En 1989, Lyle y Erik Menéndez se convirtieron en protagonistas de uno de los crímenes más impactantes de la historia de Estados Unidos: el brutal asesinato de sus padres, José y Kitty Menéndez, en su lujosa residencia de Beverly Hills. Con solo 21 y 18 años, los hermanos recurrieron a escopetas para acabar con la vida de sus progenitores en un acto de violencia que dejó perpleja a la nación. Los detalles del caso y la conducta aparentemente despreocupada de los Menéndez tras el crimen —marcada por un extravagante gasto de dinero— dieron paso a un juicio de alta visibilidad que capturó la atención mediática y estableció un nuevo estándar para la cobertura de crímenes reales en televisión.
Décadas después, la historia ha vuelto a los titulares gracias a una reciente producción de Netflix, dirigida por el exitoso productor Ryan Murphy, quien se ha especializado en adaptar crímenes reales a la pantalla. Esta vez, la serie aborda la versión de los hermanos Menéndez, quienes desde su primer juicio alegaron haber sido víctimas de abusos físicos, sexuales y psicológicos a manos de sus padres, una narrativa que en su momento fue descartada en gran medida por la opinión pública y los medios. Sin embargo, los hermanos y su entorno consideran que la producción de Murphy no hace justicia al contexto del caso, y han manifestado su malestar por una representación que perciben como reduccionista y sensacionalista.
La controversia ha tomado un giro inesperado con la intervención de Kim Kardashian, quien visitó a Lyle y Erik en prisión, reabriendo el debate sobre la posibilidad de revisar sus condenas a cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional. La empresaria y activista ha defendido que el sistema judicial de la época ignoró la complejidad del caso, y se ha unido al esfuerzo por dar visibilidad a los factores que rodearon el crimen, entre ellos el alegado abuso. Con su poderosa plataforma, Kardashian no solo ha traído un renovado interés en la historia de los Menéndez, sino que también ha posicionado el caso como un emblema de su campaña de reforma penitenciaria, generando un debate nacional en torno a la justicia, la empatía y el derecho a una segunda oportunidad.
Una conexión inesperada desde la infancia
Para Kim Kardashian, la relación con los hermanos Lyle y Erik Menéndez tiene raíces más profundas de lo que parece. En entrevistas recientes, Kardashian reveló que en su infancia los Menéndez eran sus vecinos en Beverly Hills y que incluso asistieron a la misma escuela. Aunque no tenía una relación cercana con ellos, la tragedia que los envolvió marcó su recuerdo, y años después se reencontró con esta historia a través de su activismo por la reforma penitenciaria en Estados Unidos.
En una entrevista de Variety para la serie Actors on Actors, estuvieron Kim Kardashian y la actriz Chloë Sevigny. Sevigny interpreta a Kitty Menéndez, la madre de Lyle y Erik, en la serie de Netflix Monsters: The Lyle and Erik Menendez Story, producida por Ryan Murphy. Ambas discutieron la complejidad de interpretar personajes en el género de true crime, la historia de la familia Menéndez y los desafíos de encarnar figuras basadas en hechos reales.
“Crecí justo en la misma calle de la casa donde todo ocurrió, y todos íbamos a las mismas escuelas. Recuerdo haber escuchado sobre el caso. Mi papá me llevó por la casa y me contó la historia. Él había estado en la casa”, dijo en una entrevista para Variety.
“Estoy obsesionada con los asesinos en serie; cualquier cosa mórbida me obsesiona. Estaba en el set de American Horror Story, y uno de los productores se me acercó y me dijo: ‘No vas a creer en qué estamos trabajando para la próxima serie. Es sobre los hermanos Menéndez’. Cuéntame todo”, expresó.
“Piensas que sabes la historia de Lyle y Erik Menéndez. Yo ciertamente pensé que la sabía. Como sucede a menudo, esta historia es mucho más compleja de lo que parece a simple vista”. Luego de su entrevista, la influencer y empresaria acudió a prisión a ver a sus hermanos y compartió más sobre su visita.
Un encuentro en prisión
El 21 de septiembre de 2023, Kardashian, acompañada de su hermana Khloé Kardashian y su madre Kris Jenner, visitó a los hermanos Menéndez en el Centro Correccional Richard J. Donovan en San Diego, donde ambos cumplen condena de cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional. El propósito de esta visita no era solo el de expresarles apoyo, sino también discutir un proyecto en el que los hermanos han trabajado desde su encarcelamiento: Greenspace, una iniciativa orientada a embellecer los patios de las prisiones y mejorar las condiciones de rehabilitación para los internos.
