Josseli Barnica, una madre de 28 años, murió en septiembre de 2021 después de que los médicos en un hospital de Houston retrasaran su atención durante un aborto espontáneo, alegando que intervenir antes de la detención del latido fetal sería un “delito” bajo las estrictas leyes de aborto de Texas.
Barnica, de 17 semanas de embarazo, llegó al hospital el 2 de septiembre con síntomas de un aborto inminente. Un día después, los médicos confirmaron que su situación era crítica, pues el feto estaba en una posición que presionaba su cérvix, que estaba dilatado a casi nueve centímetros. Sin embargo, el equipo médico se negó a actuar hasta que el latido del feto se detuviera, una decisión que dejó a su útero expuesto a una infección potencialmente mortal, según ABC News.
A lo largo de 40 horas, Barnica y su esposo esperaron angustiosamente, mientras ella oraba por ayuda. Fue solo el 5 de septiembre, tras días de sufrimiento y sin que se detectara actividad cardíaca, que los médicos aceleraron el parto. Sin embargo, días después, Barnica fue hospitalizada nuevamente debido a una hemorragia severa y falleció por sepsis, una complicación derivada de la infección.
El caso de Barnica es parte de un alarmante patrón en Texas, donde se han reportado muertes de mujeres que no recibieron atención médica adecuada durante abortos espontáneos. Según expertos médicos consultados por ProPublica, la demora en el tratamiento de Barnica era “evitable” y contradice las normas de atención médica.
“Sabemos que cuanto antes se intervenga en estas situaciones, mejores resultados se obtendrán”, dijo el Dr. Steven Porter, obstetra y ginecólogo de Cleveland. “Si esto hubiera sido Massachusetts u Ohio, habría tenido ese parto en un par de horas”, comentó la Dra. Susan Mann, experta nacional en seguridad del paciente en atención obstétrica que enseña en la Universidad de Harvard.
El debate político
Este caso es muestra de una crisis más amplia en Estados Unidos, donde la revocación del fallo Roe v. Wade ha llevado a numerosos estados a implementar restricciones severas sobre el aborto. Aunque las leyes afirman que se permiten intervenciones en emergencias médicas, la vaguedad de los términos ha dejado a muchos médicos indecisos, arriesgando la vida de sus pacientes en el proceso.
La situación de Barnica ha resonado profundamente en el ámbito político. Colin Allred, representante demócrata y candidato al Senado de Texas, señaló que su muerte es un claro ejemplo de cómo las restricciones en el acceso al aborto pueden tener consecuencias mortales: “me parte el corazón pensar en la familia Barnica”, escribió Allred en una publicación en X, citada por el diario The Guardian.
En un contexto electoral donde los derechos reproductivos se han vuelto un tema central, Allred criticó a su oponente, el senador Ted Cruz, por apoyar una legislación que, según él, ha costado vidas. Según el mismo medio, Cruz ha guardado silencio sobre temas relacionados con el aborto. Además, rechazó una solicitud de comentarios de ProPublica, al igual que el gobernador de Texas, Greg Abbott, y el fiscal general del estado, Ken Paxton.
La respuesta institucional ha sido escasa. El hospital que trató a Barnica, HCA Healthcare, argumentó que los médicos actuaron bajo las leyes del estado y que su responsabilidad es cumplir con las normativas vigentes. Una afirmación que ha sido recibida con escepticismo por muchos, que consideran que las políticas de salud deben priorizar la vida y la saludde los pacientes por encima de cualquier consideración legal.
La tragedia de Josseli Barnica no es un caso aislado. Según ProPublica, se han reportado otras muertes de mujeres que, al igual que Barnica, se encontraron en situaciones críticas sin acceso a la atención médica necesaria. Estos incidentes han puesto de manifiesto las fallas del sistema de salud y la necesidad urgente de revisar las leyes que regulan el aborto en el país.