Kamala Harris subió al escenario a Jennifer Lopez, Julia Roberts y LeBron James. Donald Trump se muestra al lado de Elon Musk, hace reportajes con Tucker Carlson y es apoyado por Mel Gibson. Los dos candidatos agotan sus recursos electorales para romper la paridad, pero a cuatro días de los comicios aún no se sabe si el próximo presidente de los Estados Unidos será demócrata o republicano.
La paridad es tan sólida e inédita que los errores en campaña no implican un beneficio directo para el adversario. En el Madison Square Garden , el humorista Tony Hinchcliffe descalificó a Puerto Rico y eso podía complicar las chances de Trump en Pensilvania, adonde votan más de 200.000 portorriqueños. Y unas horas después, comentando este asunto electoral, Joe Biden favoreció al candidato republicano con un error semántico.
En este contexto, y pese a la intensa repercusión mediática que tuvo el Affair Puerto Rico, la paridad entre la vicepresidenta demócrata y el expresidente republicano se mantuvo.
Harris y Trump ayer estuvieron Arizona y Nevada -uno de los siete estados clave para vencer-, y su objetivo electoral fue consolidar el voto latino. Esta comunidad habitualmente apoya a los candidatos demócratas, pero en estos comicios hay un giro hacia el partido Republicano por la situación económica. Cuestionan a la administración Biden por la inflación en la canasta de alimentos y los niveles de desempleo.
La candidata demócrata asume las críticas al programa económico -es la vicepresidenta- y para atenuar su impacto electoral siempre hace referencia a los planes que diseña Trump para reducir la inmigración indocumentada que llega desde el sur de América Latina para ingresar por México a los Estados Unidos.
“Insulta a los latinos, hace de los inmigrantes chivos expiatorios. Y lo importante no es lo que dice, si no lo que hará. Volverá a imponer políticas de separaciones de familias, pero esta vez a una escala mayor. Es hora de dar vuelta la página Donald Trump”, sostuvo Harris en Phoenix, Arizona.
Trump insiste con su agenda vinculada a la inmigración indocumentada y a los costos sociales causados por la gestión económica de Biden, pero además golpea -una y otra vez- sobre las capacidades políticas de su adversaria demócrata.
“No puede manejar la presidencia, se abrumaría, colapsaría y millones de personas morirán”, dijo el republicano, sin dar mayor contexto. “¿Les gustaría perder su trabajo porque Kamala tiene la compresión de temas de economía igual a la de una niña?”, señaló Trump en Henderson, Nevada.
En Arizona se disputan 11 electores, y en los últimos comicios Joe Biden derrotó a Trump por 10.727 votos, 49,36 por ciento de los sufragios contra 49,06 por ciento, que sumó el candidato republicano.
Nevada otorga seis electores, y Biden derrotó a Trump por 34.000 votos. 50.06 por ciento de los votos obtuvo Biden, contra 47.67 por ciento que logró Trump.
Además de Arizona y Nevada, Pensilvania, Wisconsin, Georgia, Carolina del Norte y Michigan integran el puñado de estados que definirán los comicios presidenciales. Hoy Harris y Trump se cruzarán en Wisconsin, un escenario proselitista que tiene 10 electores y que Biden obtuvo por una diferencia mínima de 20.000 votos.
A cuatro días de los comicios, 60,6 millones de estadounidenses han emitido su voto anticipado. Eso incluye 14,6 millones de votos en los siete estados en disputa, según datos del Laboratorio Electoral de la Universidad de Florida.
En los estados que informan la identificación del partido, el 38,7% de los votos anticipados emitidos han sido por demócratas, mientras que los republicanos han emitido el 36,2% de los votos. Un diferencia que no supera el error estadístico.
Y multiplica la incertidumbre política, a 96 horas del inició de los comicios.