Greenspace es un proyecto que busca crear espacios más humanos en el entorno carcelario, al incorporar áreas verdes que, según estudios recientes, contribuyen a mejorar la salud mental y reducir la violencia dentro de las prisiones. La iniciativa de los Menéndez concuerda con el enfoque de Kardashian en los derechos de los prisioneros y la importancia de crear un ambiente que favorezca la reintegración social. En los últimos años, Kardashian se ha convertido en una de las voces más visibles en la lucha por la reforma judicial, abogando por la liberación de reclusos condenados a largas penas por delitos no violentos y brindando apoyo a aquellos que buscan una segunda oportunidad.
“He pasado tiempo con Lyle y Erik; no son monstruos. Son hombres amables, inteligentes y honestos. En prisión, ambos tienen expedientes disciplinarios ejemplares. Han obtenido múltiples títulos universitarios, trabajado como cuidadores de ancianos encarcelados en hospicio y han sido mentores en programas educativos dentro de la prisión”, dijo a estrella en un ensayo que publicó en exclusiva con NBC.
“Los asesinatos no son excusables, quiero dejar eso claro. Tampoco lo es su comportamiento antes, durante o después del crimen. Pero no deberíamos negar quiénes son hoy, ya en sus cincuentas. La condena y el castigo que estos hermanos recibieron fueron más apropiados para un asesino en serie que para dos individuos que soportaron años de abuso sexual por parte de las personas a las que amaban y en quienes confiaban”, compartió sobre ellos.
Y reconoció el impacto de la influencia de la narrativa mediática en el juicio de los hermanos. “La historia de los hermanos Menéndez se convirtió en entretenimiento para la nación. Los medios convirtieron a los hermanos en monstruos y en un espectáculo sensacionalista: dos jóvenes arrogantes y ricos de Beverly Hills que mataron a sus padres por avaricia. No había espacio para la empatía, mucho menos para la compasión.”
“¿Puede alguien negar honestamente que el sistema de justicia habría tratado de manera más indulgente a las hermanas Menéndez? [...] En aquel entonces, existían recursos limitados para víctimas de abuso sexual, especialmente para los varones. La conciencia pública sobre el trauma del abuso sexual masculino era mínima, frecuentemente nublada por prejuicios y homofobia”, afirmó.
“Les debemos esto a esos pequeños que perdieron su infancia, que nunca tuvieron la oportunidad de ser escuchados, ayudados o salvados”.
Activismo y reforma judicial: el caso Menéndez en el contexto de Kardashian
El compromiso de Kim Kardashian con el sistema judicial estadounidense se inició en 2018, cuando comenzó sus estudios de derecho y participó activamente en la liberación de Alice Johnson, una mujer sentenciada a cadena perpetua por un delito menor relacionado con drogas. Desde entonces, Kardashian ha abogado por la reforma del sistema de justicia, planteando la necesidad de revisar casos donde las penas pueden haber sido desproporcionadas en relación con el contexto de los crímenes.
Para Kardashian, el caso de los Menéndez es emblemático. La empresaria y activista expresó su deseo de que se revise la sentencia de los hermanos, recordando que ambos alegaron haber sido víctimas de abusos sexuales, físicos y emocionales cometidos por sus padres durante años. Finalmente, el 24 de octubre de 2024, George Gascon, fiscal del distrito de Los Angeles, se pronunció por una revisión a la sentencia de los hermanos, lo que abrió la puerta para que puedan salir de prisión tras pasar más de tres décadas allí.
Según ella, estos aspectos fueron ignorados en su segundo juicio, en el que el juez no permitió la presentación de evidencias sobre el abuso sufrido, lo que influyó de manera decisiva en su condena. “No disculpo sus actos, pero tampoco podemos negar quiénes son hoy en sus cincuentas”, comentó Kardashian. En su opinión, este caso probablemente habría tenido un desenlace muy distinto si hubiese sido juzgado en la actualidad, en una época más consciente del trauma psicológico y el impacto de los abusos en la conducta humana.
