En un tranquilo barrio residencial de Costa Mesa, California, la paz se vio interrumpida por un macabro hallazgo que dejó conmocionada a la comunidad. Julie Anne Sanetra, de 38 años y residente de Irvine, fue encontrada sin vida dentro de un contenedor de basura en el patio trasero de la casa de su novio.
El martes 22 de octubre, las autoridades arrestaron a Daniel Allen Aldrich, de 49 años, tras identificarlo como el principal sospechoso del asesinato, según reportó ABC News.
El macabro hallazgo
La investigación comenzó cuando, alrededor de las 2:30 p.m. hora local, la policía de Costa Mesa recibió una llamada que informaba sobre la presencia de una mujer fallecida en una residencia en la Avenida Maple. Al llegar al lugar, los oficiales encontraron el cuerpo de Sanetra en un contenedor de basura, lo que marcó el inicio de una exhaustiva investigación que rápidamente se centró en Aldrich, el novio de la víctima.
Los detalles exactos sobre lo que llevó a la muerte de Sanetra aún no han sido revelados por las autoridades. Tampoco se ha confirmado la causa oficial de su fallecimiento, pero desde el principio, la policía trató el caso como un incidente aislado relacionado con violencia doméstica.
Tras descubrir el cuerpo, los detectives de Costa Mesa identificaron rápidamente a Aldrich como el principal sospechoso. Horas después, fue localizado en Glendale, en la casa de un familiar, gracias a la colaboración con el Departamento de Policía de la zona, según People.
La detención de Aldrich se llevó a cabo de manera segura y rápida, según confirmó la subdirectora de policía de Costa Mesa, Joyce LaPointe. “Siempre es un alivio poder resolver estos casos rápidamente y detener al sospechoso”, afirmó LaPointe en declaraciones a KABC-TV.
Un vecindario en shock
La tranquila comunidad de Costa Mesa ha quedado perpleja ante los eventos que tuvieron lugar en su vecindario. Los residentes describen la zona como un área residencial donde raramente ocurren incidentes graves. “Es una zona tranquila, algo así no lo vemos aquí muy a menudo”, añadió LaPointe.
Algunos vecinos afirmaron haber visto a una mujer entrando y saliendo de la casa en los últimos meses, lo que les hizo suponer que Sanetra se había mudado con Aldrich hace unos cuatro o cinco meses. Sin embargo, otros residentes dijeron no haber notado ningún movimiento reciente en la vivienda.
Barbara Bruce, una vecina que pasa regularmente frente a la casa, declaró: “Paso por aquí dos o tres veces al día, todos los días de la semana, y nunca he visto a nadie allí. Sabía que la casa estaba en venta y que se había vendido, pero nunca vi a nadie mudarse”.
Mujeres asesinadas en cifras
En Estados Unidos, los asesinatos de mujeres relacionados con violencia doméstica son un problema grave y persistente.
Cada día, aproximadamente tres mujeres son asesinadas en Estados Unidos a manos de su pareja íntima (novio, esposo o ex pareja), según cifras oficiales reportadas por el Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC). Sólo en 2021, aproximadamente 2,059 mujeres fueron asesinadas por una pareja íntima, según el FBI y su informe sobre crímenes violentos.
Más del 50% de los homicidios de mujeres en los Estados Unidos son cometidos con armas de fuego. Este dato proviene de Everytown for Gun Safety, una organización que investiga el impacto de las armas en la violencia doméstica. En 2020, el CDC reportó que de los homicidios cometidos contra mujeres por parejas íntimas, el 68% se llevaron a cabo con armas de fuego.
Por su parte, el Departamento de Justicia, reporta que las mujeres constituyen cerca del 70% de las víctimas de homicidio por parejas íntimas, mientras que los hombres representan el otro 30%.
Las mujeres afroamericanas tienen una tasa desproporcionadamente alta de ser asesinadas por una pareja íntima. En 2017, las mujeres afroamericanas tenían una tasa de homicidio de 2.55 por cada 100,000, casi tres veces más que las mujeres blancas.
Durante la pandemia de COVID-19, los reportes de violencia doméstica, así como los homicidios relacionados, aumentaron significativamente. Factores como el confinamiento, el estrés financiero y el aislamiento social exacerbaron las tensiones en muchas familias.