Una fotógrafa murió en un aeropuerto privado de Kansas tras chocar contra la hélice de un avión

El mundo del paracaidismo y la fotografía se conmocionó por la trágica pérdida de una mujer de 37 años con una habilidad especial para ver el mundo a través del lente de su cámara

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El aeródromo publicó un sentido comunicado tras la tragedia, que también afectó a su personal. (Facebook/Cook Airfield - K50)
El aeródromo publicó un sentido comunicado tras la tragedia, que también afectó a su personal. (Facebook/Cook Airfield - K50)

La tarde del 26 de octubre, en un aeródromo de Kansas, la tragedia se hizo presente en un instante de distracción. Amanda Gallagher, una fotógrafa de 37 años, se encontraba capturando la energía de los paracaidistas en Cook Airfield, un pequeño aeropuerto privado en la localidad de Derby. En medio de su trabajo, mientras retrocedía para ajustar el encuadre de una toma, Amanda no se dio cuenta de que había entrado en la zona de peligro: una hélice girando a alta velocidad. Un solo paso en falso fue suficiente. El golpe fue inmediato y letal.

Para Amanda, el paracaidismo y la fotografía eran más que una ocupación; eran una extensión de su espíritu aventurero y creativo. Como fundadora de AG Photography, había hecho del aeródromo un lugar familiar donde sus dos pasiones se encontraban. Pasaba horas capturando la emoción de quienes desafiaban la gravedad, y sus imágenes, cargadas de adrenalina y emoción, eran el reflejo de su amor por la libertad y la intensidad del momento. Sin embargo, ese sábado, entre la algarabía de los paracaidistas y el bullicio de la pista, un segundo de distracción convirtió su entorno en un lugar trágico y fatal.

Fox News informó que la noticia de su muerte resonó rápidamente en la comunidad, despertando una oleada de dolor y preguntas sin respuesta. Cook Airfield, lugar que la acogía como a una más de su familia de aventureros, no tardó en expresar sus condolencias, y la oficina del sheriff del condado de Sedgwick abrió una investigación para esclarecer los hechos.

Mientras los agentes revisan los testimonios y reconstruyen la secuencia de eventos, amigos y familiares de la mujer enfrentan una dolorosa realidad, buscando consuelo en el recuerdo de su alegría, y esperando que el caso revele cómo, en un solo paso, una vida se apagó de manera tan abrupta y desafortunada.

Una talentosa aventurera que no volverá

Gallagher era una mujer cuya vida parecía estar tejida de aventura y creatividad. Tenía 37 años y una habilidad especial para ver el mundo a través del lente de su cámara. Dueña de su propio negocio, construyó su carrera capturando los momentos intensos y memorables de sus clientes, desde sesiones de familia hasta eventos de deportes extremos.

Sin embargo, su pasión verdadera, aquella que iluminaba su rostro y la hacía vibrar, era el paracaidismo. Capturar el instante exacto en que alguien saltaba al vacío, la fuerza del viento y el vértigo en el rostro de los paracaidistas, era para Amanda una combinación perfecta de adrenalina y arte.

Conocida por su carácter amable, sus amigos y familiares la recordaban como una persona de espíritu libre, generosa con su tiempo y siempre dispuesta a ayudar a los demás. “Amanda era creativa, hermosa por dentro y por fuera”, decía una nota publicada en la página de recaudación de fondos GoFundMe, creada para ayudar a su familia.

Sus seres queridos describieron cómo dedicaba sus días a perfeccionar su técnica, a explorar nuevos escenarios y a capturar la esencia de las personas. En cada fotografía, sus clientes podían ver la pasión y dedicación que ella ponía en cada detalle.

La tristeza inundó Cook Airfield, donde Amanda fue un pilar fundamental para la comunidad. (Facebook/Cook Airfield - K50)
La tristeza inundó Cook Airfield, donde Amanda fue un pilar fundamental para la comunidad. (Facebook/Cook Airfield - K50)

Un trágico desenlace

Esa fatídica tarde de sábado, la mujer se encontraba en su ambiente preferido: entre los aviones, el aire libre y su cámara en mano. Era un día como tantos otros en los que documentaba los saltos en paracaídas en Air Capital Drop Zone y la alegría de aquellos que tocaban tierra después de desafiar la altura. El sonido de la hélice girando y el ir y venir de los paracaidistas en el aeropuerto debían ser para ella sonidos familiares; sin embargo, un paso en falso la hizo retroceder hacia la hélice encendida, cambiando trágicamente el curso de su vida.

El día del accidente, el aeródromo estaba lleno de actividad. Aviones despejaban la pista a intervalos regulares y los paracaidistas se reunían emocionados en las zonas de espera. Amanda se movía de un lado a otro, capturando imágenes mientras los saltadores se preparaban. Pero en un instante de distracción, quizás enfocada en obtener la toma perfecta, retrocedió y se produjo la tragedia. Cook Airfield, que había sido para ella un lugar de aventura y seguridad, se convirtió en el escenario de su inimaginable final.

Tras el accidente, el aeródromo publicó un comunicado en sus redes sociales, expresando sus condolencias y el impacto que esta pérdida representaba para todos los que la conocían. “Nuestros corazones están con la familia y los amigos de la joven que falleció ayer en un trágico accidente con la hélice de un avión en Cook Airfield”, decía la publicación. Aunque en el comunicado evitaban hacer conjeturas sobre las circunstancias exactas del accidente, la tristeza y el pesar eran evidentes.

Las investigaciones continuarán

Las autoridades buscarán determinar si existieron factores de seguridad que podrían haberse mejorado y esclarecer si hubo alguna irregularidad o falla en el protocolo del aeródromo. Los agentes revisan posibles testigos en el lugar, otros fotógrafos presentes, personal de la empresa de paracaidismo Air Capital Drop Zone, y el personal de vuelo que estaba en turno aquella tarde.

Cada declaración es crucial para reconstruir los momentos previos al accidente, incluyendo cualquier señal o advertencia que Amanda pudo haber recibido antes de retroceder accidentalmente hacia la hélice del avión.

El caso de la fallecida fotógrafa no es el primero en levantar dudas sobre las medidas de seguridad en aeródromos de este tipo, donde la interacción entre personal de tierra y visitantes en entornos de alta actividad puede representar un riesgo si no se manejan protocolos rigurosos. ¿Pudo haberse evitado este accidente? La investigación tiene como objetivo arrojar luz sobre una pregunta que permanece en el aire.

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