Un devastador incendio ocurrido en las primeras horas del jueves en un refugio de rescate animal en Canton, Nueva York, dejó como saldo la trágica muerte de más de 40 perros. El refugio, operado por la organización sin fines de lucro No Dogs Left Behind (Ningún perro olvidado), tenía la misión de rescatar y cuidar a perros en situaciones vulnerables, brindándoles una oportunidad de vivir en un ambiente seguro hasta encontrar un hogar permanente.
De acuerdo con la agencia de noticias The Associated Press, el incendio fue reportado alrededor de la 1 de la madrugada, cuando un transeúnte notó las llamas que devoraban el edificio ubicado en Maple Ridge Kennels y alertó a los bomberos de inmediato. Los equipos de emergencia de la comunidad de Canton, un pequeño pueblo cercano a la frontera entre Nueva York y Canadá, acudieron al lugar, pero la rápida propagación del fuego impidió que pudieran rescatar a los animales atrapados en la estructura.
En un comunicado publicado en redes sociales y citado por CBS News, el Departamento de Bomberos de Canton lamentó la pérdida y explicó que las llamas avanzaron con tal rapidez que resultó imposible salvar a los animales, quienes quedaron atrapados en los caniles antes de que los rescatistas pudieran intervenir. Las imágenes difundidas en redes mostraban el edificio envuelto en humo y fuego, en una escena que muchos calificaron como desgarradora.
La organización No Dogs Left Behind, que operaba el refugio, expresó su dolor a través de un mensaje en sus plataformas sociales. “Cada perro era un miembro de nuestra familia”, declararon con evidente tristeza. “Trágicamente, ellos son víctimas una vez más. No tenemos palabras para expresar nuestro dolor”.
Este refugio no solo brindaba techo y alimentos a los perros, sino que también les proporcionaba atención médica y un espacio seguro donde podían jugar al aire libre en un área diseñada para su esparcimiento. En su página web, el refugio compartía con sus seguidores videos de los perros jugando y corriendo por campos verdes, lo que contrastaba dolorosamente con las imágenes de la tragedia.
El origen del fuego aún no se ha esclarecido y las autoridades del condado de St. Lawrence están llevando a cabo una investigación para determinar las causas. Hasta el momento, no se han reportado otras víctimas ni entre el personal del refugio ni entre los bomberos que acudieron al lugar. La comunidad local, así como los voluntarios y miembros de No Dogs Left Behind, esperan respuestas que permitan entender cómo un incidente de tal magnitud pudo ocurrir en un lugar destinado a ofrecer refugio y protección.
La tragedia en el refugio ha provocado una oleada de solidaridad y apoyo hacia la organización, conocida por su trabajo de rescate y rehabilitación de perros en condiciones extremas, incluyendo aquellos que han sido víctimas de maltrato o negligencia en otros lugares. La pérdida de estos perros ha tocado las fibras más sensibles de una comunidad que, en los últimos años, ha desarrollado un fuerte vínculo con el refugio y sus ocupantes, muchos de los cuales ya tenían adoptantes interesados o familias esperando para recibirlos.
La comunidad animalista y las organizaciones de rescate se han unido para manifestar su dolor y ofrecer apoyo a No Dogs Left Behind en este difícil momento. Muchos han planteado, además, la necesidad de revisar los protocolos de seguridad en los refugios de animales para evitar futuras tragedias. Específicamente, la falta de un sistema de alarma contra incendios en el edificio, que funcionaba como una casa con espacios de caniles en su interior, es un tema que ha levantado polémica.
La tragedia en No Dogs Left Behind también ha resaltado la vulnerabilidad de estos refugios, que en muchos casos operan con fondos limitados y personal reducido, factores que pueden afectar la capacidad de respuesta ante emergencias. La organización ha mencionado en múltiples ocasiones los retos económicos que enfrenta para mantener su misión de rescatar y rehabilitar perros en situaciones de riesgo, un trabajo que ahora se encuentra en pausa mientras sus miembros procesan la pérdida y buscan reconstruir sus operaciones.