Un caso clave para la era mediática
Lyle y Erik Menéndez, con solo 21 y 18 años, se convirtieron en el centro de atención mediática en agosto de 1989 tras el brutal asesinato de sus padres, José y Kitty Menéndez, en su residencia de Beverly Hills. El crimen fue impactante: los hermanos usaron escopetas para disparar repetidamente contra sus padres, desfigurando sus cuerpos y dejando una escena de horror en una de las zonas más opulentas de Los Ángeles. En un primer momento, la policía no consideró a los hermanos como sospechosos, y Lyle y Erik continuaron sus vidas de lujo, gastando enormes sumas de dinero en coches, ropa y relojes de alta gama, lo que rápidamente atrajo las sospechas de las autoridades.
Durante meses, los hermanos Menéndez mantuvieron una fachada de normalidad. El asesinato de sus padres y su conducta ostentosa captaron la atención de los medios, convirtiéndose en un caso que trascendió los límites de la prensa local y se proyectó a nivel nacional. El público seguía cada desarrollo del caso con fascinación, en un periodo en el que la televisión y los medios impresos se centraban cada vez más en casos de crimen real que fascinaban a una audiencia ávida de detalles escabrosos. El juicio de los Menéndez fue uno de los primeros en ser transmitido en directo, sentando un precedente en la cobertura mediática de casos judiciales y estableciendo el tono para futuros juicios de alto perfil en Estados Unidos.
Con el tiempo, el caso Menéndez se convirtió en un fenómeno cultural, y los hermanos en figuras polarizadoras. La narrativa mediática los presentaba como “niños ricos de Beverly Hills” que cometieron un asesinato por codicia, una versión que dominó los titulares y que desestimaba el contexto de abusos que ambos declararon haber sufrido. Esta imagen se mantuvo intacta durante décadas, hasta que Kardashian y otros defensores de la reforma comenzaron a plantear interrogantes sobre el tratamiento judicial y mediático que recibieron.
La controversia con Netflix y la historia de los Menéndez en la cultura popular
La historia de Lyle y Erik Menéndez ha regresado al centro del debate cultural gracias a la serie de Netflix y el productor Ryan Murphy, conocido por sus producciones de crímenes reales. Esta serie, que forma parte de la antología Monsters, retrata el asesinato de los padres de los Menéndez en 1989 y los eventos posteriores, en los que la defensa alegó abusos físicos y sexuales que los hermanos habrían sufrido desde la infancia a manos de sus padres. Sin embargo, la manera en que los Menéndez fueron caracterizados ha generado incomodidad y rechazo en los hermanos, quienes se mostraron abiertamente en contra de la narrativa que perciben como distorsionada y sensacionalista.
En una declaración transmitida a través de la cuenta X de Tammi Menéndez, esposa de Erik, esta expresó su descontento con la representación que Murphy ofrece en la serie: “Creía que habíamos superado las mentiras y las representaciones dañinas de Lyle y de mí, pero ahora Murphy moldea su espantosa narrativa con una vil y grotesca caracterización”, escribió Erik. Este malestar refleja una sensación compartida por ambos hermanos de que el tratamiento mediático y televisivo de su historia sigue minimizando el contexto de abusos que alegaron haber sufrido, presentándolos, en cambio, como jóvenes superficiales y ambiciosos.
Para Kim Kardashian, quien visitó a los hermanos en prisión y ha defendido públicamente la revisión de sus sentencias, la serie ha suscitado un renovado interés en el caso, pero también ha contribuido a que el público perciba de manera distorsionada los motivos que llevaron a los hermanos a cometer el crimen. En un ensayo publicado en NBC News, Kardashian señaló que, en su momento, el caso se convirtió en un espectáculo mediático que ridiculizaba sus alegatos de abuso, mientras que los medios explotaban la historia con un enfoque superficial. Según Kardashian, “la historia de los Menéndez se convirtió en entretenimiento para la nación [...] no había espacio para la empatía, mucho menos para la compasión”.
La serie ha generado un fuerte debate, y los hermanos Menéndez, ahora en sus cincuentas, insisten en que su historia merece un tratamiento más justo y contextualizado, considerando las circunstancias que, según afirman, los llevaron al crimen. Aunque la narrativa pública ha cambiado en los últimos años, la representación en la serie recuerda a muchos el tratamiento inicial de los medios, que resaltó el perfil de “niños ricos de Beverly Hills” mientras dejaba de lado las denuncias de abuso que, según los hermanos, determinaron su vida y, finalmente, su condena.
Su salida de prisión ahora está en manos de un juez de California, que evaluará la solicitud del fiscal Gascón para que se revise su sentencia y puedan dejar atrás sus años en prisión.