 185 a 184. El acuerdo que puso fin a esta crisis política incluyó la retirada de tropas federales del sur, lo cual marcó el fin de la Reconstrucción.
Elecciones presidenciales de 1888: Benjamin Harrison vs. Grover Cleveland
En las elecciones de 1888, el presidente en funciones Grover Cleveland obtuvo la mayoría del voto popular, pero perdió el Colegio Electoral ante Benjamin Harrison. Cleveland ganó en el sur, pero Harrison se impuso en el norte y el oeste, obteniendo 233 votos electorales frente a los 168 de Cleveland. Este caso estuvo marcado por denuncias de compra de votos y de represión de votantes afroamericanos en los estados del sur, lo que sumó otro episodio de tensión racial y política en el país.
Elección de 1960 entre John F. Kennedy y Richard Nixon
Aunque en 1960 no hubo una discrepancia directa entre el voto popular y el Colegio Electoral, las elecciones entre John F. Kennedy y Richard Nixon estuvieron rodeadas de acusaciones de fraude, en particular en Illinois y Texas. Kennedy ganó la elección por un estrecho margen tanto en el voto popular como en el Colegio Electoral, y aunque Nixon aceptó los resultados, persisten hasta hoy las teorías de manipulación electoral en esa contienda.
Elecciones presidenciales de 2000: George W. Bush vs. Al Gore
El caso de 2000 es uno de los ejemplos recientes más discutidos de la discrepancia entre voto popular y voto electoral. Al Gore, el candidato demócrata, superó al republicano George W. Bush en el voto popular por más de 500.000 votos. Sin embargo, la elección se decidió en el estado de Florida, donde, tras un estrecho recuento y diversas demandas judiciales, Bush fue declarado vencedor por solo 537 votos. La Corte Suprema intervino finalmente y resolvió el caso en favor de Bush, quien obtuvo 271 votos electorales frente a los 266 de Gore, sellando uno de los resultados más controvertidos de la historia reciente.
Elecciones presidenciales de 2016: Donald Trump vs. Hillary Clinton
En 2016, la exsecretaria de Estado y candidata demócrata Hillary Clinton ganó el voto popular con casi 2,9 millones de votos más que Donald Trump. Sin embargo, Trump se aseguró la presidencia al obtener 304 votos electorales frente a los 227 de Clinton, tras ganar en estados clave como Pensilvania, Michigan y Wisconsin. Esta victoria volvió a encender el debate sobre el Colegio Electoral, pues muchos cuestionaron la representatividad de un sistema que permitió este desenlace.
La existencia de casos en los que el ganador del voto popular no llega a la presidencia ha generado un debate constante sobre el futuro del Colegio Electoral. Mientras algunos lo ven como un sistema esencial para balancear el poder entre estados, otros argumentan que distorsiona la voluntad popular y resta legitimidad a los resultados. El debate incluye propuestas para adoptar un sistema de voto popular directo, aunque implementar tal cambio requeriría enmiendas constitucionales complejas y difíciles de aprobar. Sin embargo, el Colegio Electoral sigue siendo un tema de análisis y reformas potenciales en la búsqueda de una democracia más representativa.