Los hermanos Lyle y Erik Menéndez, condenados por el asesinato de sus padres en 1989, están recibiendo un nuevo impulso hacia la posible libertad. Su abogado, Mark Geragos, aseguró que hay un “optimismo cauteloso” tras la recomendación del fiscal del distrito de Los Ángeles, George Gascón, de revaluar su sentencia actual. Gascón propuso una condena de 50 años a cadena perpetua, lo que abriría la puerta a la posibilidad de libertad condicional inmediata, dado que los hermanos eran menores de 26 años en el momento del crimen.
El anuncio se realizó durante una conferencia de prensa en la que Gascón subrayó su intención de llevar el caso a un tribunal en un plazo de 30 a 45 días. Sin embargo, Geragos está convencido de que la audiencia se realizará antes de esa fecha y tiene la esperanza de que sus clientes puedan reunirse con su familia para el Día de Acción de Gracias, una ocasión que incluye varios cumpleaños familiares.
A pesar de la creciente expectativa, la realidad del proceso legal podría prolongarse más de lo anticipado. Según el Departamento de Correcciones de California, cualquier cambio en la sentencia requeriría un tiempo mínimo de seis meses antes de que se celebre una audiencia de libertad condicional. Esto se debe a varias normativas que deben cumplirse antes de cualquier decisión.
Casi dos docenas de familiares de los hermanos han estado abogando por su resentencia. Karen VanderMolen, prima de los Menéndez, expresó su entusiasmo: “Es emocionante, va más allá de las palabras. Estamos optimistas de que Erik y Lyle serán liberados pronto, y el mejor escenario sería tenerlos en casa para Acción de Gracias”, citó ABC News.
Gascón, por su parte, enfatizó que, aunque los hermanos enfrentan cargos graves, es esencial considerar las décadas en prisión y su comportamiento durante ese tiempo. Los hermanos fueron condenados en 1996 por el asesinato de sus padres, Jose y Kitty Menéndez, en su casa de Beverly Hills. Lyle tenía 21 años y Erik 18 al momento del crimen. Mientras que los hermanos alegaron haber actuado en defensa propia tras años de abuso sexual por parte de su padre, los fiscales sostenían que su motivación era el beneficio económico.
De acuerdo con The Associated Press, en los últimos meses, Gascón ha estado revisando nueva evidencia que podría cambiar el rumbo del caso, incluyendo declaraciones de un exmiembro de la banda Menudo, Roy Roselló, quien afirmó haber sido víctima de abuso por parte de José Menéndez, así como una carta escrita por Erik que detalla el abuso que él y su hermano sufrieron. Esta carta, que no se presentó durante el juicio, ha ganado importancia a la luz de los nuevos testimonios.
Las reacciones del público también han cambiado con el tiempo. Tamara Goodell, otra prima de los Menéndez, observó que una nueva generación está empezando a reconocer que los hombres también pueden ser víctimas de abuso sexual, algo que no se discutía ampliamente en la década de 1990. “Esta nueva generación realmente está luchando para decir, ‘Esto no es lo que debieron haber recibido’”, comentó.
Sin embargo, no todos en la familia comparten esta visión. Milton Andersen, el tío de los hermanos, se mantiene firme en su postura de que deben seguir en prisión, convencido de que su condena fue justa y que actuaron por avaricia, no como resultado de un trauma previo.
Gascón también se ha comprometido a evaluar el impacto positivo que los hermanos han tenido durante su tiempo en prisión. A pesar de estar recluidos, Lyle y Erik han trabajado para ayudar a otros internos, creando grupos de apoyo para aquellos con traumas no tratados y condiciones especiales. El abogado Geragos destacó que Lyle ha obtenido un título universitario, mientras que Erik ofrece cuidados paliativos a otros internos, lo que demuestra su deseo de contribuir positivamente a la sociedad.